El austriaco Vincent Kriechmayr, que el jueves había ganado oro en el supergigante, se ha proclamado hoy campeón del mundo de descenso en los Mundiales de esquí alpino de Cortina d'Ampezzo (Italia), tras anotarse también la prueba reina de velocidad.

 

Tras ganar la Super-G, el austriaco Kriechmayr llegaba al descenso con mucha confianza.

 

 

 

Kriechmayr ha firmado un tiempo de un minuto, 37 segundos y 39 centésimas, sólo una menos que el alemán Andreas Sander, sorprendente medallista de plata en una prueba en la que el suizo Beat Feuz (-18 centésimas) ha sido bronce.

 

Con las finales de la Copa del Mundo del año pasado (que deberían haber servido para probar la pista) canceladas, los esquiadores solo tuvieron dos entrenos para adaptarse a las condiciones de nieve dura y adherente del recorrido de 2610 metros de largo y una pendiente promedio del 31%.

 

Kriechmayr, que ganó el bronce en descenso en el último campeonato del mundo en Åre, esquió una línea limpia y casi se engancha en una puerta en la sección transversal de Canalone, que luego sería la ruina de su compañero de equipo y otro el favorito de la carrera Matthias Mayer.

 

Gracias a su victoria, Kriechmayr se convierte en el primer campeón del mundo de descenso masculino de Austria en 18 años desde que Michael Walchhofer lo logró en 2003.

 

También es el tercer hombre, después de Hermann Maier (1999) y Bode Miller (2005) en hacer el doblete de velocidad en el mismo año.

 

La sensación suiza Marco Odermatt, cinco veces campeón mundial juvenil en su primer Campeonato Mundial senior, terminó en cuarto lugar junto con el favorito local, el italiano Dominik Paris.