Las comunidades autónomas deberán mantener su cierre perimetral como mínimo entre el 26 de marzo y el 9 de abril, el toque de queda entre las 22 y las 6 horas y limitar las reuniones tanto en interiores como en exteriores a un máximo de 4 personas.

 

 

Si las grandes estaciones de esquí de España, como Baqueira Beret o Sierra Nevada, contaban con los esquiadores de Madrid o el País Vasco para intentar aprovechar los últimos retales de una temporada para olvidar van a tener que contentarse con los de su autonomía, y ya veremos si todos o sólo los de parte de ella.

 

Es el caso de Catalunya, donde por ahora prevalece el cierre perimetral comarcal y el Govern de la Generalitat va decidiendo cada siete días, veremos cómo llegamos a Semana Santa. Si, al menos se permitiera la movilidad dentro de la autonomía, las estaciones catalanas tendrían una alegría.

 

Otro gran afectado va a ser Andorra, que no podrá recibir turistas españoles en una de las semanas de semana de más afluencia. Todo ello puede ser la estocada final a un sector de la nieve que esperaba con ansia que el Gobierno levantara las restricciones a las pistas de esquí para recibir turistas españoles en Semana Santa.

 

 

 

A este solo se opone frontalmente Madrid, como ya ocurrió en el Consejo Interterritorial del pasado miércoles. Es, con Extremadura, la única autonomía de la Península que actualmente tiene sus fronteras abiertas.

 

El plan será elevado al Consejo Interterritorial como declaración de actuación coordinada, lo que supone la obligación por parte de todas las autonomías e incluye el compromiso de las comunidades de no bajar el nivel de alerta desde las dos semanas previas al inicio de la Semana Santa "aunque los indicadores sean favorables".