Aletsch, el glaciar más grande de los Alpes
El cantón de Valais en Suiza se compone principalmente de un enorme valle que separa la zona Norte de los Alpes suizos (Jungfrau, Adelboden, etc) de la zona Sur (Zermatt, Saas-Fee, etc). Este valle es recorrido por una carretera que une a groso modo Lausanne con Brig y a partir de ahí va dirección Norte hacia el puerto de montaña Furka y direcciónSsur, por el puerto Simplon, hacia Italia.
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Mapa de la región de Valais. Al Oeste el Lago Lèman. Al Este los dos puertos de montaña
Si seguimos la carretera desde Brig hacia Fiesch dejaremos una serie de montañas a mano izquierda mientras pasamos por los pueblos de Mörel o Betten entre otros. Estas montañas configuran lo que en invierno vendrá a ser la estación de esquí Aletsch-Arena.
En estas montañas encontraremos como 3 niveles: el primero el valle en sí situado a unos 800 msnm, el segundo los pueblos Riederalp, Bettmeralp o Fiescheralp a unos 1900 msnm y por último la cima de las montañas que llegan, en el Eggishorn, a un máximo de 2927 metros de altitud.
En esta imagen de GMaps se aprecian las dimensiones colosales del glaciar, así como los picos y pueblos que lo rodean
Perspectiva del glaciar desde Moosfluh
Cogiendo el teleférico en Mörel llegamos a Riederalp (1905 m), un precioso pueblecito de montaña. Posteriormente cogemos el siguiente teleférico hasta Moosfluh (2380 m). Ya desde aquí y mirando en dirección sur podemos contemplar (si meteoro lo permite) el fascinante Matterhorn rodeado por los no menos majestuosos Weisshorn y Dom (picos aún más altos aunque menos famosos).
Pero si subimos a pie unos pocos metros más descubriremos lo que espera al otro lado de estas montañas. Nada menos que el glaciar Aletsch. El más grande y largo de Los Alpes. Yo sabía más o menos lo que me iba a encontrar y aún así no he visto nada hasta la fecha (en cuanto a naturaleza se refiere) que me haya asombrado más.
Vista nocturna del pueblo Naters en Valais desde Riederalp
Aunque no lo parezca, el pequeño pico de la derecha al fondo es el Matterhorn, rodeado del Weißhorn y del Dom. Foto tomada desde Fiescheralp.
Aletsch mide 22,75 km de longitud y cubre una superficie de 81,7 km2. El glaciar se derrite creando el río Massa (a través del cual se puede hacer otra maravillosa ruta) que desemboca 7 km después en el Ródano. La zona completa es bastante más grande y engloba otros glaciares que en el pasado estaban unidos a Aletsch, configurando una extensión de hielo de dimensiones desmesuradas.
El glaciar comienza a unos 3.800 metros de altitud en la región de Jungfrau. Al principio se unen los 3 glaciares Aletschfirn, Jungfraufirn y Ewigschneefeld en un punto de unos 6 km2 conocido como Konkordiaplatz (plaza de la concordia). A partir de ahí se juntan las morrenas de estos glaciares, originando las características rayas que se ven en su superficie.
Pasada esta zona, el glaciar continúa entonces con unos 1,5 km de anchura, moviéndose a unos 180 metros al año. Aunque los habitantes de la zona aseguran que a simple vista no se puede ver como se desplaza. La profundidad del glaciar en su punto máximo (konkordiaplatz) es de unos 900 metros.
Antigua morrena en primer plano, Lárices en segundo plano y de fondo la gran curva del glaciar
Otra foto del glaciar desde Moosfluh
Al parecer, el glaciar creció hace tiempo de forma tal, que los habitantes de los pueblos cercanos empezaron a temer que les arrastrara y pusieron una cruz en el lugar donde acababa la lengua del glaciar en ese momento, con la esperanza de que se detuviera. Pues bien, a partir de ahí, Aletsch ha ido disminuyendo a un ritmo desenfrenado. ¿Tendrán la culpa de esto los lugareños? O más aún ¿tendrán la culpa ellos del tan debatido cambio climático? Sin duda, un caso a estudiar
Comparativa del tamaño del glaciar en los últimos años (myswissalps © Hanspeter Holzhauser)
Desde Moosfluh continuamos el recorrido de descenso hacia el glaciar. Cada punto de la ladera ofrece una perspectiva diferente de la masa de hielo; desde detrás de un árbol, rodeado de ellos, más cerca del lago final, más cerca del principio. No te cansas de levantar la cabeza y admirar la naturaleza de la zona. En la llamada “Silla del Obispo” puedes descansar y tomar el almuerzo.
Cuenta la leyenda que el obispo, un amigo de Sir Ernst Cassel (hablaremos de este último unos renglones más abajo), tenía que bajar hasta la casa del té por la selva de aletsch. Al ser este muy corpulento no lo consiguió y bañado en sudor se sentó en el lugar que ahora se llama Bischofstuhl y se negó a continuar.
Perspectiva del Aletsch desde Belalp
Si abres bien los ojos y estás atento podrás ser deleitado con la presencia de rebecos, cabras montesas o incluso ciervos. A veces en manadas de 15 o 20 ejemplares. Al parecer Suiza se quedó hace tiempo sin ejemplares de cabra montesa en sus montañas debido a que se cazaban para hacer ungüentos con sus cuernos. Sin embargo en otras zonas de los Alpes, como Italia, todavía habitaban en gran número.
