Esquiar nieve primavera es, para muchos, un auténtico placer. Quizás no el mayor placer como esquiador, pero sí es lo suficientemente bueno como para seguir esquiando aunque la nieve no sea la ideal. Y, ojo, que hablo ahora de la nieve primavera, no de esquiar en primavera. Entiéndase la diferencia.

Entendemos como nieve primavera la nieve que ha sido transformada por efecto del sol, del calor y de otros agentes como pueda ser la humedad o incluso la lluvia. Como es lógico, es propia de la primavera, pero también se puede dar en pleno invierno si hace mucho calor o si la lluvia ha hecho mucho daño, como ha pasado estos días. La nieve primavera se transforma en una masa con mucha más agua y menos consistente que la nieve normal, ofrece una mayor fricción y da la sensación de que nos frena más.

Pero no todo es negativo cuando hablamos de nieve primavera. En ocasiones pensamos únicamente en la nieve papa, nieve muy transformada y que se puede llegar a poner peligrosa. Sin embargo, también es nieve primavera cuando deja de estar dura y empieza a transfomar, cuando el canto se empieza a hundir suavemente y nos da la sensación de tener un control absoluto sobre los esquís.

Hay un momento en la mañana en el que te sientes un grandísimo esquiador porque tienes mucho control sobre los esquís. Todavía hay velocidad, pero es mucho más controlable que cuando la nieve está muy dura. Es ese momento en el que piensas que eres el mejor esquiador del mundo... Eso también es nieve primavera. Y seguro que te encanta esquiar en ese momento.

Como otras veces que hemos hablado de esquiar bien (aquí un artículo), es importante tener en cuenta 3 consejos básicos:

1.- La técnica

Como siempre, acudir a la escuela de esquí de tu estación o a tu profesora o profesor preferido y solicitar algún consejo concreto es la mejor manera de resolver tus dudas.

Cuando esquiamos sobre nieve primavera, y dependiendo de su grado de transformación, conviene dosificar nuestra energía y esquiar de manera suave y progresiva para intentar evitar posibles enganchones. Si aprieto en exceso, la nieve se va a romper bajo mis esquís, y si deslizo mucho sobre la suela de los esquís, tendré que ire frenando de manera brusca porque alcanzaré mucha velocidad. Si soy más suave puedo fluir casi como sobre la nieve normal.

2.- La forma física

La nieve primavera ofrece, como hemos dicho, un mayor grado de fricción, y por lo tanto nuestros músculos van a tener que trabajar un poco más. Además, en muchas ocasiones hay zonas que ofrecen más fricción que otras y nuestras piernas van a estar constantemente envueltas en cambios de velocidad que no dependen solo de nosotros. Pensad, por ejemplo, en cuando hay sol y sombra, la diferencia de velocidad que os da la nieve, es un constante acelerar y frenarse.

3.-El material

Esos constantes cambios de velocidad se pueden minimizar si las suelas de los esquís están bien hidratadas. Así que es importante llevar los esquís al taller o encerarlos en casa. Una suela reseca y en mal estado no avanza bien sobre la nieve.

Por otro lado, y respecto al material, los esquís anchos son mucho más gratificantes cuando la nieve está ya muy transformada. Con las nuevas geometrías, el rocker, el ancho del patín, los materiales más blandos. Los esquís de freeride se convierten en grandes aliados a la hora de esquiar sobre nieve muy transformada. No diré que es como esquiar en nieve polvo, pero tiene sus similitudes. 

Otro día, espero que muy pronto, hablaremos sobre esquiar en primavera. No solo sobre la nieve primavera.

Disfrutad de este fin de semana, si eres de los afortunados que puede ir a Grandvalira, allí nos vemos, las Finales están siendo un gran éxito.