El presidente del Gobierno italiano, Giuseppe Conte, firmó este domingo un nuevo decreto que impone, desde mañana, el cierre de piscinas, gimnasios, teatros, cines y tampoco permite la apertura de las estaciones de esquí, sobre todo después de las imágenes de este sábado con largas colas y personas hacinadas en los remontes. Las nuevas restricciones estarán en vigor un mes, hasta el 24 de noviembre.

 

 

El texto del decreto, que en realidad no es 100% claro, dice lo siguiente: “Los remontes de las áreas de esquí están cerrados. El mismo solo puede ser utilizado por atletas profesionales y no profesionales, reconocidos de interés nacional por el Comité Olímpico Nacional Italiano (CONI), por el Comité Paralímpico Italiano, (CIP), y / o por las respectivas federaciones para permitir la preparación dirigida a la realización de competiciones deportivas nacionales e internacionales o la realización de dichas competiciones”.

 

 

Hasta aquí, parece que el esquí está prohibido para los aficionados, pero entonces añade: "Los remontes están abiertos a los esquiadores aficionados solo sujetos a la adopción de unas directrices específicas por parte de la Conferencia de Regiones y Provincias Autónomas y validadas por el Comité Técnico-Científico, destinadas a evitar la acumulación de personas.

 

En realidad, pues, dicho decreto, en opinión de las regiones; no cierra completamente el esquí y algunas estaciones, como Val Senales, están dispuestas a mantenerse abiertas con nuevas pautas de acceso a los remontes, que habrá que definir la Conferencia de Regiones y Provincias Autónomas y validado por el Comité Técnico-Científico.
 

 

 

 

El sector de la montaña respira con esta brecha, aunque el esquí esté suspendido a partir de este lunes, y espera poder adoptar, con urgencia, un protocolo único que sea lo mejor posible.