La escena del viernes y sábado en la base de Vail se volvió viral al instante en las redes sociales y los medios estadounidenses -incluso lo de información general- cuando compartieron una publicación de Instagram que mostraba una línea interminable de esquiadores y practicantes de snowboard que se extendía, cuesta arriba, hasta media pista.

 

 

 

 

 

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Every skier and snowboarders worse nightmare @gonepatrol (via @alwaysadventuring)

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Feb 8, 2020 at 6:07am PST

 

No es una situación nueva, pero quizás hasta ahora no había llegado a estos niveles. El motivo hay que buscarlo en un cúmulo de coincidencias que, por sí mismas, ya ocasionan aglomeraciones pero que si se juntan -como ocurrió este fin de semana- provocan las mayores colas que se recuerdan en una estación de esquí estadounidense.

 

En concreto, coincidieron en el tiempo cuatro factores: una gran nevada que dejó casi un metro de nieve fresca en apenas 48 horas y que tuvo un efecto llamada para miles de esquiadores. A causa de esta gran nevada, los remontes mecánicos y pistas de las cotas superiores quedaron inutilizados durante algunas horas. Por le mismo motivo, algunas estaciones vecinas como A-Basin permanecieron cerradas. Y finalmente, el famoso forfait Epic Pass, creado por Vail Resorts.

What 1.5-hour lift lines look like at Vail. #bluebird #Colorado #skiing #snowboarding pic.twitter.com/KRoZLuOkN6

— Frisco Lodge (@FriscoLodge) February 8, 2020

 

Se trata de uno de los dos pases más grandes del mundo (su rival en la zona es el Ikon Pass), que permite esquiar en un montón de estaciones de todo el planeta y que en pretemporada pudo adquirirse por unos 900 dólares.

 

De hecho, son muchos los que consideran que el Epic Pass, si bien es muy cómodo y económico -en comparación a los precios de los forfaits por día de los grandes resorts estadounidenses (Vail 208 dólares comprando online, en taquilla 219$)- hacen imposible esquiar ciertos días (fines de semana y grandes nevadas) en estaciones cercanas a grandes urbes, como Denver, ya que se llenan hasta los topes.

 

La solución para evitar atascos en los remontes, las pistas y los aparcamientos, como muchos usuarios comentan en los portales americanos, es esquiar en estaciones sin el glamour de Aspen o Vail, más pequeñas, sin apenas colas y mucho más baratas.

 

Mientras los atascos seguían, el gerente de comunicaciones de Vail, John Plack, intentaba calmar los ánimos; "Queremos agradecer a todos por esquiar con nosotros mientras desenterramos los remontes de esta tormenta histórica. Mountain Operations está trabajando arduamente para mitigar los riesgos de avalancha, y queremos recordarles a todos que se mantengan fuera de las pistas cerradas". Poco consuelo para tanta cola. 

 

 

Al final, después de la ajetreada mañana, Vail permaneció abierto media hora más tarde el sábado para esquiadores y practicantes de snowboard que querían aprovechar más la jornada.