Se prohibió el traslado de animales desde el exterior por lo que suiza se quedó sin cabras montesas. Eso hasta que unos suizos de Graubünden se saltaron la ley y “cogieron prestados” unos cuantos ejemplares italianos. Éstos se fueron reproduciendo y repoblaron así el país. Hoy en día hay unos 15.000 ejemplares.
Cabra montesa descendiendo por la ladera
En la ladera sur del valle y ya cerca de la famosa casa de montaña Villa Cassel se observan los restos de un sistema acuífero de la época romana. Se supone que en la época en que se construyó, el glaciar llegaría a esa altura, unos 400 metros más arriba de lo que está ahora.
El adinerado inglés Sir Ernst Cassel construyó a principios del siglo 20 su residencia de verano en lo alto de estos picos, con unas vistas impresionantes sobre el glaciar. Tras su muerte se utilizó la residencia como Hotel durante unas cuantas décadas hasta que hace unos años se convirtió en centro para la organización en defensa de la naturaleza Pro Natura, ya que su rentabilidad como hotel se vino abajo por el turismo en masa.
Restos de canalización del siglo 13 al 16. El árbol simula lo que fue un canal. Las columnas son auténticas
La famosa Villa Cassel de Sir Enrst Cassel en lo alto del Riederalp
Otra opción interesante es bajar hasta el glaciar, donde podrás meterte por las cuevas que se forman bajo el hielo y apreciar las magníficas tonalidades azules que ofrecen los glaciares si le quitas la suciedad de la que están cubiertos. Eso sí, entrar dentro de estas cuevas no es una actividad recomendable si no se sabe lo que se está haciendo así que mejor con un guía de la zona. No sería la primera vez que un trozo de hielo se desprende, encerrando o sepultando a los atrevidos aventureros.
Como se ve el hielo bajo el glaciar. Una experiencia inolvidable
Contraste con el hielo encima del glaciar cubierto de tierra
Siguiendo por la rivera del glaciar nos encontramos con el puente colgante que se inauguró en el año 2008, mide 128 metros de largo, pesa unas 8 toneladas y aguanta un sobrepeso de hasta 100 toneladas. Cruzándolo accedemos a la parte norte del valle y podremos continuar la caminata hasta la estación de esquí de Belalp.
En esta zona (nada más cruzar el puente) es interesante ver como el suelo deja de ser arenoso y con vegetación y pasa a estar compuesto por enormes formaciones rocosas, sobre las que se pueden apreciar las hendiduras que dejó el glaciar a su paso, cuando estas rocas se encontraban por debajo del hielo.
Puente colgante sobre el río Massa
Yo sentado sobre las rocas en las que se aprecia el roce del glaciar
Esto es más o menos la ruta o rutas típicas que se siguen cuando se va a ver este magnífico glaciar. Pero por supuesto hay millones más. Por la zona hay picos elevados que pueden ser accedidos fácilmente después de largas caminatas. También se puede organizar una excursión por encima del glaciar, para lo que se pueden contratar los servicios de Ed. O de algún otro guía.
Posiblemente la mejor excursión es desde Riederalp hasta la caseta Konkordiahütte, donde te puedes alojar y hacer el camino de vuelta al día siguiente. En invierno también se ofrecen excursiones de todo tipo y para todos los gustos. Lo mejor es que te informes de todas las posibilidades y elijas la que más te llama.
El viaje lo finalicé en Fiesch, un pueblo de la zona conocido por ser meca del parapente. Allí hice mi primer vuelo en parapente. Hay un par de empresas en el pueblo que se encargan de ello y la verdad que merece la pena. Eso sí, no esperes que sea barato...
Parapente con el valle creado por el glaciar de Fiesch al fondo
Después de eso acabe en Naters, otro pueblo un poco más grande, en la fiesta anual de las ovejas de nariz negra de Valais. Allí conocíamos a un pastor que participaba en el concurso y pasamos un buen rato, pero eso ya lo contaré otro día.
Oveja de nariz negra en la competición en Naters
Consejos:
Tanto en invierno como en verano o en cualquier otra época del año encontrarás bonitas vistas, eventos y actividades que realizar
Aconsejo viajar mínimo una semana a esta zona para poder realizar al menos las típicas rutas y poder realizar alguna actividad
Inórmate bien de las actividades que se ofertan: parapente, aladelta, esquí, esquí de fondo, andar sobre nieve con raquetas, rutas sobre el glaciar, la ruta hasta la caseta de montaña Konkordiahütte,... E intenta reservar todo antes de ir. Si lo haces en el día es posible que no queden plazas
Intenta hospedarte en el valle y no en los pueblos de montaña si quieres ahorrar dinero. Si el dinero no es problema entonces recomiendo coger una habitación en un típico hotel alpino. Disfrutarás noche y día
Se pueden hacer excursiones de un día a sitios como Zermatt o Saas-Fee.
Otra excursión típica de un día es con el autobús al mercado de la ciudad italiana de Domodossola
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Con este blog intentaré poneros las montañas de los Alpes un poco más cerca. Os contaré mis experiencias e infortunios.
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