Beth Howard, la directora de operaciones de Vail Mountain, emitió el siguiente comunicado el miércoles por la mañana: “Wow, qué tormenta. El fin de semana pasado, en un período de 48 horas, recibimos 38 pulgadas (97 cm) de nieve en Vail Mountain, entre los cinco más copiosos en nuestros 58 años de historia. Sabemos que nadie quiere perderse un powder así, por lo que nos pusimos manos a la obra. Teníamos mucho trabajo”.

 

Con estas palabras empieza la carta de disculpa hecha pública por la estación de Colorado por las largas colas en los remontes el fin de semana, las más largas registradas nunca en Vail y que tuvieron una gran repercusión mediática.

 

La máxima responsable del emblemático resort estadounidense explica: “Desenterrar la nieve para abrir la montaña de forma segura para los usuarios requiere un esfuerzo hercúleo por parte de la patrulla de esquí, los operarios de los remontes, los pisteros y todo el personal de Vail Mountain. Quiero expresar mi más profundo agradecimiento por su arduo trabajo”.

 

 

Según ella, “no escatimamos en gastos para abrir la montaña lo más rápido posible. De hecho, nuestra patrulla utilizó un número récord de explosivos para eliminar el peligro de avalanchas. Pero la seguridad siempre es lo primero, y para garantizar que el terreno sea absolutamente seguro para los esquiadores y empleados, lleva tiempo”. “Quiero agradecer a nuestros clientes su paciencia este fin de semana y disculparme por cualquier experiencia negativa”.

 

Howard aprovecha el comunicado para contextualizar las imágenes de largas colas en dos remontes que se hicieron virales en las redes sociales. “El viernes y el sábado, la fila en la parte inferior de Gondola One era innegablemente larga. Los esquiadores comenzaron a hacer cola a las 6 a.m., más de dos horas antes de que abriéramos, ansiosos, como yo, por experimentar un powder histórico. Si bien no me gusta ver a nadie esperando en ninguna línea, quiero asegurarles que esas colas desaparecieron antes de las 10 a.m. del viernes y antes de las 9:15 a.m. del sábado. Esa góndola puede manejar a muchos usuarios, y una vez que el grupo inicial se disipó, la fila duró alrededor de cinco minutos el resto de esos días”.

 

“Al mediodía del sábado, mientras que la mayoría de las pistas ya estaban abiertas vimos la posibilidad de abrir Back Bowls, donde la única opción para subir es la silla 5. A las 10:30 a.m., el tiempo de espera comenzó a exceder los 30 minutos, y la fila se hizo mucho más larga. A las 2 de la tarde, la cola había disminuido, pero ese período intermedio creó una experiencia inaceptable y pido disculpas a cualquiera que se haya quedado atrapado en ella”.

 

 

Vail Mountain incluso se planteó limitar el acceso de esquiadores a Back Bowls, “pero sinceramente no era algo que habíamos hecho antes. También tratamos de advertir a los clientes acerca de la línea, pero nuestra eficacia se quedó muy corta, e incluso cuando lo hicimos, los invitados tendían a esquiar más allá de nuestras indicaciones porque querían disfrutar del polvo intacto. Para ayudar a compensar los impactos de los huéspedes, decidimos mantener los remontes funcionando durante media hora adicional”, concluye.

 

La directora de operaciones de Vail reitera que “podríamos haber hecho un trabajo mucho mejor anticipando estas situaciones y comunicándonos con nuestros invitados. A medida que nos acercamos a otro gran fin de semana, con más nieve en el pronóstico, estoy intentando mejorar esos canales de comunicación”.

 

Las disculpas de Vail Mountain, a pesar de no ofrecer ningún tipo de compensación a los usuarios que se quedaron atrapados en las colas, ha sido elogiada por los empresarios locales, los políticos del estado e, incluso, por muchos de los usuarios.