La cuenta atrás para que Andorra sea la sede, por primera vez en la historia, de unas finales de la Copa del Mundo de esquí alpino, sigue avanzando y ya faltan menos de 50 días.
Será a partir del 11 y hasta el 17 de marzo, cuando los 25 mejores esquiadores de cada especialidad del circuito mundial se disputarán los títulos en las disciplinas de slalom, slalom gigante, supergigante y descenso, tanto en categoría masculina como femenina.
La designación como sede de la competición de más relevancia del circo blanco después de los Juegos Olímpicos y los Campeonatos del Mundo en Grandvalira es el resultado de esfuerzos realizados durante años labrando una reputación en las pruebas FIS.
Se trata de la tercera vez en la historia que Grandvalira acogerá un campeonato de estas dimensiones, después de la Copa del Mundo femenina de 2012 (disciplinas técnicas) y de la Copa del Mundo femenina en 2016 (disciplinas velocidad).
Al margen de estas dos competiciones, la estación andorrana también ha sido sede de la Copa del Mundo de Kilómetro Lanzado (KL), el Total Fight Masters of Freestyle, que reúne a los y las mejores riders de snowboard y freeski del panorama internacional o dos Campeonatos de Europa de esquí alpino.
El último test antes de las finales de la Copa del Mundo 2019 fueron las finales de la Copa de Europa 2018. En el Europeo se disputaron 8 pruebas que contaron con la participación de 190 corredores provenientes de 25 países. La exigencia técnica y organizativa de las finales de la Copa de Europa es prácticamente la misma que la de unas finales del gran circuito blanco, exceptuando la producción televisiva.
Las finales de la Copa del Mundo tendrán lugar en la mítica pista Avet (Grandvalira-Soldeu) y la emblemática Àliga (Grandvalira-El Tarter), ambas ampliamente probadas en las copas del mundo femeninas, así como en los campeonatos de Europa.
La pista Avet tiene una longitud de 1.200 metros y una pendiente máxima del 70 %, con una orientación noroeste que garantiza la calidad de la nieve. En ella se celebraran las pruebas más técnicas, el Slalom (SL) y el Gigante (GS). Será también el momento del estreno de la nueva plataforma esquiable que una la pista Avet con el pueblo por encima del río, aumentando la seguridad y la amplitud del estadio de llegada de la pista.
La otra zona de competición será la emblemática pista Àliga, situada en El Tarter, que acogerá las disciplinas de velocidad: Descenso (DH) y Supergigante (Super-G). La pista Àliga cuenta con una longitud de 2,8 kilómetros, una anchura de 60 metros y un desnivel de 756 metros.
La pista finaliza en el pueblo de El Tarter, con lo que los aficionados podrán acceder caminando hasta la línea de meta para vivir en primera persona la competición.
El objetivo es volver a alcanzar el éxito organizativo para reforzar el posicionamiento de Andorra, Grandvalira y Soldeu-El Tarter como destino de esquí de primer nivel, gracias a la gran repercusión mediática que prevé el acontecimiento.
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