Pronóstico meteorológico invierno ¿Cómo será la temporada 2018-2019?

Pronóstico meteorológico invierno ¿Cómo será la temporada 2018-2019?

Imagen de una nevada en la autopista en Montreal, Canadá.

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Lun, 22/10/2018 - 14:51
¿Qué nos deparará este invierno? ¿La nieve llegará a tiempo? ¿Hará el suficiente frío para alargar la temporada hasta finales de abril? Todas estas preguntas te las respondemos en el siguiente artículo.
Llegan las primeras lluvias del otoño con nieve en la alta montaña y todo el mundo empieza a preguntarse ¿Cómo será esta temporada de invierno? La duda más que razonable es intrínseca a esta época del año.
 
El nerviosismo se nota en las estaciones de esquí y en los aficionados a los deportes de invierno esperando el aliento de los gurús de la meteorología y cruzando los dedos. Hemos de decir que la naturaleza hará lo que bien le parezca como cada año. Aquí nosotros solo intentamos con nuestros medios y conocimientos, ver un poco de luz a un laberinto meteorológico que va más allá de una simple previsión. 
 
De momento el inicio de otoño es mucho más dinámico que el del año pasado como han demostrado entre otras cosas la llegada de ex huracanes a la Península Ibérica y las lluvias torrenciales procedentes del Mediterráneo. En las zonas árticas se está acumulando bastante aire frío y por fin la tendencia a que aumente la masa de hielo marino es positiva.
 
Evolución del hielo Ártico en los últimos meses, fuente JAXA
 
La menor temperatura del agua en el Atlántico junto con el aire frío acumulado en zonas árticas nos hace pensar en una mayor proyección de las borrascas típicas del norte de Islandia hacia latitudes más meridionales con un patrón de bloqueo en el centro de Europa más que evidente.
 
De hecho, se observa un desplazamiento hacia el sur del agua atlántica de la corriente del golfo debido a un incremento del agua fría en el norte desde hace algunos años, ¿quizás por un mayor deshielo o un cambio en las corrientes? No hay todavía una teoría clara al respecto. 
 
Corriente del golfo Peter Minnett, MODIS, NASA.
 
¿Qué dicen los modelos estacionales? 
 
La verdad, hay una cierta disparidad entre ellos. Nos fijaremos en los modelos estacionales americanos que marcan unos meses de noviembre, diciembre y enero con temperaturas algo más elevadas de lo normal en los sistemas montañosos de la Península y también en los Alpes, aunque sin ser calurosas para la época. Sí cabe decir que pueden estar por encima de la media climática. Sobre todo, en el este de Europa donde en estos meses la media podría llegar a superar en dos grados centígrados la histórica.
 
Temperatura estacional para los meses de noviembre, diciembre y enero, fuente NOAA
 
Por lo que respecta a las precipitaciones, durante estos tres meses serían estarían ligeramente por debajo de la media histórica para el período, por lo tanto, nieve habría según estos modelos. Por lo contrario, seguramente algunas nevadas se situarían puntualmente a mayor cota de lo normal en el inicio de temporada. 
 

Precipitación estacional para los meses de noviembre, diciembre y enero, fuente NOAA
 
En los Alpes esperamos unos tres primeros meses (noviembre, diciembre y enero) con temperaturas algo más altas que la media climática para todos los sectores, aunque eso sí con nevadas en la media. Por lo que el mes de noviembre se podría empezar a esquiar en las zonas habituales, aunque con menor calidad de nieve y a medida que avanzara el mes de diciembre y enero la situación se normalizaría. Eso quiere decir que las nevadas no faltarán, pero puntualmente no serán en cotas muy bajas y aquellas estaciones de baja altitud pueden sufrir un poco. 
 
