Innsbruck, capital de los deportes de invierno
Innsbruck, capital de los deportes de invierno.
De todos los viajes que hemos realizado es quizás en Innsbruck donde se percibe el esquí y el snowboard como parte del día a día, más que como una afición.
En este caso un servidor y Willy Martínez (compañero de White-Days) decidimos ir a pasar unos días de snowboard a Innsbruck después de una dura pero provechosa ISPO en Múnich.
Innsbruck está situada en el Oeste de Austria, más concretamente en el valle del Inn. Rodeada completamente de montañas y paisajes que parecen sacados de un cuento de hadas. La ciudad es pequeña y sencillamente preciosa, sus edificaciones y calles perfectamente cuidadas hasta el más mínimo detalle, te dejarán "ojiplático", detrás de cada esquina podrás contemplar rincones que te llenan los ojos de belleza.
En Innsbruck todo está pensado para que tu estancia sea confortable
Las montañas que rodean Innsbruck están atestadas de estaciones de esquí, todas ellas con un encanto especial, unas más grandes y más turísticas, y otras más pequeñas donde reina el ambiente tranquilo y familiar.
Advertiros que salvo en algún caso como el de Stubai, Kühtai, o Axamer Lizum, las estaciones no son gigantes, pero sus instalaciones modernas, sus trazados de pistas, su calidad de nieve, y la posibilidad de freeride son infinitas, os aconsejamos dejaros guiar por alguno de los locals, ya que de aventurarte tú solo, las posibilidades de perderte en algún bosque se multiplican. La mayoría de las estaciones más cercanas a Innsbruck gozan de unas vistas que son absolutamente increíbles, la ciudad de fondo, y montañas, muchas y preciosas.
El esquí de Innsbruck ofrece 9 estaciones de esquí de todos los tamaños, nosotros en nuestro corto pero intenso viaje nos decantamos por profundizar en Kühtai-Hochoetz, Patscherkofel, Axamer Lizum, y Glungezer.
Una de las mayores ventajas de Innsbruck es que te puedes desplazar a todas las estaciones sin la necesidad de conducir el coche, ya que la oferta de autobuses a todas las estaciones es gratuita y muy cómoda.
Innsbruck, una ciudad que te invita a descubrir sus rincones llenos de encanto
En nuestro caso decidimos empezar nuestro viaje en una de las estaciones de esquí más lejanas de la ciudad, Kühtai.
KÜHTAI (2.520m - 2.020m)
Nos dirigimos a Kühtai desde la estación central de autobuses de Innsbruck (Hauptbahnhof), concretamente el autobús de la línea 4166, el trayecto dura unos 50 minutos en los que no paras de ver paisajes espectaculares.
Kühtai es una bonita estación dividida en dos sectores separados, Kühtai y Hochoetz. Cuidado, aunque en el mapa de pistas no lo parece, las estaciones se encuentran a unos 15 minutos de autobús una de la otra. Por supuesto que el servicio de bus es gratuito. El bus para dirigirte a Hochoetz se coge en la base de la estación de Kühtai.
Mapa de pistas de Kühtai-Hochoetz
Kühtai es una estación de tamaño medio, donde predominan los paisajes alpinos de alta montaña, las pistas con mucho desnivel y amplitud con una calidad de nieve 5 estrellas. Sus instalaciones son sencillamente un lujo.
Algo que nos sorprendió gratamente es la cantidad de eventos que organizan para los más pequeños, los cuales tienen un nivel de esquí de locos, normal que en Austria salgan campeones de debajo de las piedras.
En la base de la estación encontraréis todos los servicios que necesitáis para reponer fuerzas.
Quizás la zona que más veces repetimos fue las pistas a las que se accede desde el telesilla Hochalterbahn, (2.520m de altitud), en el margen izquierdo de la estación si miramos desde la base. Las pistas de pendiente media y anchas como autopistas, hacen las delicias de todos.
Telesilla de Hochalterbahn, quizás la zona que más nos gustó de Kühtai
Una vez nos saciamos de recorrer pistas en Kühtai, nos tomarnos un descanso en una de las magníficas terrazas, donde podremos reponer fuerzas a la vez que nos deleitamos los ojos con impresionantes paisajes de picos y bosques.
Otra ventaja del esquí en Innsbruck es que los precios no son en absoluto desorbitados como ocurre en otros lugares de Europa, de hecho, sorprende que siendo estaciones modernas, los precios sean tan "friendly".
