Comenzar a esquiar puede convertirse en una de las mejores cosas que te haya pasado; tanto es así que lo convierte en un regalo perfecto para estas fechas.

 

Entre los que ya esquiamos, es fácil enumerar, al menos, seis razones, por las que amamos nuestro deporte y por las cuales creemos que empezar a esquiar mejorará tu vida y tus vacaciones.

 

 

 

 

Si nunca ha sido un gran buscador de emociones hasta ahora, el esquí seguramente cambiará su perspectiva. No hay nada tan emocionante y reconfortante como la sensación de deslizarse por la ladera de una montaña nevada mientras el viento silba en sus oídos y los espectaculares picos alpinos brillan bajo el brillante sol invernal.

 

Es cierto que probablemente habrá algunas caídas y sacrificios, pero si no vas a lo loco y te dejas guiar por profesionales, lo único que podría salir lastimado es tu ego, y se recuperará pronto una vez que vuelvas a estar bajando.
 

 

 

 

Si bien tomar clases de spinning o levantar pesas en el gimnasio sin duda puede mejorar tu estado físico y tu tono muscular, estas formas de ejercicio no son tan atractivas y divertidas como una sesión de esquí.

 

De hecho, puedes quemar más de 200 calorías en solo media hora, aunque, hay que admitirlo, es probable que consumas la misma cantidad después de su día en las pistas.
 

 

 

 

Uno de los mejores aspectos del esquí es la oportunidad que te brinda de reconectar con la naturaleza y sumergirse en paisajes vírgenes de gran belleza, desde la sierra madrileña; los Pirineos o los Alpes…

 

Hay tantos lugares impresionantes esperando a ser descubiertos. Cuando no estés esquiando, puedes hacer rutas de senderismo, acomodarte en un trineo tirado por perros o simplemente encontrar un lugar tranquilo y disfrutar de la belleza natural que lo rodea.
 

 

 

Si está buscando formas de crear recuerdos mágicos para atesorar en los años venideros, las vacaciones de esquí son una opción ideal.

 

Además de los muchos recuerdos emocionantes después de  bajar todo tipo de pistas y en las diversas situaciones que te encontrarás, la atmósfera del après-ski y los pueblos de montaña te dejará imágenes imperecederas.
 

 

 

Si bien muchos de nosotros podemos caer presa de la tentación totalmente comprensible de permanecer firmemente dentro de los límites de nuestra zona de confort, en realidad puede ser saludable salir de esos confines seguros y probar algo nuevo y aventurero.

 

Ahí es donde entra en juego el esquí. No se puede negar el hecho de que este deporte puede ser un desafío, ya sea cuando intentamos mantenernos erguidos en nuestra primera pista, o con el estómago vacío ante la pendiente.

 

Aun así, tener la oportunidad de enfrentar los miedos y aprender nuevas habilidades que aumenten la adrenalina puede brindar una serie de beneficios significativos, desde aumentar la autoestima hasta una nueva perspectiva sobre otros desafíos y obstáculos de la vida diaria.
 

 

 

El esquí puede proporcionar un medio único e inolvidable de vincularse con los seres más cercanos y queridos.

 

No hay nada como el brillo de orgullo que siente uno al ver a su hijo o hermana, padre o mejor amigo, hacer su primer descenso tambaleante por la pista de principiantes.

 

O la oleada de alegría y camaradería que sentirás cuando todos os acurruquéis alrededor de un fuego parpadeante brindando con vino caliente o chocolate caliente.