Los Pirineos: Esquiando en Ax-Bonascre durante el invierno pasado (Foto: Ivan Sanz).
Durante la temporada pasada, la 2016-17, coincidí en el trayecto de un telesilla de Ax3Domaines-Bonascre con un esquiador parisino. En el recorrido, que no debía durar más de 8 o 10 minutos, tuvimos la oportunidad de intercambiar una conversación breve en la que nos pusimos al corriente de nuestros nombres y del porque estábamos allí. Ya se sabe, la típica conversación breve y cordial que se puede dar en un telesilla. En resumen, yo le informé que estaba allí en viaje de prensa organizado y él me puso al corriente que estaba pasando allí una semana de vacaciones con su familia.
Pues bien, como que mi instinto de curiosidad suele ir un poco más allá de lo pertinente y diplomático, no me pude contener de pedirle, siendo parisino como era, porque había escogido una estación de esquí del Pirineo en lugar de una de los Alpes. Entendí que los Alpes son por proximidad a París y por la gran cantidad de opciones y ofertas un destino con más posibilidades para una familia parisina.
La respuesta que me dio el compañero de silla me llegó en forma de tres argumentos que me sorprendieron gratamente.
El primero que me dio, porque en el Pirineo la gente es más simpática. El segundo porque en los últimos 5 años el Pirineo ha tenido más nieve que los Alpes. Y el tercero, porque el ambiente en pistas en las estaciones pirenaicas es más tranquilo y no hay aglomeraciones. Las tres respuestas pienso que son bastante interesantes para reflexionar un poco.
Lo cierto es que en los últimos años la mayoría de las estaciones de esquí del Pirineo se han modernizado en remontes, así que de colas en los accesos bien pocas. En el Pirineo las estaciones se han espabilado y mucho en ampliar y mejorar la nieve producida, ya que aquí no nieva con la frecuencia e intensidad que vemos en los Alpes, así que casi siempre hay garantía de nieve. Y lo más importante: se han esforzado en ofrecer buenos servicios y, por supuesto, en ser cada vez más competitivas en precios. A menudo, sin embargo, las estaciones del Pirineo centran en exceso su mensaje publicitario en ofrecer y garantizar kilómetros esquiables y buenos espesores de nieve, como si quisieran competir directamente con los Alpes.
También es cierto que cada vez más añaden la oferta gastronómica de calidad. Y el entorno cultural. Y últimamente algunas empiezan a hacer valer el buen clima que, en el justo equilibrio de sol, frío y nieve, tenemos en el Pirineo.
Ahora ya sólo falta hacer valer la simpatía de sus operarios, profesores de esquí y clientes en las próximas promociones comerciales, y ya podemos dar por hecho que el Pirineo será el mejor destino del mundo para esquiar. ¿O algún lugareño lo pone en duda?
Esquiadores tomando el sol en una terraza de Gourette la semana pasada (Foto: Ivan Sanz).
Australianos Compitiendo en La Molina durante el invierno pasado (Foto: Ivan Sanz).
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