Una de las terrazas en las que puedes reponer fuerzas y deleitar tus ojos
Algo que nos hubiese gustado es haber podido conocer algún esquiador local para que nos enseñase rincones más escondidos. Los austriacos son muy madrugadores, por eso es común, ver todas las zonas de la estación dónde se puede pillar powder completamente trilladas, incluso en las que hay que patear. O madrugas o te quedas sin nieve virgen.
Vayas donde vayas ves posibilidades por todos lados, palas y más palas bien cargadas de nieve fresca que parecen invitarte a ser descubiertas, pero cuidado, siempre es necesario tomar precauciones, ya que es relativamente fácil perderse si nos aventuramos sin saber bien dónde estamos.
Bien es cierto que hay zonas de freeride de acceso muy fácil desde la propia estación, pero no os confiéis.
Detalle del paquetón de rico powder
Otro de los alicientes de Kühtai es su magnífico snowpark que hará las delicias de los más freestylers, módulos que parecen recién salidos de fábrica, con un bonito color amarillo. Todo perfectamente pensado y shapeado.
Líneas de todos los niveles perfectamente diferenciadas que te proporcionarán una progresión segura y divertida. Otra vez nos quedamos locos con el nivel de los más jóvenes, que ripan con una soltura y un estilo innato.
Pocas veces podrás disfrutar de snowparks tan ordenados, cuidados y bonitos.
Impresionante el snowpark de Kühtai, con módulos de todos los niveles
Una vez que ya hemos recorrido las diferentes áreas de Kühtai nos dirigimos hacia el otro sector de dicha estación, se trata de Hochoetz.
Hochoetz es una pequeña estación en la que predominan las pistas entre bosques, es quizás más familiar que Kühtai. Hochoetz tiene el encanto de las estaciones alpinas con recorridos sinuosos de pendiente media. Las instalaciones son una pasada, y los servicios que ofrecen te garantizan comodidad y diversión.
Los austriacos piensan en todo para que tu estancia y la de los tuyos sea todo un lujo. Las pistas están perfectamente pisadas, ni un solo cordón de máquina por mucho que busques. En general esta premisa se cumple en absolutamente todas las estaciones de Innsbruck.
Las instalaciones están pensadas hasta el más mínimo detalle
FICHA TÉCNICA
El día llega a su fin y nos dirigimos de vuelta a la zona de Kühtai para volver a Innsbruck. Andar con cuidado de no quedaros absortos con la belleza de Hochoetz, el autobús de vuelta a casa se coge de nuevo en Kühtai, así que estad pendientes de los horarios, de lo contrario podrías quedarte tirado en un lugar precioso, pero frio.
Es inevitable volver con una sonrisa de oreja a oreja, aunque también nos embarga una sensación de nostalgia por los paisajes que llenan tus ojos de tanta belleza tirolesa.
Después de un buen día de esquí os recomendamos encarecidamente que os deis una vuelta por Innsbruck, su oferta Après-Ski es muy variada, shopping, bares, restaurantes, museos o simplemente pasear por sus históricas calles. Innsbruck no deja indiferente a nadie. Es preciosa.
Fachadas de los edificios en el margen del río Inn
Amanece otro día en Innsbruck, parece que está muy nublado, lo cual nos preocupa un poco, ya que las fotos para el reportaje que estáis leyendo podrían deslucir.
Patscherkofel (1.965m - 1.009m)
Hoy nos dirigimos a una de las estaciones más cercanas a la ciudad, alrededor de 20 minutos en el ski bus (línea J). Patscherkofel, una pequeña estación dónde también predominan las pistas entre bosques increíbles. Nos gustaría recalcar que el trazado de las pistas es fantástico, y con un fresado prácticamente inmejorable.
Al salir de Innsbruck todo indicaba que tendríamos un día de nubes, pero según ascendías, ibas dejando abajo un mar de nubes que te hacían pensar que estás en Valhalla.
Típico paisaje en Patscherkofel
A pesar de ser una estación pequeña, no encuentras aglomeraciones, y eso que nos encontramos en el mes de febrero, el preferido por muchos para disfrutar de la semana blanca de esquí.
Accedes a la estación desde un telecabina rojo muy moderno situado en la base de la estación junto a una cafetería y la zona de taquillas. En poco tiempo te encuentras en lo alto de la estación.
Quizás habría que señalar que no se trata de una estación de pendientes fáciles, prácticamente todas sus pistas son rojas, pero están tan bien cuidadas que garantizan la seguridad al 100%.
