Me fui a la cama con la sensación de la noche de reyes. Llegó el sábado, que, como todos los sábados, por duras que sean las semanas, siempre terminan por llegar. A las 9:00 de la mañana, mis Atomic Hawx ultra 130 calzadas en los pies y los X9 para estrenar, todo a favor para coger el primer remonte del día y probar mis nuevas flechas, una bajada rápida y a trabajar.  

 

Fue un día de mucho calor, un día con mucho trabajo dónde no pude hurgar en la esencia de este esquí. La gente me los miraba, normal, su diseño, sus líneas de cota y su patín de 75 son de los que se hacen mirar y girarte a su paso, y yo feliz, como niño con zapatos nuevos. Pero aquel sábado, con tanto trabajo, no los pude sacar de las pistas de debutantes. Me quedé contento con el debut, pero no fue el soñado, terminé la jornada con un regustillo agridulce, me faltó más. Después de tota una noche con la ilusión de ponerlos a prueba otra vez, por fin llegaron las 9:00 de la mañana del domingo.

 

 

Era hora de empezar el cursillo de los domingos, con esos locos bajitos, esos niños que domingo tras domingo, me dan caña, los que me exigen cada día más, los que convierten mi trabajo en mi pasión, allí probé la verdadera esencia de los X9. Un esquí rápido y fiable, un esquí divertido, un esquí que se cogía muy bien a la nieve pese a no estar en sus mejores condiciones debido al maldito anticiclón que se nos puso encima hace incontables días, y esperemos que se vaya pronto para terminar dignamente esta temporada, a pesar de todo esto, disfruté como un niño. 

 

Como dice un buen amigo mío, el esquí es un deporte de sensaciones y los Atomic X9 Wide Body de la próxima temporada tienen todos los ingredientes para ser un top en ventas, pero, sobre todo, para aquellos que los adquieran, revivir sensaciones que podrían tener olvidadas o vivir algunas de nuevas.