CUANDO TU HOBBY SE CONVIERTE EN TU MODUS VIVENDI

 

Soy fotógrafo y escritor de viajes. 

Viajo por el mundo fotografiando, hablando con la gente local, conociendo las tradiciones, la historia, la geografía, la gastronomía la biología y la geología de los sitios que visito y después lo cuento escribiendo sobre ello en revistas especializadas, periódicos, blogs o hablando en programas de radio y conferencias.

 

Fue una decisión paulatina. A mí siempre me ha gustado escribir y siempre que viajo mantengo una libreta de viaje en lo que voy anotando todo lo que se me ocurre, desde sensaciones y curiosidades locales hasta datos prácticos para moverme por los lugares. Una vez, al regresar de un viaje, mandé un artículo a una revista y les gustó. A partir de ahí empezó todo. 

 

Los viajes y aventuras que realizo me aportan dos cosas: por un lado atenúan mi sed de conocimiento, de libertad y de curiosidad. Siempre he pensado que la gran motivación para viajar tiene que ser la curiosidad, la voluntad de conocer qué hay más allá de nuestro horizonte conocido. De otro lado, mis viajes me aportan la satisfacción de estar contribuyendo a dar a conocer nuestro planeta. Se suele decir que se ama lo que se conoce, y se protege lo que se ama, de manera que el hecho de poder contar como es nuestro planeta a gente que no puede viajar tan fácilmente me hace sentir que, de algún modo, les ayudo a apreciar la belleza de la diversidad de la Tierra. 

 

 

 

Lo estamos destruyendo. Sólo es cuestión de viajar un poco para descubrirlo: en China vi como los habitantes de algunas ciudades tienen que ir con la boca cubierta para poder moverse por el aire viciado de su ciudad; en México vi el Cañón del Sumidero, en Chiapas, lleno de basura de plástico; en África, me he paseado por calles cubiertas literalmente de bolsas de basura; y en el Polo Norte he esquiado sobre hielo que cada año es más fino. 

 

Cada persona puede hacer mucho para evitar la destrucción del planeta tal y como lo conocemos: apagar las luces cuando no las usamos, ir en transporte público cuando podamos evitar el privado, comer productos locales en vez de importados, usar el mínimo de agua,... Todas estas acciones pueden ayudar si cada uno de nosotros es responsable. Pero también podemos realizar actos de mayor trascendencia: votar a los políticos que deciden los cambios, apuntarnos a organizaciones que promuevan este cambio o simplemente convenciendo al vecino para que actúe de forma responsable con el medio ambiente. 

 

Al contrario, creo que justamente la modernidad y la sostenibilidad van de la mano. 

Gracias a internet y a las nuevas tecnologías podemos estar perfectamente informados de si la ropa, la comida o los servicios que compramos son sostenibles, y es también la modernidad la que inventa cada año nuevos elementos para poder dirigir nuestra sociedad hacia la sostenibilidad: coche eléctrico, placas fotovoltaicas,...