Esta temporada la nieve se está haciendo de rogar, y no solo aquí en la Cordillera, la situación en toda Europa es desesperante y como no llega el presupuesto para cruzar el charco, hay que buscar otros planes.

Y con días soleados como los que tenemos y sin el calor asfisiante del verano, una opción es sacar la bici y disfrutar de nuestras montañas, o sufrirlas, todo depende de cómo nos lo tomemos.

A lo largo de toda la Cordillera Cantábrica tenemos numerosos puertos, muchos de ellos míticos del ciclista nacional e internacional. Se hacen pocos los dedos de las manos para contar la cantidad de puertos que han sido final de etapa en la vuelta ciclista a España. Pero si vamos a hablar de puertos o de subidas, hay que empezar por el Angliru. 

No es ni de cerca el final de etapa más repetido en La Vuelta, ese récord (22 finales de etapa) lo tiene la subida a Los Lagos de Covadonga (de la cual ya hablaremos más adelante), pero en las 8 veces que ha sido final de etapa, se ha podido ver la dureza de este coloso asturiano, que no deja indiferente a nadie. Se le considera junto con el Monte Zocolan en el Giro 2007, el puerto más duro subido en carreras profesional.

Y aunque no es una cumbre especialmente alta, no llega a los 1.600 metros de altitud, los datos hablan por sí solos. 12 kilómetros y medio al 10% de pendiente media. Pero lo terrorífico llega cuando desgranas sus rampas y te encuentras que en 6 puntos se sobrepasa el 20% de pendiente, con La Cueña Les Cabres como máximo exponente, con un 23,5% de pendiente máxima.

Para quien se atreva a encarar estas rampas, un pequeño resumen de lo que se encontrará. Salida desde La Vega de Riosa para encarar unos 5 kilómetros suaves hasta el área de descanso de Viapará.

Una vez en Viapará, un kilómetro de falso llano, antes de empezar la tortura. Se empieza a empinar el terreno con rampas ya del 14-15% para luego encontrarte con Las Curvas de Les Cabanes; 400 metros con pendiente máxima del 21,5% y pendiente media del 18. De ahí, pasamos a un tramo con pendientes del 10% para encarar la curva de Llagos, y un kilómetro después la curva de Les Picones, con un 21% de pendiente. Si pensabas que ya lo habías visto todo, de seguido te encuentras con la curva de Cobayos al 20%, y entras en la temible Cueña Les Cabres. 

Curva de Cobayos

La Cueña Les Cabres, el éxtasis del Angliru, la reina madre... Qué decir de esta rampa. Son casi 800 metros de recta, con un desnivel medio cercano al 20% y un máximo del 23,5%. Las fotos no reflejan la dureza de esta imponente recta. 

La Cueña les Cabres desde la Curva de Cobayos

Si después de pasar todo esto, creías que ya se había terminado, puedes seguir llorando. Te quedan 2 kilómetros todavía, con dos rampas que superan el 20% de pendiente. Hay quien dice que Aviru, que es la siguiente rampa, es aún más dura que la Cueña. Hablamos de un 21% de desnivel en unos 400 metros. Ya para terminar el sufrimiento, Les Pedrusines pone el punto final las rampas con un 20%, por si todavía te quedaban piernas. Ya los últimos 400 metros, para llegar al aparcamiento donde se pone la meta de la Vuelta, son en bajada. 

Si no te atreves a subir en bici, puedes hacerlo en coche. La carretera está abierta y bien asfaltada. Las vistas merecen la pena.

Oviedo desde El Angliru 

Por supuesto, si hay nieve, se puede subir foqueando y bajar las rampas. Hay mucha gente que lo hace, y hasta la prensa local se ha hecho eco de esto, llamando al Angliru, la tercera estación de esquí asturiana.