Los límites territoriales entre Andorra y España, basados en la costumbre, no se han definido claramente durante siglos. Aunque Andorra acordó sus límites con el norte, en este caso con Francia en 2012, la frontera con el sur de Catalunya sigue sin estar claramente marcada y delimitada.

 

En 2021, una inspección reveló que un parque solar andorrano en el planell de la Tosa (Pal Arinsal) "invadía" 16.000 metros cuadrados de Alt Urgell, territorio español. Esta situación llevó a la creación de una comisión bilateral en 2022 para resolver las disputas y establecer una frontera administrativa precisa.

 

 

La comisión bilateral encargada de delimitar la frontera ha comenzado a trabajar en un informe técnico que incluye estudios de documentación y trabajo de campo. La última reunión tuvo lugar en marzo, y en junio comenzará la tercera campaña de trabajo de campo. El Instituto Geográfico español y las autoridades andorranas coordinan estos esfuerzos, con la expectativa de finalizar el trabajo técnico a finales del próximo año y empezar las negociaciones. Se espera que este proceso lento y detallado conduzca a un acuerdo definitivo.

 

 

Además del área del planell de la Tosa, hay otras zonas en disputa que suman un total de 200 hectáreas. Entre ellas, el barranco del Coll de Laquell, con 80,71 hectáreas, es la más grande y se encuentra entre Civís y Sant Julià de Lòria. Esta zona es objeto de disputa debido a sus pistas forestales y actividades de caza, prohibidas en Catalunya pero permitidas en Andorra. También se disputan 76,56 hectáreas en el sur del pico de Montmalús, una zona escarpada y poco transitada entre los refugios de l’Illa y Montmalús, y 29,88 hectáreas entre Escaldes-Engordany y Bescaran, situadas en la zona suroeste del Pic Negre.

 

 

Albert Villaró, coordinador de la sección de Historia de Andorra Recerca+Innovació, explica que las fronteras de Andorra no han cambiado esencialmente desde la alta Edad Media. No ha habido pérdidas o adquisiciones significativas de territorio, solo algunas discrepancias puntuales, a menudo causadas por la mala delimitación de zonas de pasto. Las discrepancias actuales abarcan unas 200 hectáreas en total.

 

 

Históricamente, Andorra ha tenido conflictos de límites, especialmente con Francia. En 2012, se resolvieron las diferencias con el estado galo mediante un acuerdo que estableció una frontera clara y compromisos de mantenimiento. Las negociaciones franco-andorranas comenzaron en 1988 tras incidentes en el estany de les Abelletes. Finalmente, de las 46,61 hectáreas en disputa, 28,53 fueron consideradas andorranas y 18,08 francesas con un acuerdo que otorgaba el uso del lago a ambos estados.

 

A pesar del acuerdo de 2012, el Ayuntamiento de Porta en Francia votó en 2019 para pedir la mediación del copríncipe andorrano y presidente francés Emmanuel Macron, buscando la administración conjunta de las tierras disputadas, una solicitud que no ha sido atendida.

 

Las autoridades involucradas esperan que, con el avance de estos trabajos y negociaciones, se puedan resolver las disputas territoriales y establecer finalmente unos límites claros y consensuados entre Andorra y el España.