En estos momentos, los centros de esquí de toda España dan por perdido el primer gran puente de la temporada -el de la Constitución y la Purísima- y solo en Catalunya se mantiene una ligera esperanza de poder rascar algo en la segunda mitad, a partir del 7 de diciembre, cuando, si se mantiene el plan de desescalada de la Generalitat y hay nieve suficiente, podrían abrir las 6 estaciones del grupo Ferrocarrils de la Generalitat de Catalunya (FGC) -La Molina, Vallter 2000, Vall de Núria, Espot, Port Ainé y Boí Taüll- y Masella. Según el grupo FGC, el puente de la Purísima supone un 5% del volumen total de negocio, mientras que, en Navidades, otro 25%.

 

 

A partir de esta fecha, siempre que haya nieve y siempre que evolucionen favorablemente los índices de la pandemia, podrían ponerse en marcha otras estaciones, como Sierra Nevada -10 de diciembre- o Baqueira Beret -11 de diciembre- y, poco a poco, debería ir aumentando el número de pistas abiertas al público.

 

Esa es la teoría, pero este plan podría torcerse con la renuncia por parte de Francia, Italia y Alemania a empezar la temporada de esquí hasta el 2021, y el llamamiento de este último país, a que toda Europa adopte la misma medida. Suiza, donde ya se esquía y Austria, donde las estaciones abrirán a partir de principios de diciembre, no secundan el plan alemán. Mientras, Andorra y España aún no han tomado una decisión definitiva.

 

 

Si no hubiera esquí en Navidades sería un duro golpe -el segundo tras el Puente de la Purísima- para todo el sector de la nieve en España, puesto que en este primer tramo de la temporada visitan las estaciones unos 2 millones de esquiadores, se registra más del 30% de la facturación y se crean más de 3.000 puestos de trabajo directo, según se desprende del informe anual de la Asociación Turística de Estaciones de Esquí y Montaña (ATUDEM).

 

 

Por ahora ya se han perdido los ingresos del Puente de diciembre y hay varias estaciones que se han visto obligadas a presentar Ertes (Expediente de Regulación Temporal de Empleo). Es el caso del grupo de nieve Aramón, cuyo expediente afecta a toda la plantilla de las estaciones de Formigal, Panticosa y Cerler, en el Pirineo, y Valdelinares y Javalambre, en Teruel. O Candanchú, donde se ven afectados sus 28 trabajadores fijos.

En total, sumando contratos fijos y de temporada, las estaciones de esquí asociadas a ATUDEM dieron ocupación a 3.108 personas el invierno 2019-20, 64 más que en el ejercicio anterior. De estos, 2.421 fueron empleos de temporada y 687 fijos.

 

 

El informe constata que el sector de la nieve, antes de la llegada de la COVID-19, estaba atravesando un “buen momento”: la temporada 2019-20, con tan solo 96 días de apertura (frente a los 114 días de la temporada anterior), se saldó con unos ingresos de 118.755.497 de euros, una cifra muy similar a la del año anterior.

 

Este volumen, siempre según este estudio, fue posible gracias al aumento de la facturación media por visitante, que se ha situado en los 24,78 euros, frente a los 22,79 euros de la campaña anterior.

 

Ahora, el sector de la nieve reclama una decisión nacional a la hora de fijar el inicio de la temporada de esquí y que cualquier anuncio se haga con la "suficiente anticipación" ante las implicaciones que conlleva para todo el sector. No quiere ni pensar en la posibilidad de perder las Navidades.