A mitad de camino entre Fresno y Bakersfield, en el centro del Valle de San Joaquín, una lámina de agua va creciendo en un campo de césped irregular que alguna vez estuvo seco en Allensworth, la "Capital agrícola de California".

 

 

Por primera vez en décadas, Tulare Lake ha regresado. La masa de agua dulce más grande al oeste del Mississippi -con una superficie de casi 2100 kilómetros cuadrados- era cuatro veces el tamaño del lago Tahoe, hogar de bandas de indios Yokut y millones de aves y otros animales salvajes, hasta que fue drenada a finales del siglo XIX y desapareció.

 

 

Pero el 20 de marzo, con el deshielo de las precipitaciones extraordinarias que recibió California en el invierno con un volumen impensado de nieve en sus montañas, el lago empezó a emerger y amenaza con inundar la zona.

 

Las lluvias produjeron en su momento inundaciones repentinas, pero ahora el deshielo de la abrumadora cantidad de nieve se convierte en un serio problema.

 

 

 

 

El condado de Tulare ocupa el segundo lugar en Estados Unidos por valor de mercado agrícola, según el Censo de Agricultura de 2017. También se caracteriza por la producción de leche y quesos. Muchos de sus productos son una marca registrada de California.

 

La vigilancia por inundación se mantiene, ya que ahora el componente esencial es la velocidad del deshielo. Muchos de los afectados lo ven como un desastre en cámara lenta, y cruzan los dedos para que el calor llegue lentamente y evite un deshielo masivo en poco tiempo, lo que agravaría potencialmente la situación.