El acuerdo permitirá la conexión de las estaciones de esquí de Astún y Formigal, a través de una telecabina de 4,3 kilómetros que requerirá una inversión de 34 millones de euros. Se espera que el telecabina esté listo para 2025.

 

 

El proyecto, que busca posicionar al Pirineo aragonés en el mercado internacional gracias a la creación del undécimo dominio esquiable más grande del mundo, generará un impacto económico de 50 millones de euros anuales en sus tres primeros años, lo que supone un tercio más de lo que actualmente genera el sector de la nieve.

 

 

El siguiente paso será la petición de la declaración de interés autonómico por parte del holding aragonés de la nieve, que es participado al 50% por la DGA e Ibercaja.

 

A continuación, se presentará toda la documentación necesaria para iniciar la aprobación inicial del Plan de Interés General de Aragón (PIGA) de la unión.

 

Si todo sigue el cronograma previsto, las autorizaciones necesarias, así como el procedimiento de licitación y adjudicación de las obras, deberían estar completadas a más tardar para el final de la temporada de esquí de 2024-2025. 

 

 

El proyecto incluye la instalación de 40 pilonas y 8,8 kilómetros de cable, con dos estaciones motrices en los extremos y otra intermedia.

 

Lambán ha defendido la sostenibilidad del proyecto y ha manifestado que se trata de "un objetivo, yo diría casi que un sueño, que mi gobierno abrigó en la cabeza y el corazón desde nuestra llegada al Pignatelli en 2015".

 

El presidente ha enfatizado que el proyecto se ajustará estrictamente a criterios de sostenibilidad y que no habrá urbanizaciones, ni usos desmedidos de las posibilidades del territorio, ni explotaciones abusivas de ninguna clase.

 

Este proyecto convertirá a Aragón en el mayor dominio esquiable de España solo con la unión de estas dos estaciones, y en el número 30 del mundo, un posicionamiento que aún podría ir más allá, hasta el puesto 11 en kilómetros, con la incorporación de Candanchú y Panticosa.