Reflexiones personales del porque en Semana Santa muchos ya no suben a esquiar.

Días tranquilos para esquiar en la pasada Semana Santa, con buen tiempo y buenas vistas (Foto: Ivan Sanz).

La Semana Santa 2018 se ha cerrado con espesores de nieve de récord en la mayoría de estaciones de esquí del Pirineo. Y con todas las pistas y remontes abiertos. Muy pocas prefirieron cerrar instalaciones a las puertas de este período de vacaciones en el que, años atrás, suponía la traca final y la guinda del pastel para así de cuadrar en positivo las cuentas en las estaciones de esquí.

Algunas estaciones de esquí han empezado a hacer balances de los resultados finales de la temporada, como sería el caso de Font Romeu, o de los datos de visitantes de la Semana Santa, como sería el caso de Vallnord y Masella, entre otras. En general son buenas, similares o mejores que las de hace uno o dos años atrás.

Lo cierto es que los que hemos tenido la oportunidad de subir algún día a pistas en esta Santa Semana hemos disfrutado de muy buenas condiciones de nieve, especialmente los primeros días. La meteorología se ha comportado más o menos bien, aunque es cierto que algún día la inestabilidad, el viento, el frío o un cielo amenazador restaron algunos esquiadores que, si no hace solete, ya no suben a pistas (por cierto , que yo me incluyo demasiada frecuencia entre estos).

En cualquier caso lo cierto es que en estas vacaciones de Pascua se pudo esquiar en muy buenas condiciones. O así yo lo considero. Sin colas en los remontes y sin masificación en pistas. Mirando las webcams de las diferentes estaciones desde el sofá de casa observé cómo, en general, en las pistas no había demasiado ambiente. Nada que ver con las vacaciones de Navidad, Año Nuevo o Reyes, cuando las webcams no acaparan la totalidad de la cola que se genera en determinados remontes y se ve un hormigueo de esquiadores pendiente abajo por las pistas.

Y eso es lo que no acabo de comprender. ¿Por qué muchos esquiadores dejan de subir a pistas cuando llega la primavera? ¿Qué es lo que los desincentiva? ¿Que la nieve ya no es polvo? ¿Que no hace frío y no les gustan las temperaturas agradables? ¿Acaso encuentran poco ambiente en pistas? ¿O prefieren cambiar la montaña por el mar? Admito que yo mismo, en alguna ocasión, lo había hecho. Pero, sinceramente, pasar una Semana Santa en un destino de costa, yendo a comer paella y merendando una crepe en los locales de moda del paseo marítimo -a menudo pelado de frío- a mí no me sedujo nada.

Así que no lo acabo de entender. Pienso que en esta Semana Santa, de condiciones inmejorables por espesor y calidad de nieve, era una oportunidad ideal para, ahora sí, esquiar y empezar a pensar en que quedan pocas semanas o días para despedir la temporada. Hay que aprovechar las últimas oportunidades, que después del verano se hace largo.

Aunque, bien mirado ¿Sabéis que os digo? Que seré egoísta, y pensando en mí mismo, pero no en las estaciones de esquí y sus propietarios y trabajadores, o en los alquileres de esquí, en los restaurantes, en las escuelas de esquí y un largo etcétera de gente que vive de la nieve, váyanse a la playa. Váyanse, aunque en primavera haya buena nieve, que ya me va bien que muchos se queden haciendo la barbacoa en el jardín de casa mientras yo y unos cuantos más vamos a esquiar muy a gusto haciendo giros anchos en pistas semi vacías a su salud, posiblemente mientras se pongan a tiritar de frío en un pueblo de la costa cuando todavía no toca, cuando todavía queda mucha nieve de calidad y cuando tendrán muchas oportunidades en los próximos meses para respirar mar.

Así que mientras no cierre el último remonte, salud y nieve primavera!

Disfrutando de unas condiciones de nieve excepcionales durante esta pasada Semana Santa (Foto: Ivan Sanz).