Ski Line será el nombre que llevará este controvertido proyecto de Los Alpes franceses que ha sido aprobado recientemente por la comisión regional para nuevas unidades turísticas y que se prevé que alcance un coste de 62 millones de euros. Si bien, aún es necesario que el consejo de Tignes desarrolle un plan más específico y encuentre la financiación.

Sea como fuera, Tignes es una de las estaciones europeas que recibe más nieve, como demuestran los casi metro y medio de nieve que poseen a estas alturas de temporada. Gracias a su localización geográfica y su altitud: entre 1.556 msnm y 3456 msnm. Esto lleva a la estación a extender su temporada a unos envidiables 9 meses por año, la más largas en Francia, con sus glaciar abierto incluso en verano (debido al retroceso del mismo se cierra a principios de agosto).

Muchos esquiadores profesionales eligen esta estación para practicar fuera de temporada, sin necesidad de irse a buscar la nieve al otro hemisferio.

Teniendo en cuenta los datos anteriores se hace difícil creer que una estación así necesite una pista indoor. Sin embargo, el alcalde de Tignes ha declarado que el proyecto intentará convertir la región en una “ciudad de montaña” donde los deportes de nieve serán posibles los 365 días del año. El proyecto es una reacción frente al calentamiento global y a la disminución de superficie de los glaciares.

En épocas en las que el glaciar tenía mayores dimensiones, la estación ofrecía esquí 365 días al año, lo que con este proyecto volvería a ser una realidad.

El Ski Line, que tendrá 400 m de longitud y 50 m de ancho, se erigirá presumiblemente en la pista de slalom en Val Claret, a unos 2.100 msnm. Además se construirá una piscina indoor con olas de 3 metros que atraerán a los surferos de montaña, un centro comercial y un hotel con 1.050 camas.

Se instalarán paneles solares en el techo y una central de biomasa para poder generar la energía necesaria. En los meses de invierno se utilizará nieve real también para la pista indoor, mientras que en verano se echará mano, lógicamente, de nieve artificial.

Hervé Billard, representante de la Federación de Los Alpes del Ródano comentó: “El Ski Line es un Disney Land. Este proyecto cruza una línea que no debería ser cruzada y no respeta a la montaña”

La construcción deberá empezar en 2018 si todo va como esperan los responsables del proyecto. Aún así, se cuenta todavía con mucha oposición que puede frenar o incluso paralizar el proyecto. Así que habrá que esperar a ver como marcha el proceso en los próximos meses

Viendo este proyecto uno se pregunta si el futuro del esquí será bajo techo en la montaña. Si las condiciones son buenas, usamos nieve de verdad y si no, enfriamos la nevera y sacamos la nieve de las máquinas. Habrá que andar pendiente de la evolución en los décadas venideras.