La gestión del espacio de esquí y el parque lúdico de Vall de Núria, a cargo de Ferrocarrils de la Generalitat de Catalunya (FGC), está en vilo mientras la fecha límite del 30 de abril se acerca. 

 

 

FGC se encarga de la explotación de la zona de esquí en terrenos comunales y del parque lúdico de Vall de Núria desde el año 1985. En 2017 finalizó la concesión que había y, desde entonces han ido haciendo prórrogas cortas de dos años como máximo. 

 

 

Antoni Segarra, presidente de FGC, expresó su pesimismo ante la falta de acuerdo, destacando las discrepancias sobre las condiciones propuestas por el Ayuntamiento. Según Segarra, el consistorio ha presentado términos "inaceptables", incluida la posibilidad de reducir unilateralmente la concesión a la mitad y retener los activos de FGC.

 

 

Segarra critica que, pese a haber llegado de palabra a un principio de acuerdo, al cabo de unas semanas el Ayuntamiento de Queralbs dijo que quería poner unas condiciones nuevas. "Son unas condiciones que nunca habíamos hablado en los últimos dos años como multiplicar el canon por 2,5 y pasar de los 10.000 euros anuales a los 25.000".

 

 

Constans cree que FGC es el "socio natural" porque es la empresa que gestiona el tren cremallera -el único transporte para poder acceder al santuario- a la vez que también tiene la concesión del Obispado del santuario y el complejo hotelero. "Somos los pequeños", dice, porque son un municipio de 200 habitantes, pero "el que da valor añadido por ser el entorno natural que rodea al santuario". 

 

Constans subraya la necesidad de que los vecinos tengan voz en el proceso y destaca la importancia de establecer una comisión de seguimiento para supervisar el desarrollo futuro del valle.

 

La falta de acuerdo ha llevado a FGC a anunciar su retirada de la gestión de Vall de Núria, lo que preocupa a algunos concejales locales, como Francesc Coll de ERC, quien insta a priorizar los intereses del municipio por encima de consideraciones personales o partidistas. 

 

En tanto, Genís Coll de CP espera obtener más información antes de emitir una opinión al respecto tras reunirse con la alcaldesa.

 

En medio de esta incertidumbre, queda en el aire el futuro de Vall de Núria y la posibilidad de encontrar una solución que satisfaga a ambas partes antes de que finalice la prórroga el próximo 30 de abril.