Carros de Foc (en castellano Carros de Fuego) es una ruta de alta montaña de 55 km que une nueve refugios del Parque nacional de AigüesTortes y Llac de Sant Maurici, en el Pirineo catalán.
La ruta nació en 1987, en cierta manera por casualidad y quizás por ello no está muy claro el porqué del nombre. Tres años más tarde, la travesía se hizo oficial. Y ya en 2003, el periódico neoyorquino The New York Times hizo un reportaje sobre ella que la proyectó definitivamente a nivel internacional. En 2011 la travesía ya se había catapultado de tal forma que se convirtió en una travesía mítica y de referencia a nivel mundial por varios motivos.
Òscar Balsells, uno de los fundadores del proyecto Carros de Foc, y reconocido consultor turístico, nos detalla algunas de las claves que hicieron y hacen posible el éxito de la Carros de Foc.
La Carros de Foc atraviesa bellos paisajes de cimas, valles y lagos (Foto: Ivan Sanz).
Este año la ruta Carros de Foc cumple su mayoría de edad. Sin saberlo, en el año 2000 implementaron lo que años más tarde se conocería en el ámbito económico del sector turismo como “Principios de Cooperación Creativa con el cliente”, dándole herramientas para que él mismo diseñara cómo quería disfrutar de la experiencia y por tanto, el precio que le costaría.
Hasta entonces, los refugios eran equipamientos que servían para conseguir un objetivo, normalmente un pico o cima con dificultades de acceso. Poco importaban el servicio y las condiciones de los mismos, aunque ya se intuían cambios en las necesidades de sus usuarios. Con Carros de Foc se consiguió que los refugios fueran la motivación principal de un tipo de turismo que hasta entonces no tenía un nombre concreto. Sin duda, la situación estratégica de los refugios, el tener el Parque nacional de Aigües Tortes y Estany de Sant Maurici como escenario, o la atribución de un nombre contundente que, aunque sólo lo conocieran los más fieles del montañismo –recordemos que fue en 1989 cuando unos guardas de la zona decidieron hacer por primera vez una vuelta similar a la que hoy conocemos-, fueron elementos claves en su éxito.
Imagen del refugio de Josep Maria Blanch (Foto: cedida).
A su vez Carros de Foc modificó los hábitos que hasta entonces tenían las empresas de turismo activo, quizás con un enfoque más orientado hacia una perspectiva de la oferta y no de la demanda, es decir, ir de “esto es lo que ofrecemos” a decir “pensamos en ti y queremos satisfacerte, ¿qué necesitas?". La flexibilidad, la diferenciación, la oportunidad, la transparencia… en definitiva, el empoderamiento ahora tan en boga ya era una de las claves hace 20 años.
Según Òscar Balsells, co-fundador de Carros de Foc y consultor turístico: “No dejó de ser una propuesta aventurera". Balsells explica que el proyecto requería seguridad y a la vez "no temer al fracaso" y añade que se hizo valorando las diferencias entre todos los agentes implicados. "Pusimos al cliente en el centro de nuestros procesos, aunque el hedonismo de éste ya estaba presente provocando muchos debates entre nosotros, cambios que se han hecho realidad al cabo de unos años" detalla el fundador de Carros de Foc, que también señala que "con el diseño de la propuesta trasladamos un espíritu de cooperación y de compartimiento de experiencias, con soluciones creativas y respetuosas enfrente de los problemas".
La Carros de Foc en el reportaje publicado por el New York Times.
Para Balsells "hacer senderismo es emocional, en algunos casos incluso un sueño, un deseo" pero también matiza que Carros de Foc "no dejaba de ser un proyecto del cliente que intentamos hacer nuestro. Con la sinergia nos acercamos al cliente y la suma de las dos partes dio como resultado el nacimiento del turismo de refugios". Y lo cierto es que hoy Carros de Foc es un conjunto de componentes tangibles, pero también intangibles. Y así es como, según él, Carros de Foc nacía con valores muy presentes y un ejemplo de ello sería, son, los beneficios que obtendrían las personas que hicieran la travesía.
El consultor turístico también destaca que en lo que se refiere a gestión se tenía muy claro que había que hacerlo fácil y accesible para que el proyecto se consolidara. Posiblemente ayudó mucho a que en aquella primera mitad de la década de los 2000 los mecanismos de comunicación vía internet lo ponían todo más fácil. Prueba de ello, de saber aprovechar la oportunidad fue que se erigían como los pioneros en la creación de la primera Central de Reservas de Refugios del Estado y una web informativa que fue reconocida y por ello citada como ejemplo por varios medios de comunicación.
Imagen del refugio de Amitges (Foto: cedida).
Carros de Foc mejoraba año tras año y ello se debía a que sus gestores y responsables obtenían encuestas de los senderistas con lo que podían saber cuáles era sus necesidades y preferencias y, a partir de los resultados, Balsells recuerda que "podíamos intuir la orientación de este tipo de turismo y hacia dónde se dirigía". Ese es un dato importante ya que con esos mismos resultados se podía cuidar y proyectar una marca, la Carros de Foc, y que como asegura el consultor eso es "lo más importante en una empresa".
Dos senderistas en la ruta de Carros de Foc en las cercanías del refugio de Colomers (Foto: Ivan Sanz).
A nivel institucional Balsells admite que se contó con el el apoyo del
Patronato de Turismo de Lleida, con los responsables del departamento
Xavier Moncayo y
Juli Alegre a la cabeza, lo que les permitió acelerar el proceso.
Según el consultor turístico se llegó al punto en el que el periódico New York Times se fijara en ellos. "Recuerdo que en el mes de julio de 2002 recibí un correo de un periodista de este periódico, afincado en Dinamarca interesándose por la ruta. Dicho y hecho, al cabo de un mes vinieron con él el fotógrafo y un actor inglés amigo suyo que un año antes vio nuestra publicidad en el Refugio Mallafré, se interesó y se lo comunicó" explica entusiasmado.
Y el apoyo mediático fue clave en la internacionalización de la Carros de Foc, y prueba de ello es que "el mismo día que se publicó el reportaje, el 27 de junio de 2003, de buena mañana, ya recibí la primera petición de reserva de los Estados Unidos, concretamente de Dallas. Al cabo de tres años incluso había americanos de una misma ciudad que coincidían en un mismo refugio".
Foto de un grupo de senderistas en ruta (Foto: Ivan Sanz).
Y llegados a este punto, a esta mayoría de edad, la pregunta es obligada: ¿Y hacia dónde va este tipo de turismo? En la opinión de Òscar Balsells el usuario de los refugios de montaña ha cambiado definitivamente y ya tiene poco que ver con el de 30 años atrás. "No podemos obligar al usuario que se comporte de una manera que acepte una serie de requisitos que van en contra de sus intereses o del gran colectivo del que forma parte. No le podemos perjudicar ya que sin ellos estos equipamientos turísticos no son nada" explica.
Y en esa misma línea expone que "se puede conservar el romanticismo de la montaña, manteniendo la esencia de los refugios, incluso su normativa, pero sin caer en obligaciones que quizás hace unos años tenían sentido, pero que ahora perjudican al propio establecimiento o a la comarca. La integralidad de la experiencia del destino turístico es un hecho y una mala experiencia es compartida fácilmente. Recordemos que hay mucho de emocional en este tipo de turismo, el cliente ha hecho un desplazamiento para conocernos; no le podemos decepcionar".
Imagen del refugio de Colomers (Foto: Ivan Sanz).