Estaciones de esquí: ¿El tamaño importa?
En esta entrada intentaré poner sobre la mesa el debate “estación pequeña y local” contra “macro resort”. Seguramente entraré en muchos tópicos odiosos y comentaré cosas que resultarán una obviedad, pero el objetivo es explicar mi punto de vista y mi experiencia y conocer la vuestra.
Últimamente se ve como el mercado lleva a las estaciones a expandirse y a unirse unas con otras (veanse las últimas adquisiciones de Vail por ejemplo). Las estaciones o dominios esquiables más grandes son los que se llevan año tras año la palma y parece que mantienen una tendencia más o menos positiva, mientras que las más pequeñas parecen estancarse en el crecimiento y no consiguen atraer al gran público, cómo hemos visto en el famoso informe Vanat.
El precio es el factor determinante sobre todo en vacaciones familiares. En este punto esta claro que las ofertas de los grandes resorts se comen a las que se puedan encontrar en pequeñas estaciones, excepto en algunos casos. Esto se debe a que la magnitud del recinto es un factor que modela totalmente la oferta que este puede generar. Aún así a efectos prácticos y centrándonos en el esquí mismo, el forfait y los hoteles en estaciones pequeñas siempre salen más rentables que en las grandes, debido al mismo factor. En definitiva, centrándonos en el propio esquí y no en las artimañas publicitarias, ir a una estación pequeña es más barato que a una grande.
El número de kilómetros esquiables es sin duda uno de los factores más importantes a la hora de decidir el destino de las vacaciones invernales. Poca gente planea una semana en la nieve en una estación con 20 km de pistas. Estaciones como Formigal o Grandvalira, o ya llegando a extremos como Los 3 Valles, son las estaciones que elegiremos para la ya olvidada semana blanca.
Les 3 Vallees, ejemplo número 1 de lo que es una macro estación
Pero intentemos echar cuentas:
Un esquiador tipo esquía al día cerca de 30 km. Si estamos una semana en la nieve, es decir 5 días, llegaremos a realizar unos 150 km, lo que bien se corresponde con una estación de buen tamaño. Es decir, en una estación así no repetiremos pista en toda la semana. Si nos vamos a Francia y extrapolamos a los 600 km de Los 3 Valles, no tendremos tiempo ni para conocer un mínimo rincón del dominio.
A parte de esto, en cualquier estación acabamos repitiendo nuestras pistas preferidas una y otra vez, lo que hace que gran parte de todo ese kilometraje que se anuncia, no nos aporte nada.
Obviamente 600 km de pistas ofrecen una variedad tal que puedes elegir las pistas que te gustan entre un sinfín de posibilidades, cosa que en una estación pequeña no pasa. Pero visto de otra manera, en vez de elegir las pistas dentro de una estación, puedes elegir la estación con las mejores pistas dentro de todas las estaciones que hay y pasar allí tus vacaciones.
En definitiva mi punto de vista es que el número de kilómetros está sobrevalorado y muchas veces nos dejamos llevar por unos datos que son bonitos pero que nos aportan poco
La cantidad de público que visita una estación es importante al elegir destino. Poco público implica acceso rápido a pistas pero también menor vida social y tardes más aburridas. Mucho público aumenta la fiesta pero puede llevarte a esperar en la cola del telesilla más tiempo del que estás esquiando. Aquí el tamaño de la estación es relativo y se debe prestar más atención a la densidad de visitantes. En este caso para mi lo mejor es una estación tan grande que de igual cuantos esquiadores haya, o una pequeña que esté alejada de núcleos urbanos para que no se llene habitualmente.
Uno de esos días en los que hubiera sido mejor quedarse en casa.... o en una estación menos conocida
Las actividades para no esquiadores tienen cada vez más importancia y son una buena fuente de ingresos para muchas estaciones. Está claro que si se quiere ir a una estación a probar más cosas que el puro esquí, nos tenemos que olvidar de estaciones pequeñas o medianas porque nos será mucho más difícil encontrar buena oferta. Aunque con los años creo que esto cambiará poco a poco.
Aunque sea algo difícil de englobar al hablar de estaciones y resorts, no nos debemos olvidar del freeride. El público se está empezando a aburrir de la nieve pisada y busca cada vez más el polvo natural. Lo que en un futuro puede llevar a un problema de masificación fuera de pista que esperemos que no suceda.
Como la mayoría no está preparada para hacer esquí de montaña o no tiene ganas de subir a la cumbre a pelo ni el dinero para pagar un helicóptero, optan por pagar el forfait, subir con el telesilla y no tocar ni un centímetro de nieve peinada. Aunque peligroso y criticable es una realidad que no se debe obviar y me lleva a pensar en el hecho de si tiene sentido pagar un forfait de un macro resort con millones de kilómetros de pistas para no pisar ninguna de ellas. Por ejemplo Penitentes, en Argentina, es una estación enana, pero con una enorme cantidad de variantes para el freeride apabullante. Puedes pagar un forfait “económico”, subir con el telesilla y flanquear la montaña hasta acceder a tu zona de freeride favorita.
Penitentes (Argentina). Gran parte de esas laderas son accesibles desde el telesilla
y excepto en contadas ocasiones estarás prácticamente sólo
También a tener en cuenta es el nivel de esquí de los visitantes. En recintos grandes, se congrega tanta gente que el nivel medio suele bajar mucho, lo que aumenta la inseguridad de los que no saben y las posibilidades de causar un accidente a los que sí saben o se creen que saben. Así el esquiador avanzado no podrá esquiar plenamente a gusto por tener que estar pendiente de otros que tengan menor nivel. Excepto en estaciones cercanas a núcleos urbanos, como puede ser La Pinilla, el nivel de esquí en estaciones pequeñas suele ser alto, porque el público es mayoritariamente un público local que conoce el terreno como la palma de la mano y suele haber pocos “extranjeros”.
Chamonix - Mont Blanc. Un ejemplo difícil de evaluar. Famoso y con mucho visitante, pero a la vez no excesivamente grande
Por último hablaré de “la novedad”. Este es un concepto que en la era de la información es sumamente relevante. Con tanta información entrando a diario por los ojos, siempre queremos ver más y conocer más, olvidándonos de conocer antes bien lo que ya conocemos. Bajo mi punto de vista no hay nada más bonito que conocerte una estación, saber que pista descender a lo largo del día, saber donde puedes hacer un salto o donde encontrar mejor o peor nieve. Lo nuevo también es bonito y esquiar por laderas desconocidas añade un toque excitante al esquí, pero no hay que olvidarse de la estación que te vio crecer.
El lector avispado ya se habrá dado cuenta de cual es mi punto de vista. Después de conocer más de 30 estaciones a lo ancho del globo, me he creado una cierta idea de lo que los distintos tipos de resorts pueden ofrecer. Sin mentir diré que Los 3 Valles es mi estación favorita hasta el día de hoy, pero últimamente estoy visitando cada vez más estaciones pequeñas y me estoy dando cuenta de todo lo que tienen para ofrecer y lo mucho que se puede disfrutar en ellas. Hoy en día prefiero ir a una estación chiquita o mediana antes que a una grande. Y si se trata de una semana entera de esquí, prefiero recorrer 3 o 4 estaciones pequeñas a pasarme todo el rato en una gigante. Obviamente el día que tenga hijos y otras preocupaciones es posible que cambie de parecer, pero aún así lo dudo. Pero vamos, yo prefiero no acabar como en la siguiente foto...
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Con este blog intentaré poneros las montañas de los Alpes un poco más cerca. Os contaré mis experiencias e infortunios.
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