¡Prepárate! El pronóstico meteorológico del invierno 2024-2025 promete sorpresas

Imagen de una nevada en la autopista en Montreal, Canadá. (Foto: Pixabay)

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Vie, 25/10/2024 - 16:20

Después de tres inviernos cálidos y con escasa nieve, hemos experimentado un verano y un otoño más equilibrados, con precipitaciones destacables en algunas zonas. Además, Sudamérica ha disfrutado de su mejor invierno en una década, lo que nos da razones para ser optimistas para el invierno.

Cada mes de octubre, y ya por noveno año consecutivo, me enfrento al desafío de realizar predicciones que, aunque parecen casi imposibles, son necesarias para tratar de anticipar cómo será la temporada que está por comenzar. Sin embargo, dicho esto, ¿qué podemos esperar del próximo invierno?

De cara a la temporada invernal 2024-2025, nuestra atención se centra en las previsiones de dos de los principales modelos meteorológicos: el de la NOAA (Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de EE. UU.) y el del ECMWF (Centro Europeo de Previsiones Meteorológicas a Medio Plazo).

ENSO: La Niña marcará el invierno

Situación provocada por la Niña durante el invierno y en verano en algunas zonas del planeta. Fuente Columbia University

Este invierno estará marcado por la influencia del fenómeno El Niño/La Niña, lo que tendrá un impacto notable en las temperaturas y precipitaciones a nivel mundial. Por otra parte, la influencia del volcán Hunga Tonga-Hunga Ha'apai que entró en erupción en enero de 2022 y produjo un aumento de las temperaturas a nivel global por la emisión de una gran cantidad de vapor de agua a la troposfera, debe seguir disminuyendo -recordemos que sus efectos sobre el clima se estima que duren durante un periodo de unos 5 años-, lo que es positivo para normalizar hasta cierto punto las temperaturas del planeta.

La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) emitió una advertencia global a finales de septiembre, confirmando que, con casi total certeza, el fenómeno de La Niña será el factor dominante durante el invierno 2024/25.

Según publica el boletín de la NOAA este mes de octubre, La Niña (ENSO negativo) dominará el invierno del hemisferio norte 2024-25, y posiblemente, aunque se irá debilitando, seguirá hasta inicios del verano de 2025. Fuente NOAA

En este contexto, con la presencia de una La Niña moderada, los primeros indicios señalan un invierno caracterizado por temperaturas ligeramente más suaves de lo normal en algunas regiones, acompañado de un aumento en la frecuencia de las precipitaciones. Sin embargo, las condiciones meteorológicas pueden variar considerablemente según la ubicación y el modelo meteorológico que se consulte.

El Niño y La Niña son fenómenos que provocan anomalías en la temperatura de las aguas del Pacífico, alterando los patrones climáticos globales. Como resultado, algunas regiones pueden experimentar inviernos más cálidos y lluviosos, mientras que otras podrían enfrentar condiciones más frías y secas.

El invierno ha sido excepcional en Sudamérica. El mejor de la década y en algunas zonas de los últimos 25 años. Imagen de la NASA que muestra a la Patagonia cubierta totalmente de nieve en julio de 2024.

Ambos modelos, el de la NOAA y el ECMWF, han incorporado este fenómeno en sus pronósticos, aunque sus conclusiones presentan algunas diferencias.

El modelo de la NOAA se basa en simulaciones numéricas que estiman las condiciones atmosféricas a diferentes niveles de presión, con especial atención a la temperatura a 850 hPa (alrededor de 1.500 metros sobre el nivel del mar), un parámetro esencial para predecir el clima en zonas montañosas. Este modelo combina observaciones actuales y datos históricos para ofrecer pronósticos a medio y largo plazo.

Por su parte, el modelo europeo ECMWF es conocido por su precisión en predicciones a medio y largo plazo. Al igual que la NOAA, el ECMWF también presta especial atención a la temperatura a 850 hPa, aunque utiliza un enfoque distinto para procesar los datos y modelar las interacciones atmosféricas, lo que contribuye a las ligeras diferencias en las predicciones de ambos modelos.

