Según el director de carrera, Santi López "estamos dentro de los baremos que pide la FIS para este tipo de pruebas". Y es que el ente internacional exige entre 450 a 600 kg por m3 de densidad de la nieve para las pruebas de velocidad (descenso y supergigante), y entre 600 y 750 kg por m3 para las carreras técnicas (slalon y slalom gigante). Estas últimas requieren de más peso y, por tanto, más dureza, ya que el trazado sufre más el desgaste por el paso y el tipo de movimientos de los corredores. En el proceso se toman muestras de nieve en distintos tramos de las pistas en los que también se analiza la temperatura y la humedad.

 

 

El control tuvo lugar ayer por la mañana en los dos escenarios de competición, la pista Avet de Soldeu y el Àliga de El Tarter. El técnico, Lluís Breitfuss fue el enviado especializado por parte de la FIS para realizar los tests pertinentes con la presencia de los responsables del equipo de máquinas pisano de la estación y Santi López.

 

 

 

En los próximos días, el equipo continuará con los trabajos de preparación de las dos pistas entre los que se prevé la instalación de los kilómetros de redes de protección, las laboriosas tareas de pisado de precisión de las máquinas y el derrape, entre otros .

 

 

En este sentido, el Avet permanecerá cerrada a partir de hoy. La parte baja del Àliga lo hará este lunes, y el alta de cara al miércoles o jueves, en función de cómo avancen los trabajos de acondicionamiento.