Me encuentro en estos momentos en Suramérica en un pequeño pueblo chileno llamado La Parva. Este pueblo es bien conocido en el país por tener una estación bien grande a una hora de la capital: Santiago de Chile.

Desde mi llegada he tenido días de sol y de nieve…las montañas se han cubierto de nieve y he podido sacar los esquís a pasear! Una de las cosas buenas de estar aquí es, que vivo a unos 2.750m de altitud y si cae algo siempre será nieve porque hace bastante frío. Pero aclimatarse a esta altura y a la de las montañas que me rodean es un proceso de varios días donde uno debe dormir bien e hidratarse mucho. Pues tienes montañas de más de 4.000m a pocas horas randoneando.

En estas semanas que llevo aquí, a parte de randonear por la estación, he podido hacer dos actividades bien interesantes:

La chimenea

Esta, es una canal muy conocida en la zona y que se ve desde bien abajo (cuando subes desde Santiago). El pasado 30 de junio hizo un día lo suficientemente bueno como para que pudiera esquiar esa canal. A pesar de que faltaba nieve pude hacer la aproximación por la pista de Manantiales hasta pie de canal. Una vez ahí crampones y…¡para arriba! Al haber poca nieve la primera mitad de la canal la pude ascender sin mucho esfuerzo (solo el que mi corazón me permitía al no estar completamente aclimatado).

 

 

 

 

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Pero cuando llegué a la parte alta se complicó la cosa…estaba soplando mucho viento de abajo depositando la nieve en la parte alta donde me hundía hasta la cadera. Fue un trabajo duro pues la pendiente que tiene ahí hacía que cuando daba un paso me hundía más aún…pero de las veces que he trepado por pendientes de nieve he aprendido una técnica, poco ortodoxa, pero bien eficaz…EL GATEO!

Gateando conseguí pasar hasta casi la salida de la canal donde había una cornisa bien grande justo encima de rocas…por esa razón mi descenso empezó un par de metros por debajo de la entrada de la canal.
 

La bajada fue, como me gusta llamarlo a mi, una bajada de supervivencia…Los primeros metros los derrapé y luego pude ir encadenando giros cortos o saltados esquivando piedras. Una buena actividad en la que llegué a los 3.500m donde pude probar la mochila que voy a usar en mi próxima expedición: la Millet Prolighter 60+20

Cerro La Parva

Esta montaña es una clásica pues caminando entre 1 y 2 horas llegas a su cumbre de 4047m de altura y puedes bajar esquiando por alguna de sus canales en la cara sur.

El lunes 4 de julio me puse las pieles en la Laguna Piuquenes, al lado de la estación y me puse a subir por la misma cara sur de la montaña. Un día bien bien frío y con mucho viento en la cumbre…

La subida fue un slalom esquivando rocas pero hubo una zona en la que se me rompieron dos placas de viento (no cayeron por suerte). Después de ponerme y sacarme los esquís un par de veces, llegué a la cumbre desde donde se ve el gran Cerro El Plomo de 5.424m.

 

 

 

 

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La bajada la hice por una de las canales controlando bien el manto nivoso para no tener ningún susto. Un descenso en nieve polvo y venteada que mereció mucho la pena después de llegar hasta esa altura!

Y ahora, mientras escribo este texto está cayendo una gran gran nevada…así que después de que se asiente toda esta nieve y se reduzca el riesgo de aludes saldré de vuelta a disfrutar de esta tremenda cordillera de Los Andes!