Índice NAO e índice AO: dos patrones climáticos que nos sirven como indicadores anticipados para el próximo invierno:

Los índices NAO (Oscilación del Atlántico Norte) y AO (Oscilación Ártica) son patrones climáticos interrelacionados que influyen en el clima del hemisferio norte, especialmente en Europa y América del Norte.

Representación de la NAO negativa y positiva con sus efectos sobre Europa. (FOto: NOAA)

- NAO mide la diferencia de presión entre las Azores y Islandia. En su fase positiva, se incrementa esta diferencia, resultando en inviernos más suaves y secos en el norte de Europa. En la fase negativa, la presión se equilibra, lo que puede llevar a inviernos más fríos y nevados.

- AO evalúa la presión atmosférica en la región ártica. En su fase positiva, hay un fuerte sistema de baja presión en el Ártico, manteniendo el aire frío en el norte y provocando inviernos más cálidos en las latitudes medias. Por el contrario, en la fase negativa, el aire frío se desplaza hacia el sur, resultando en condiciones invernales más severas.

Ambos índices suelen seguir patrones similares, lo que los convierte en herramientas clave para entender y predecir las variaciones climáticas y meteorológicas en el hemisferio norte.

Estado actual y evolución en los próximos días del Índice NAO. (Fuente: NOAA)

Actualmente, a finales de octubre, el índice NAO diario se encuentra en fase positiva, con tendencia a descender a un estado neutral e incluso negativo en los primeros días de noviembre. El índice AO muestra un comportamiento similar, lo que sugiere la posibilidad de nuevas precipitaciones en la península ibérica, así como la llegada de masas de aire frío, que podrían provocar nevadas en cotas medias y altas durante la segunda semana de noviembre.

El índice NAO estacional medio estandarizado durante el invierno (línea azul) se obtiene al promediar el índice NAO de los meses de enero, febrero y marzo de cada año. (Fuente: NOAA)

En la figura superior, justo encima de este texto, podemos observar la evolución a largo plazo del Índice NAO desde 1950 hasta 2024.

Se aprecia que estuvo en fase negativa durante casi 30 años, hasta principios de los años 80, cuando comenzó su fase positiva, separada en el gráfico por una línea roja. Entre 2010 y 2012, el índice NAO volvió a ser negativo, lo que se tradujo en potentes entradas de aire frío del norte con nevadas. Actualmente, el índice se mantiene en valores positivos, pero con una tendencia a disminuir, lo que podría llevarlo a una fase neutra o incluso ligeramente negativa el próximo invierno. Esto sería una excelente noticia para los amantes de la nieve y el frío.

¿Qué se espera del invierno 2024-2025 en las principales cadenas montañosas de la Península Ibérica, los Alpes y EE. UU.? Modelo NOAA: Pronósticos de anomalías de temperatura respecto a la media en Europa desde diciembre 2024 a febrero 2025.

Según modeliza la NOAA, las montañas de la Península Ibérica podrían experimentar temperaturas ligeramente más suaves de la media histórica, especialmente en los últimos meses de invierno. En noviembre y diciembre de 2024, se espera que las temperaturas a 850 hPa estén dentro de la normalidad, mientras que en febrero y marzo se prevé que estén de 1 a 2 grados por encima del promedio, lo que podría reducir la acumulación de nieve a altitudes medias.

Modelo ECMWF: Pronósticos de anomlías de temperatura respecto a la media desde diciembre 2024 a febrero 2025.

Por su parte, el ECMWF sugiere un panorama algo diferente. Aunque coincide en que febrero y marzo serán algo más cálidos, el resto de la temporada sería casi normal, lo que podría favorecer un invierno más tradicional en cuanto a acumulación de nieve, sobre todo en los Pirineos, un panorama muy diferente al invierno pasado según este modelo.

La precipitación es el otro factor crucial a la hora de prever cómo será la temporada de nieve.

Modelo NOAA: Anomalías de precipitaciones respecto a la media para el invierno (diciembre a febrero) 2024-2025

Respecto a las precipitaciones, la NOAA predice que los Pirineos y la Cordillera Cantábrica experimentarán episodios de lluvias o nevadas más frecuentes en los meses de noviembre y diciembre, lo que podría afectar positivamente la calidad y cantidad de la nieve. Para Sierra Nevada, se espera que las precipitaciones se mantengan dentro de los promedios históricos, aunque habrá episodios de lluvia en altitudes medias.

