Aunque la iniciativa busca mejorar la conexión en el valle del Aragón y potenciar el turismo tanto en invierno como en verano, el estudio de impacto ambiental al que ha tenido acceso el diario Heraldo advierte de un impacto severo sobre la fauna, especialmente en aves protegidas, lo que ha provocado la necesidad de implementar medidas correctoras.

 

Según el Heraldo, el estudio encargado para evaluar el impacto del telecabina señala que la fauna local, en especial las especies de aves, se verá afectada significativamente por la nueva infraestructura.

 

Especies como el quebrantahuesos, el milano real, el buitre leonado, el águila calzada y otras aves en peligro de extinción o vulnerables habitan o sobrevuelan la zona donde se construirá el telecabina, lo que aumenta el riesgo de colisión con el cableado.

 

 

Una de las principales acciones propuestas es la instalación de balizas salvapájaros a lo largo del recorrido del telecabina y de las líneas eléctricas asociadas.

 

Estas balizas están diseñadas para hacer visibles los cables a las aves y reducir el riesgo de colisión.

 

Además, se ha propuesto un cronograma de obras que limite las actividades ruidosas durante los periodos críticos de reproducción del quebrantahuesos, una especie que cuenta con áreas críticas designadas en la región.

 

 

Además, la estación intermedia se situará en una zona ya intervenida anteriormente, lo que reduce la necesidad de nuevas obras en áreas vírgenes.

 

El estudio también resalta que, al tratarse de una telecabina, las afecciones sobre la fauna serán menores en comparación con otros tipos de infraestructuras, ya que su diseño y ubicación han sido seleccionados teniendo en cuenta la minimización de impactos.

 

 

A nivel económico, el telecabina no solo mejorará la conexión entre Astún y Candanchú durante la temporada de esquí, sino que también tiene potencial para atraer a un mayor número de visitantes en verano.

 

 

 

Sin embargo, el coste del proyecto ha crecido considerablemente. Inicialmente valorado en torno a los 20 millones de euros, la cifra ha escalado hasta los 45 millones.

 

Para reducir los costes iniciales, se ha decidido limitar la compra de cabinas a solo 24 de las 96 previstas, reduciendo temporalmente la capacidad de transporte hasta que se complete la instalación del resto de cabinas, que no se espera hasta 2035.

 

 

El estudio también evalúa otras opciones de transporte entre las estaciones, incluyendo la posibilidad de utilizar autobuses eléctricos en lugar del telecabina.

 

Sin embargo, esta alternativa ha sido descartada por su "baja viabilidad técnica", principalmente debido a las duras condiciones climáticas del valle, como las bajas temperaturas y los fuertes vientos, que comprometerían el rendimiento de los vehículos eléctricos.

 

La eficiencia y fiabilidad del telecabina se consideran superiores, especialmente por su capacidad para operar durante todo el año.