El salto de esquí sobre un Porsche que se convirtió en un icono y creó escuela

El salto de esquí sobre un Porsche que se convirtió en un icono y creó escuela

1960. Con el salto por encima del Porsche 356 en Zürs am Arlberg, el fotógrafo Hans Truöl y el esquiador Egon Zimmermann crearon un icono de la historia de la marca.

Sáb, 29/06/2024 - 08:16
La captura de Egon Zimmermann sobrevolando un Porsche 356 en Zürs am Arlberg se convirtió en una de las imágenes más famosas del mundo del esquí y la fotografía.
En pleno siglo XXI a ningún aficionado le sorprende ver imágenes de esquiadores y snowboarders saltando por encima de una carretera, ya sea vacía, con vehículos en medio o con ciclistas, como ocurrió con la victoria de Pogacar en Livigno en el Giro de Italia 2024 o antes de Candide Thovex en el Tour de Francia.
 
 
El origen de este “salto” que hoy se ha convertido en una “normalidad” tiene sus orígenes en otro que, en su momento, en plena década de los sesenta, fue en un hecho histórico al conseguir plasmar en un mismo plano el mundo del esquí y el del automóvil.
 
La fotografía se tomó en 1960 en el puerto de montaña austriaco Flexen, cerca de Zürs, y dio la vuelta al mundo: un esquiador salta por encima de un Porsche 356 aparcado entre dos altísimas paredes de nieve.
 
Una acción temeraria que de tan desenvuelta y elegante casi parece espontánea.
 
Símbolo del espíritu de esa época que, tras varias décadas difíciles, había vuelto con valor, deportividad y, sobre todo, ganas de vivir. Y un fiel retrato de la marca Porsche y de sus atributos.
 
Durante una sesión de fotos en las montañas, Hans Truöl, un reconocido fotógrafo, tuvo la idea de capturar una imagen única: un esquiador sobrevolando por encima de un Porsche 356 en movimiento.
 
Para entonces, Truöl ya era un renombrado fotógrafo que además de los acontecimientos deportivos acompañaba a la sociedad alpina en los escenarios de los deportes de invierno.
 
La fotografía fue “fruto de un capricho en un momento en que se ofreció una extraña oportunidad”, explicaba para Porsche Karlheinz Zimmermann, hermano del protagonista.
 
Un gigantesco alud había bloqueado el paso de Flexen, la única conexión entre Stuben y Zürs am Arlberg. Hubo que abrir un pasadizo con grandes máquinas, y a derecha e izquierda de la carretera quedaron amontonadas grandes masas de nieve. «Las paredes de nieve nunca habían sido tan altas», recuerda Zimmermann, “eso fue lo que incitó a Truöl y mi hermano”.
 
El saltador, en perfecta pose, es el austriaco Egon Zimmermann, uno de los grandes competidores de esquí alpino de su tiempo.
 
Campeón del mundo en 1962 en slalom gigante y vencedor en 1964 en la prueba de descenso en los Juegos Olímpicos de Innsbruck, Zimmermann falleció en 2019 a los 80 años.
 
El segundo protagonista, el Porsche 356, también representa un valor eterno. Con el éxito de este modelo, el primero producido en serie por la marca, comenzó el ascenso internacional de la entonces aún joven fábrica de deportivos, cuyas raíces se encuentran en Austria.
 
 
El atrezo más importante de la imagen, el Porsche 356 B color rubí, era el automóvil de Truöl, desvela Zimmermann. “Para mi hermano y para mí, en aquellos tiempos el 356 era un sueño inalcanzable”. Y así es cómo sucedió todo: “Cortar la carretera, colocar el Porsche, saltar, y listo”.
 
La fotografía del salto, subtitulada irónicamente «Tomando un atajo», es considerada la obra más famosa de Truöl, fallecido en 1981.
 
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