Modelo ECMWF: Previsión de anomalías de precipitaciones sobre el promedio para el invierno (diciembre a febrero) 2024-2025.

El ECMWF también predice un invierno húmedo, pero prevé que, a partir de enero, las lluvias se transformarán en nieve a altitudes más bajas en los Pirineos y la Cordillera Cantábrica, lo que favorecerá una mejor temporada.

Pronóstico en los Alpes para el invierno 2024-2025

Según el modelo de la NOAA, los Alpes podrían padecer temperaturas algo más cálidas de la media histórica durante todo el invierno, lo que podría afectar la calidad de la nieve, especialmente en las estaciones de menor altitud de los Alpes franceses. Las precipitaciones, sin embargo, serán frecuentes, aunque pueden ser en forma de lluvia en las cotas bajas de las estaciones.

Por su parte, el ECMWF es más optimista que su colega americano y anticipa un invierno bastante favorable, con temperaturas bajas a partir de enero y episodios significativos de nieve en febrero y marzo, lo que debería contribuir a una excelente temporada en muchas estaciones alpinas.

Pronóstico Estados Unidos: de las Montañas Rocosas a la Sierra NevadaModelo NOAA: Pronósticos de anomalías de temperatura respecto a la media para diciembre 2024 hasta febrero 2025

Modelo ECMWF: Pronósticos de anomalías de temperatura en percentil respecto a la media histórica para diciembre 2024 hasta febrero 2025

La NOAA prevé que las Montañas Rocosas experimentarán temperaturas algo por por encima de lo normal en noviembre y diciembre, pero que a partir de enero se normalizarán, las precipitaciones por encima de la media en las Rocosas, lo que anticipa buenas nevadas. Por su parte, la Sierra Nevada tendrá una temporada húmeda lo que promete nevadas, aunque con un mayor riesgo de lluvia en cotas bajas que en la temporada pasada.

El modelo ECMWF, en cambio, pronostica un invierno más seco y frío para las Rocosas, menos nevadas que el modelo NOAA, pero en todas las cotas. Por contra, modeliza nieve más constante en las estaciones de la Sierra Nevada.Modelo NOAA: Previsión de anomalías de precipitaciones para el invierno 2024-2025

Modelo ECMWF: Previsión de anomalías de precipitaciones respecto al promedio histórico para el invierno 2024-202

En comparación, el ECMWF sugiere un invierno más severo para la Sierra Nevada, con nieve a partir de diciembre, mientras que la NOAA mantiene una perspectiva más moderada con temperaturas más cálidas lo que perjudicará las cotas bajas y medias.

Conclusiones:

La previsión para el invierno 2024-2025 varía considerablemente entre los modelos de la NOAA y el ECMWF. Mientras que la NOAA anticipa un invierno algo más cálido, el ECMWF predice un retorno a condiciones más frías, especialmente en Europa.

Esta diferencia en las predicciones afecta directamente las expectativas sobre la calidad de la nieve en las principales cadenas montañosas. Por lo tanto, quienes planifiquen su temporada de esquí deberán estaratentos a las actualizaciones de ambos modelos.

En enero de 2021, la borrasca Filomena dejó buena parte de la Península cubierta de nieve. Foto: ESA con licencia CC BY-SA 3.0 IGO

En mi opinión, podríamos tener un invierno mejor que los anteriores, con precipitaciones destacadas y sin los sobresaltos de los últimos tres años. Aunque las temperaturas podrían dar alguna sorpresa negativa en cotas medias y existe el riesgo de episodios de lluvias, este invierno promete ser más favorable, con la posibilidad de tener un episodio de nevadas intensas en cotas bajas a inicios de febrero.

A diferencia de las tres últimas temporadas, esta temporada debería ofrecer buenas condiciones desde el principio para el disfrute de los esquiadores.

Josep Tomàs

www.polfred.com

Nota aviso LdN

*Las previsiones estacionales y largo plazo, así como los pronósticos descritos aquí por el meteorólogo tienen una fiabilidad limitada, hay que tomarlo como lo que son, pronósticos o mejor dicho tendencias.

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