¿Merece la pena ir a trabajar a una estación de esquí al precio que está el alquiler de pisos?
Los temporeros de las estacions de esquí andorranas tienen problemas para encontrar vivienda (Foto: LdN).
El goteo de ofertas de empleo en las estaciones de esquí de la Península (España, Andorra y Francia) para la temporada de invierno 2019-20 ha empezado estas últimas semanas. Septiembre y sobre todo octubre son los meses en los que hay que estar atento a todas las publicaciones para trabajar en estaciones de esquí o ponerse en contacto directamente para conocer cuáles son las plazas disponibles.
Masella y Grandvalira han hecho públicas ya sus ofertas de trabajo y próximamente lo harán otras grandes estaciones (como Baqueira Beret, Aramón o Sierra Nevada) pero también las medianas y hasta las más pequeñas.
Entre todas, y aunque es difícil afinar en una cifra exacta, pueden generar alrededor de 5.000 puestos de trabajo directos más otros tantos indirectos. Los centros de esquí ofertan empleos muy variados, desde aquellos que se les presuponen relacionados con la nieve -instructores de esquí o snowboard y trabajadores para las pistas y remontes mecánicos- a otros tipos de profesionales del sector del turismo y la hostelería, la administración o logística, comunicación, marketing...
Si hace apenas diez años ir a “hacer temporada” (como se suele denominar popularmente al empleo temporal) en una estación de esquí era un buen negocio, actualmente puede resultar incluso ruinoso.
El principal problema radica en el aumento del precio del alquiler de viviendas, que no ha parado de crecer y en el cambio de modelo resultante del alquiler vacacional, que ha provocado que muchos propietarios de apartamentos prefieran ofrecerlos por días o por semanas a través de portales como Airbnb que tenerlos ocupados durante todo el invierno.
El precio del alquiler en Andorra se incrementa de manera nada proporcional temporada tras temporada. Incluso el pasado año se dieron condiciones abusivas, tales como tener que pagar la temporada por adelantado.
La situación no es nueva en Andorra, donde hace años que las estaciones tienen dificultades en la contratación de temporeros debido a la falta de pisos, incluso se plantean construir sus propias viviendas para alojar una parte los empleados. Tampoco en España es un fenómeno inexistente, lo que sucede es que hasta la fecha sólo se había detectado en destinos turísticos de verano -la Costa Brava o las Islas Baleares son un ejemplo-.
Además, encontrar un piso en Andorra no es garantía de éxito. Más allá de los incrementos del precio del alquiler o de las abusivas fianzas, el Defensor del Pueblo del Principado ya pudo constatar, en la última temporada, las defectuosas condiciones de algunos inmuebles.
Si en el Principado ya no solo es caro hallar vivienda durante la temporada de invierno sino muy difícil, los precios no invitan al optimismo en la Val d’Aran ni la Cerdanya.
Debate en las redes sobre la conveniencia de trabajar en Andorra
El debate que ha generado en Facebook la noticia sobre los 1.2000 puestos de trabajo que genera cada temporada Grandvalira pone de relieve las dificultades con las que se encuentran quien va a trabajar. Como narra en https://www.facebook.com/lugaresdenieve/ uno de los afectados: "El salario puede estar entre 1050 y 1300€ (con bastante suerte haciendo o muchas horas o trabajando en algo que requiera alguna titulación). Algunas empresas alojan (hoteles y estaciones de esquí) y te descuentan el alquiler del sueldo. El mayor problema es que no hay alojamiento, ni las estaciones de esquí tienen muchas veces. Si vienes y tienes suerte de encontrar alojamiento te verás pagando entre 600-850€ al mes por un piso bastante alejado y muuuuy pequeño o en malas condiciones ( en el que es imprescindible transporte) o unos 1.000€ por un piso en el centro, siempre pagando 3-4 meses de depósito".
En estos momentos, si se echa un vistazo a los principales portales inmobiliarios -fotocasa, idealista, pisos.com, yaencontre o habitaclia- el precio medio por mes de un piso de dos habitaciones en la Cerdanya (y no a pie de pistas sino en Puigcerdà o Alp) es de 800 euros, mientras que en la Val d’Aran sube hasta los 1.000 euros. Si bien es verdad que se puede encontrar una oferta entre los 500 y 600 euros, cuando se lee letra pequeña de los anuncios se descubren las limitaciones de dichas viviendas-.
Una situación que también afecta a algunas estaciones de los Alpes
Algunas estaciones de esquí de Austria la temporada pasada no pudieron abrir todos los remontes porque no disponían de trabajadores para hacerlo, una situación también motivada por la falta de pisos para alojar a los temporeros.
Hay pues que hacer números, estar más que dispuesto a compartir e irse olvidando de una frase que hace no tantos años se escuchaba entre los trabajadores de las estaciones: “lo que gano en la temporada me da para vivir todo el año”.
Grandvalira necesita 1200 trabajadores cada invierno, de un 20 a un 30% son nuevos cada año. Todos los detalles.
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