Mapa de pistas de Patscherkofel
Patscherkofel es una de las estaciones preferidas de los habitantes de Innsbruck, con Nordkette son probablemente las más queridas por los locales, y es lógico, es como tener una estación de esquí en el jardín de tu casa.
La verdad es que el ambiente que se respira en la estación es genial.
La ventaja de que no se trate de una estación muy grande es que en poco tiempo puedes conocer sus trazados y repetirlos una y otra vez por sus diferentes variantes sin que resulte en ningún caso algo monótono.
Prácticamente en todas las estaciones que hemos visitado nos ha quedado el gusanillo de haber podido investigar más entre sus bosques, así que, si tienes la suerte de conocer a algún local, no dudes en pedirle que te sirva de guía.
Bosques de Patscherkofel
Otro de los puntos fuertes en general en las estaciones austriacas, son sin duda sus snowparks. Cuidados hasta el más mínimo detalle, divertidos y diferentes. El ambiente es de lujo, riders de diferentes partes del mundo y locales hacen muy buenas migas, y es más que probable que hagas nuevas amistades.
Una de las cosas que más llaman la atención en el snowpark de Patscherkofel es sin duda sus vistas a todo el valle, es hipnotizante. Marco único para filmar y fotear. El engorile en este pequeño y coqueto snowpark es de locos.
Impresionantes vistas desde el snowpark de Patscherkofel
Es inevitable pararte en cada rincón de la estación para hacer fotos, todo son postales, tienen un encanto único.
Patscherkofel es sin duda una pequeña estación que enamora y engancha, si por mi hubiese sido nos hubiéramos quedado aquí 3 o 4 días sin problema. La calidad de la nieve es brutal, se mantiene fresca, y eso que hace casi una semana que no nieva, parece que hubiésemos traído con nosotros el sol tan típico en nuestras latitudes.
Aunque no nos apetece, llega la hora de irnos de Patcherkofel y volver a casa en Innsbruck. Ya en el apartamento y después de una merecida siesta llega el momento de preparar el día siguiente, ¿a qué estación vamos?, el abanico de posibilidades es muy amplio, así que conviene estudiar bien las previsiones meteorológicas, ya que es posible que mientras en alguna estación el tiempo no acompañe, en otra puede que brille el sol, así que prepara bien tu estrategia.
Axamer Lizum (2.340m - 1.580m)
Después de meditarlo, nos decantamos por la estación de Axamer Lizum, una de las más grandes de cuantas visitamos. Situada a unos 40 minutos en bus (línea 4162) desde Innsbruck.
Bar en la zona media de Axamer Lizum
Axamer es de esas estaciones que rezuman historia del esquí, no en vano fue olímpica en el año 1964 y en el año 1976. Sus trazados son exigentes, pero seguros. Enseguida te das cuenta de que estas en un lugar emblemático.
Desde la base de la estación, sale un funicular (de un llamativo rojo y con pinta de haber vivido mucho) que te deja en pocos minutos en lo alto de la estación, desde ahí las posibilidades de descenso son múltiples. Y el ambiente que hay a la salida del funicular te invita a quedarte un rato y disfrutar de sus increíbles vistas, además es posible que te encuentres con una barbacoa gratis para todos los clientes, eso sí, tendrás que hacer cola.
Barbacoas en todo lo alto
La parte alta de la estación cuenta con pistas anchas como un campo de futbol, y como viene siendo habitual con un fresado de otro planeta. Desde aquí salen dos líneas bien diferenciadas, a Izquierda y a derecha, la primera te lleva directamente a la zona baja de la estación, y transcurre entre paisaje puramente alpinos, (picos y montañas que te hacen pensar en las Rocosas o Dolomitas), la otra, la que va hacia la derecha es más propia de una estación de esquí, con sus telesillas, y un espectacular snowpark perfectamente shapeado, con módulos y líneas progresivas, volcanes, quarters de todo tipo, al más puro estilo Howly Bowly.
Panorámica del snowpark de Axamer Lizum
Una pena que estos días hubiese tanta afluencia de extranjeros, se nota quienes tienen algo de cultura de nieve y quienes no, en el mes de febrero es fácil encontrar aglomeraciones en todas las estaciones de Europa, lamentablemente Axamer no es la excepción. Extremar las precauciones y no seáis vosotros los que deis el cante, respetad los turnos y todo irá sobre ruedas.
La calidad de la nieve fue quizás la más venteada, pero aun así se dejaba. En la parte baja de la estación hay trazados sinuosos entre bosques, caminos y palas aptas para todos.
