El 2 de Agosto de 2012 se formaba una tormenta en el norte de Siberia. En los días posteriores, ésta se desplazó a través del Ártico hasta las costas del norte de Canadá, donde se desvaneció 13 días después. En su momento álgido alcanzó una presión en su región central de 966 hPa.

Ruta del ciclón de 2012 con los niveles de presión en hPa
 

Si bien las tormentas de verano en el Ártico no son eventos excepcionales, una tormenta de estas características, con niveles de presión tan bajos, es un suceso casi sin igual. Esta singularidad atrajo gran interés, acunando así el nombre de “The Great Arctic Cyclone of August 2012”.

El verano es una época climatológicamente poco energética en el Ártico, lo que no favorece a la creación de grandes tormentas. En otras épocas del año, sin embargo, estas tormentas son más normales, pero aún así, la del 2012 es la 13ª más fuerte de las 19625 observadas desde que se inició el registro en 1979.

Pero aparte de los números en sí, el interés científico aumentó debido a la histórica reducción del hielo ártico que se produjo a finales de ese mismo verano. Si bien no se asegura una incidencia directa de la tormenta sobre la reducción de la capa de hielo, sí que se tiene por muy probable que la destrucción producida en la capa de hielo por la tormenta, aumentase en días posteriores la velocidad de deshielo del Ártico. Esto parece deberse también a que en el 2012, antes de la tormenta, la capa de hielo ya había sufrido una gran disminución, lo que la habría dejado debilitada para la llegada del Gran Ciclón.

Toma aérea del ciclón de este Agosto de 2016

Este martes, las más bajas presiones registradas en el hemisferio norte, se han dado también en el Ártico, llegando hasta los 968 mb, que viene a asemejarse a un huracán de categoría 2. A principios de Agosto se midió una extensión de hielo que sería la 4ª menor registrada, lo que tiende a pensar que la tormenta pueda causar más daños al estar el hielo debilitado.

Situación actual del hemisferio norte

Todavía es pronto para saber si este ciclón causará estragos en el Ártico o no, pero habrá que estar pendientes de los resultados que se ofrezcan en Septiembre sobre la extensión del hielo ártico y de si se observan patrones que concuerden con los efectos directos del ciclón. Otra pregunta interesante, a la que aún no hay una respuesta clara, es si el tan discutido cambio climático y la reducción paulatina del hielo ártico pueden estar provocando un aumento en la frecuencia de estos Grandes Ciclones Árticos.

Información y fotos en Wunderground