Veamos ahora la evolución hasta la primavera
 
En los meses de febrero, marzo y abril, las temperaturas se mantienen o bajan algo en general, aunque están algo por encima también de la media climática de los últimos 30 años. Sufrirán algunas estaciones con orientaciones sur a suroeste y con cotas por debajo de los 1.700 metros de forma clara para llegar a Semana Santa, ya que en 2019 llega muy tarde. Esto no significa que vaya a hacer calor pues tendremos entradas de aire frío y alguna que otra ola de frío también. Lo que nos puede indicar es que serán menores que las que afectaron a Europa la temporada pasada. 
 

Temperatura estacional para los meses de febrero, marzo y abril, fuente NOAA
 
La buena noticia sería que durante estos meses del final del invierno e inicio de la primavera las precipitaciones tienen tendencia a aumentar por lo que las nevadas estarían aseguradas en todos los sistemas montañosos. En cotas medias y altas el grosor de la nieve sería excelente y también en las caras norte, posibilidad de lluvias en cotas bajas de algunas estaciones. Solo en las solanas de baja altitud tendríamos algo más de problemática para mantener el manto nival.
 

Precipitación estacional para los meses de febrero, marzo y abril, fuente NOAA
 
En los Alpes para los meses de febrero hasta abril esperamos que la tendencia a unas temperaturas por encima de la media continúe. Seguramente será causa de algunos anticiclones con inversión térmica instalados en centro Europa. Por el contrario, con la llegada del final del invierno e inicio de la primavera la tendencia sería a bajar ligeramente las temperaturas y a que las precipitaciones sean algo más abundantes con las nevadas más copiosas de la temporada.
 
Polo Norte, la fábrica del frío
 
Por otro lado, hemos de tener en cuenta la situación del polo norte que vendría a ser el congelador de nuestro hemisferio. Durante estos primeros meses irá acumulando aire frío cual bomba de relojería con algunos desalojos puntuales en el norte de Europa. Sería a partir de finales de enero cuando este vórtice se debilitaría y literalmente precipitaría todo el aire frío hacia zonas más meridionales. Este hecho que ya empieza a ser habitual en estas fechas haría remover todos los centros de acción.
 
Así hablaríamos de alguna que otra ola de aire frío en el norte de Europa y llegada de nevadas hacia la Península al mezclarse con aires más húmedos y cálidos. 
 
Oscilación ártica positiva izquierda y negativa derecha. 
 
Aquí es donde deberemos seguir la evolución de la oscilación ártica en su fase negativa que es cuando el ártico se calienta y precipita literalmente el aire frío a zonas más meridionales. 
 
Finalmente debemos tener en cuenta que, según los modelos de predicción climática, este año el fenómeno recurrente del Niño será más neutral o débil de lo previsto hace unos meses aunque con una ligera subida de la temperatura. Este hecho ayudará a la llegada de borrascas atlánticas que luego puntualmente se podrían reactivar en el Mediterráneo con aire frío producto de alguna que otra nortada.
 

Probable evolución del fenómeno el Niño para este invierno siendo casi neutro. Fuente NOAA
 
Mi particular opinión
 
En resumen y desde mi punto de vista particular, esta temporada la nieve no nos va a faltar. Será difícil repetir una temporada tan buena como la anterior. Sí que creo que va a ser algo más irregular en general con un período de más movimiento entre noviembre y diciembre. Posteriormente nos llegará una pausa no muy larga marcada por el anticiclón y de temperatura normal anticiclónica con inversiones para de nuevo arrancar con más movimiento.
 
Este invierno será más difícil ver nevadas tan continuadas en sitios poco habituales como las costas y montañas de poca altitud, aunque no imposible. Lo que sí está claro es que por ahora la nieve no va a faltar con un frío normal. 
 
 
Josep Tomàs
www.polfred.com
 
Nota de LdN
*Las previsiones estacionales y largo plazo así como los pronósticos descritos aquí por el meteorólogo tienen una fiabilidad limitada, tomarlo como lo que son, pronósticos.
 
 
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