En el margen izquierdo de la estación desde la base se encuentra el telesilla Brigitzkopel, que da acceso a la que quizás sea una de las pistas más exigentes que he bajado en mi vida, (Olympia Reisenslalom Bbirgitzkopfel) que en el momento que la visitamos se encontraba sin fresar y predominaban las bañeras o bumps pero con calidad de nieve como para gozarlas.
Inconfundibles telesillas de Axamer Lizum
Una vez llegamos abajo de la estación nos paramos a comer, nos vuelve a llamar la atención el hecho de que en algunos casos la comida es más barata en una estación como Axamer, que aquí en España.
Una vez que hemos llenado nuestras barrigas con deliciosa comida austriaca, nos disponemos a hacer las últimas bajadas y de vuelta a Innsbruck.
Nuestro viaje va llegando a su fin, y nos parece haber recorrido cientos de lugares, pero sólo hemos visto aproximadamente la mitad de las estaciones que hay alrededor de Innsbruck, esto es de locos, hay centros invernales por todos los lados. Según bajas en el autobús vas viendo una y otra y otra, y todas tienen una pinta increíble.
Tendremos que volver para conocer el resto de las estaciones que nos quedan por visitar; Stubai, Nordkette, Mutteralm Schlick 2000 y Rangger Kopfl por nombrar algunas.
FICHA TÉCNICA
No obstante, se nos ha quedado una espinita clavada que está situada junto a Patscherkofel, la llevamos divisando desde hace un par de días desde nuestro apartamento, parece una estación algo más suave y lejos de las aglomeraciones propias del mes de febrero, se trata de la pequeña estación de Glungezer.
Glungezer (2.677m - 1.024m).
Es nuestro último día en la región de Innsbruck, no nos queremos ir, yo me quedaría a vivir en cualquiera de esas cabañas de madera que hemos visto repartidas por toda la región.
Aún nos queda un día y eso en Innsbruck es mucho, hoy nos dirigimos a la pequeña estación de Glungezer. Cogemos el autobús de la línea 4134, y en aproximadamente 25 minutos de trayecto nos plantamos en la base de la estación, desde la que sale un telecabina que nos dejará en la zona media del resort.
Mapa de pistas de Glungezer
En esta estación abundan los telesquís, largos como un día sin pan, pero tan suaves y cómodos que podrás repetir cuantas veces quieras sin que se te sobrecarguen las piernas. Los trazados de las perchas son bucólicos, entre bosques, caminos y con unas vistas que quitan el hipo.
Zona media de la estación de Glungezer
Creo que en esta estación se encuentra el telesquí más largo que he visto en mi vida.
Desafortunadamente y aunque hace sol, el viento sopla con bastante fuerza y es por este motivo que nos encontramos la parte alta de la estación cerrada. Aunque no importa demasiado, nuestras cansadas piernas necesitaban un pequeño respiro, y las pistas de la parte media de la estación son perfectas para depurar la técnica y bajar disfrutando como un enano.
En los días de powder podéis descender hasta la cota baja de la estación por caminos y praderas entre casas, bosques y caminos. En fin, una absoluta delicia de estación.
Telecabina de la estación de Glungezer
Quizás la más tranquila de cuantas hemos visitado, ambiente familiar y muy ordenado, lejos del alboroto de las estaciones con más turistas. En estaciones como éstas es donde realmente percibes el olor a cultura de montaña.
Sin duda la opción perfecta para familias con niños. Da gusto de verdad ver a las escuelas austriacas dando clase. Grupos de niños y adultos perfectamente ordenados, sin ruidos, sin aglomeraciones, sin prisas.
Todo lo bueno llega a su fin, y aunque nos cueste hay que volver a la rutina del día a día. Nos quedamos con un gran sabor de boca, y sin duda, antes o después volveremos a descubrir el resto de las estaciones que nos quedan por visitar en esta encantadora región de Innsbruck.
Para finalizar queremos comentaros cómo fue nuestro plan de viaje. Ya que veníamos de la ISPO en Múnich: nosotros escogimos la opción de volar a la ciudad bávara y desde ahí coger un FlexiBus desde la estación de autobuses Munich Zob.
El recorrido desde Múnich hasta Innsbruck es de aproximadamente tres horas de duración, y os recomendamos que lo hagáis de día, puesto que los paisajes son absolutamente maravillosos.
No olvidéis vuestro DNI o pasaporte, las leyes de inmigración en Alemania son estrictas, y es posible que tu autobús sea parado por la Policía alemana para pedir la documentación a todos los pasajeros, así que tenerlo en cuenta.
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