Cortina d'Ampezzo, la Reina de los Dolomitas, es una joya en medio de los Alpes italianos. 

 

Desde la década de 1950, Cortina se ha hecho famosa como una de las estaciones de deportes de invierno más queridas de Italia, gracias a los majestuosos picos Dolomitas -declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO-, su extensa área de esquí y los refugios de montaña ubicados cerca de las pistas. 

 

Fueron los Juegos Olímpicos de Invierno de 1956, los primeros retransmitidos en directo por televisión a nivel internacional, que descubrieron Cortina d’Ampezzo al mundo como un destino privilegiado para los deportes de invierno y un escenario para La Dolce Vita en las décadas siguientes. 

 

 

El estilo de vida y el glamour de Cortina son las características que hacen de este pequeño pueblo de montaña sea tan popular no solo para esquiar. 

 

Corso Italia, con sus boutiques de moda de lujo y sus locales tradicionales y elegantes, se ha convertido en el centro de la vida social de la ciudad,. En muchas ocasiones, ha sido frecuentado por celebridades italianas e internacionales, incluidos artistas, estrellas de cine y, más recientemente, influencers.

 

 

 

Cortina d’Ampezzo debería haber albergado los Juegos Olímpicos de 1944, pero cuando estalló la Segunda Guerra Mundial, fueron cancelados. Después de la guerra, el sueño no se desvaneció. Al contrario, comenzó a verse como una oportunidad para revitalizar Cortina y los Alpes italianos después de las dificultades de la década de 1940. Superando a la competencia de Montreal, Colorado Springs y Lake Placid, Cortina alcanzó su objetivo.

 

Los Juegos Olímpicos de Invierno de 1956 fueron definitivamente un punto de inflexión: eran los primeros que se celebraban en Italia, los primeros en ser retransmitidos por televisión a nivel internacional y los primeros en que una mujer, Giuliana Minuzzo, pronunciaba el juramento olímpico.

 

 

 

 

Especialmente desde la década de 1950 hasta la década de 1970, la Reina de las Dolomitas era el símbolo de un mundo deslumbrante y emocionante, caracterizado por entretenidas veladas de baile y espléndidas muestras de alta costura.

 

En la Piazza Roma, la Basilica Minore dei Santi Filippo e Giacomo, el Hotel Ancora y el Rifugio Lagazuoi, se rodaron películas de corte dramático como Un lugar para los amantes (1968, dirigida por Vittorio De Sica y protagonizada por Marcello Mastroianni y Faye Dunaway).

 

Apenas cinco años después, Cortina fue elegida como plató de una dramática historia de amor, Miércoles de Ceniza (dirigida por Larry Peerce, 1973). Esta vez, el papel protagónico lo interpretó la célebre Elizabeth Taylor.

 

No podía tampoco faltar en la saga del espía más famoso del mundo, James Bond. Solo para sus Ojos (dirigida por John Glenn, 1981), era el duodécimo capítulo dedicado al agente 007, interpretado por Roger Moore.