Este ambicioso proyecto tiene un coste de 25,6 millones de euros, financiado por diversas administraciones: la Unión Europea contribuye con 8 millones de euros, la Diputación de Huesca con 3 millones, y la DGA aporta los restantes 15 millones.

 

 

Esta unión es un paso importante para la creación de lo que se conoce como las 'estaciones de esquí del Pirineo aragonés', y se preveía que el telecabina se conecte con el proyecto de telecabina por la Canal Roya, en dirección a Formigal, un proyecto este último que está más que encallado. 

 

Para llevar a cabo la unión de Astún y Candanchú, el equipo de Aliaga ha avanzado en los trámites administrativos necesarios. Turismo de Aragón, entidad dependiente de la consejería en funciones de Aliaga, ha aprobado ya las partidas para los estudios de impacto económico, geológico, arqueológico y nivológico, destinando 125.000 euros a estas labores. 

 

 

 

Aliaga ha admitido que se han utilizado declaraciones como el Plan de Interés General de Aragón (PIGA) para agilizar y allanar el camino del proyecto, en beneficio de las empresas privadas. 

 

De hecho, el vicepresidente ha manifestado que, con voluntad política, el proceso de tramitación podría completarse antes de que finalice el año, permitiendo que las obras comiencen en la primavera siguiente y concluyan antes de que termine el 2024, evitando así la expiración del plazo para recibir los fondos de financiación europea asignados en 2021.

 

El consejo de administración de Turismo de Aragón aprobó las partidas necesarias para el concurso del diseño de construcción y los estudios correspondientes, lo que asegura que el proyecto cuenta con la financiación necesaria para avanzar. 

 

 

 

La memoria del proyecto estima que la inversión total será de 25,6 millones de euros e incluye detalles sobre el telecabina de 2,4 kilómetros y el telesilla de 401 metros. 

 

La capacidad del sistema permitirá transportar a 2.400 esquiadores por hora, utilizando 60 cabinas con capacidad para diez personas cada una y con portaesquís.

 

No obstante, la ubicación exacta de las pilonas dependerá de un estudio nivológico que identificará las zonas de avalanchas a evitar, garantizando la seguridad de la instalación.

 

 

El proyecto, que cuenta con el respaldo financiero y el impulso político, se convierte en una prometedora realidad para los amantes del esquí y el turismo en la región.