Los glaciares de los Pirineos tienen la muerte anunciada en pocas décadas
El Glaciar de La Maladeta (Huesca). (Foto: Confederación Hidrográfica del Ebro).
Cuando aparece el frío y comienza a nevar en la cima de las montañas, como estos días, tendemos a olvidar los continuos y reiterados avisos sobre el retroceso de los glaciares, un indicador del calentamiento del planeta.
En España, la cordillera de los Pirineos alberga en la actualidad los únicos glaciares activos que todavía persisten en la Península Ibérica, constituyendo las que posiblemente sean las reservas de hielo más meridionales de Europa.
Los glaciares de mayor extensión de España, son el del Aneto-Monte Perdido y Maladeta y es que en el cómputo total, en el Pirineo Aragonés están situados los ocho macizos montañosos en los que en la actualidad se mantienen con vida las últimas masas de hielo funcionales de la cordillera: Balaitús o Moros, Infierno, Vignemale o Comachibosa, Monte Perdido o Tres Serols, La Munia, Posets o Llardana, Perdiguero-Cabrioules y el de Maladeta-Aneto.
Los glaciares del Pirineo son "recientes"
Glaciar de Monte Perdido (Aragón), imagen año 1898. Fuente Foto: Marc OlivaSin embargo, un estudio auspiciado por la Universitat de Barcelona (2018) puso de relieve que el paisaje que caracteriza el Pirineo en realidad es muy reciente, en términos geológicos. Se habría formado durante la "pequeña edad de hielo" que se vivió de 1300 a 1850, "el periodo frío más prolongado e intenso de los últimos 10.000 años". De esta manera anteriormente no habría habido casi glaciares en el Pirineo. Todo eso se explica en el trabajo publicado en la revista científica Earth Science Reviews, liderado por Marc Oliva, investigador Ramón y Cajal del Departamento de Geografía de la Universitat de Barcelona (UB).
Los glaciares están sufriendo una fuerte y constante regresión, que ha provocado que la superficie ocupada por los mismos sea actualmente un 10% de la que llegaron a ocupar a comienzos del siglo XX.
Gráfico: Nosolosig Fuente: Andrés Martín Rodríguez
La última alerta llega este septiembre de la mano de la revista de información geográfica y geotecnologías Nosolosig, que advierte que “si nada lo remedia, (los glaciares españoles) claudicarán en las próximas décadas ante el aumento imparable de las temperaturas”.
En un artículo titulado “Así se muere el glaciar de Monte Perdido”, Andrés Martín Rodríguez, ingeniero técnico agrícola y especialista SIG, hace una radiografía de la evolución del deshielo glacial a partir de imágenes de satélite desde el año 1989 hasta el 2018 de la zona del Parque Natural de Ordesa y Monte Perdido.
Con los índices NDSI, que detecta la cubierta nival gracias a la teledetección, el informe cuantifica la superficie (m²) ocupada para cada año, obteniendo unos resultados en los cuales se puede apreciar la disminución paulatina de superficie glaciar durante los últimos 30 años aproximadamente.
La situación del Monte Perdido, que se puede observar, en un modelo tridimensional, en este vídeo en 3D (imagen superior), se asemeja en gran medida a la que sufre el otro gran glaciar español, el de La Maladeta, que ha perdido 21 metros de espesor en 27 años, desde que se iniciaron los estudios y la monitorización de esta masa de hielo.
Eso sí, según la Confederación Hidrográfica del Ebro del Ministerio para la Transición Ecológica, “el pasado año hidrológico 2017-2018 el espesor medio aumentó en 30 cm frente a la pérdida de casi 2 m del año anterior”, un cierto respiro que puede dar esperanzas a los glaciares del país.
El Glaciar de La Maladeta es uno de los mejores indicadores sobre el calentamiento y por ello es importante mantener la toma de datos y un seguimiento que permita realizar una gráfica de la evolución del cambio climático.
Los naturalistas denuncian que se destruye un glaciar austriaco para una estación de esquí. Más info.
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