La estación de esquí de Cabeza de Manzaneda no ha abierto aún sus pistas esta temporada. Lo cierto es que desde que se adjudicó su gestión al grupo Artabria Turismo en 2020 solo ha abierto dos días para la práctica de esquí.

 

La situación resulta incomprensible para los usuarios, más teniendo en cuenta que en 2017 se invirtieron 5,5 millones de euros en la instalación para 29 cañones de innivación de nieve artificial, con el fin de que hubiese nieve durante, por lo menos, 180 días al año.

 

Desde el inicio de la temporada, el concesionario del complejo ha anunciado en diversas ocasiones la puesta en marcha de los sistemas de innovación artificial, pero a la hora de la verdad no ha sido así, lo que ha generado las quejas de los esquiadores ourenses e incluso una petición a la Xunta para que vuelva a sacar a licitación pública, y en libre concurrencia, el contrato de gestión de la estación de esquí.

 

El último episodio ocurrió este fin de semana y resulta esperpéntico. El viernes, en declaraciones a la prensa local, el director de la estación, ​​ Víctor Picos anunciaba que se habían dado las condiciones adecuadas para poner en marcha los cañones de nieve y que “fabricamos nieve de las 12 de la noche a las 6 de la mañana”.

 

Sin embargo, el sábado por la mañana, cuando muchos confiaban en poder esquiar por fin en Manzaneda, en las pistas de la estación ourensana no había ni rastro de nieve artificial ni asomo de intención de abrir.

 

Los cañones no solo no funcionaron -solo se activó uno en la parte superior y otro de forma mínima en la bajada, estando el resto apagados y congelados, aunque con las luces encendidas como si realmente estuviesen funcionando-, y visitantes a la estación confirmaron que no funcionaron, circunstancia que generó un gran malestar en las redes sociales.

 

 

La realidad es que Manzaneda tiene el triste honor de ser la única estación de la península que no ha abierto este invierno y no precisamente porque no haya habido las condiciones.