Este invierno, con los remontes cerrados en todo el país, el febrero ha sido uno de los peores de la historia, con una caída del 48% en comparación con las vacaciones escolares de 2020 y una tasa de ocupación promedio del 33% en todos los macizos, según cifras publicadas por la Asociación Nacional de Alcaldes de Estaciones de Montaña (ANMSM).

 

El cierre de los remontes por Covid-19 ha provocado una "caída libre" en el turismo de invierno, alarma la Asociación Nacional de Alcaldes de Estaciones de Montaña (ANMSM) en un comunicado de prensa basado en cifras del gabinete G2A, del gabinete G2A, que recopila datos de muchos proveedores de alojamiento.

 

El presidente de la ANMSM, Jean-Luc Boch, subraya la disparidad entre los dominios: "Las grandes estaciones son las que más pierden".

 

 

Por su parte, los dominios de baja altitud obtienen unos resultados un poco mejores, con una reducción limitada al 40% en comparación con 2020.

 

Durante toda la temporada de invierno 2020-2021, la tasa de ocupación prevista es del 22,5% o -43% en comparación con la temporada anterior, que ya había sufrido por el primer encierro en marzo de 2020.

 

Jean-Luc Boch lo deja claro: “lo que salva a la montaña son los remontes”. Las actividades auxiliares (raquetas de nieve, trineos, trineos tirados por perros, esquí de fondo ...), "sirven para sentirse bien psicológicamente", pero, lamenta que "no son viables económicamente”.

 

La ANMSM estima que este año el sector del esquí solo alcanzará alrededor del 10%. “Sobre todo porque la actividad es muy estacional: si cierras las estaciones durante cuatro meses, cierras la actividad económica del territorio durante todo el año", explica Jean-Luc Boch, alcalde de Plagne Tarentaise.

 

Según Domaines skiable de France, que representa al sector, las cuatro semanas de las vacaciones de febrero representan el 35% de la actividad anual y normalmente alrededor de 10.000 millones de euros gastados a nivel nacional en las estaciones de esquí.