Kästle cumple un siglo de innovación y pasión en la fabricación de esquís

Kästle cumple un siglo de innovación y pasión en la fabricación de esquís

Fábrica de esquís de Kästle en Hohemens durante los sesenta, en su época dorada. (Foto: Kästle Skis)

Sáb, 10/08/2024 - 08:52
Desde los talleres de Hohenems y la madera de fresno hasta las cimas del mundo, la marca austríaca celebra 100 años de excelencia en el esquí.
Este año, Kästle Skis celebra su centenario, un logro que destaca su resistencia y evolución en una industria marcada por constantes cambios y altibajos.
 
Fundada en 1924 por Anton Kästle en Hohenems, Austria, la marca se ha establecido como un referente de calidad en la fabricación de esquís.
 
Solo dos fabricantes, Rossignol y Völkl, son más antiguos, lo que posiciona a Kästle como uno de los pioneros en este sector.
 
La historia de Kästle comenzó con la producción de esquís de madera de fresno, vendidos inicialmente bajo la marca "Arlberg".
 
A lo largo de su primera década, la empresa se ganó una reputación sólida por la calidad artesanal de sus productos, a pesar de sufrir interrupciones en su actividad durante la Segunda Guerra Mundial.
 
La reanudación de la producción en 1947 marcó el inicio de una era dorada para la marca. Los éxitos en las Olimpiadas de Oslo 1952 y Cortina 1956, donde los esquiadores estadounidenses compitieron exclusivamente con esquís Kästle, consolidaron su posición en la élite del esquí.
 
 
La innovación ha sido un pilar fundamental en la historia de Kästle. En 1964, la empresa introdujo la construcción de esquís con capas de fibra de vidrio, madera y metal, conocida como CPM (compuesto-metal-plástico), lo que representó uno de los primeros pasos hacia los modernos esquís en sándwich.
 
Aunque la transición no fue sencilla, la marca continuó evolucionando y expandiéndose, hasta que en 1968 Anton Kästle vendió la fábrica a Fischer Sports AG, marcando el inicio de una nueva etapa de crecimiento.
 
Durante las décadas siguientes, Kästle siguió acumulando éxitos, especialmente en la Copa del Mundo de esquí.
 
Figuras como Andreas Wenzel y Pirmin Zurbriggen llevaron a la marca a lo más alto, logrando victorias memorables en los años 80.
 
Pirmin Zurbriggen.
 
Sin embargo, la situación financiera se volvió insostenible, y en 1991, Kästle fue vendida al conglomerado italiano Benetton, que eventualmente dejó de producir la marca en 1998.
 
El renacimiento de Kästle llegó en 2007, cuando el grupo inversor Rudolf Knünz adquirió los derechos de la marca, reintroduciéndola como un producto premium de baja producción.
 
La reactivación fue bien recibida por críticos y esquiadores, destacando tanto su tecnología como su compromiso con la tradición.
 
En 2018, la adquisición por parte de Sporten ConsilSport, liderada por el exesquiador checo Tomáš Němec, marcó un nuevo capítulo en la historia de Kästle, con ambiciosos planes de expansión y un regreso a la competición en la Copa del Mundo.
 
Hoy, Kästle está presente en todas las disciplinas del esquí competitivo, con esquiadores de renombre como Ester Ledecká e Ilka Štuhec portando la bandera de la marca.
 
La empresa sigue fiel a la visión de Anton Kästle, combinando la innovación tecnológica con una dedicación inquebrantable a la calidad.
 
Con nuevas líneas de esquís y botas, y un enfoque renovado en las competiciones internacionales, Kästle está preparada para seguir liderando la industria del esquí en los próximos 100 años.
 
Desde su modesto inicio en un pequeño taller en Hohenems hasta su actual estatus como empresa global, la historia de Kästle es un testimonio de calidad, perseverancia y pasión.
 
 
 
 
 
 
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