El Pirineo de Lleida, listo para vivir un invierno importante
Boí Taüll. Fotografía FGCC
Pirineo de Lleida: Respirar hondo y dejarse llevar por naturaleza pura, algo cada vez más imprescindible para envolver el ocio, lejos de las urbes. Aire limpio, bosques, ríos, caminos, nieve… Paisajes evocadores, de los que reconfortan e inspiran tranquilidad o máxima actividad. A elegir o a combinar. La singularidad del entorno rural: un clima frío y una gente cálida, como esos momentos de placer indescriptible ante las brasas de un fuego que enrojece las mejillas, mientras conversamos o recordamos esos instantes del día que nos han hecho sentir tan bien.
Vista Pica d'Estats desde Port-Ainé. @FGC
Poder estar rodeados de tres miles, con picos que tocan el cielo y esa sensación de inmensidad está garantizado por estas montañas que, a veces, superan los tres mil metros de altitud. Gigantes imponentes, habitados por fauna esquiva como los zorros, por otra que suele observarnos curiosa como los corzos, o más que magnífica como el águila real o el urogallo. El decorado, según la altura del terreno y el clima cambiante, lo constituyen robledales, hayedos, abetales y pinocha. Con raquetas en los pies, deslizándose con esquís o tirándose con un trineo, la nieve hace de manto. Los árboles a los lados del camino.
Elegir el destino es fácil. Si lo que queremos es sentir el Pirineo en la piel, entre cumbres, valles, junto a ese murmullo de aguas vírgenes y bajo cielos incomparables, cualquiera de las comarcas del Pirineo leridano nos va a complacer. Decidir tipo de actividad y listos, a marcar destino en el mapa. Las comarcas que elegir, todas con multitud de propuestas, son: el Alt Urgell, la Alta Ribagorça, la Cerdanya leridana, el Pallars Jussà, el Pallars Sobirà, el Solsonès y la Val d’Aran.
Espot. Fotografía: FGC
Ni más ni menos que once estaciones de esquí
Si queremos esquí alpino, el Pirineo de Lleida cuenta seis centros donde practicarlo: Baqueira Beret, Boí Taüll, Espot, Port Ainé, Port del Comte y Tavascan. Si preferimos practicar el nórdico, siete enclaves: Aransa, Lles de Cerdanya, Sant Joan de l’Erm, Tuixent-la Vansa y Virós-Vallferrera. Tavascan y Baqueira Beret ofrecen las dos disciplinas. Entre todas ellas suman más de 500 kilómetros esquiables. Son estaciones de esquí que cuentan con todos los servicios necesarios para disfrutar de la nieve con la máxima seguridad, no solo dentro de las pistas, sino también fuera de ellas gracias a una informatización acelerada, entre otros motivos, por la pandemia del COVID-19.
Los seis complejos de alpino en su conjunto abarcan más de 350 kilómetros de dominio esquiable, que hacen de la oferta del Alt Pirineu y Aran una de las más potentes y completas del Estado y de las más atractivas de Europa. La estación de esquí alpino más al norte de todo el Pirineo es Baqueira Beret.
Baqueira. @Javier-Martin
Situada entre las montañas de la Val d’Aran y las Valls d’Àneu, Baqueira Beret es un complejo único, con el dominio más grande del Estado con más de 160 kilómetros esquiables, y uno de los referentes a nivel estatal e internacional del mundo del esquí.
En el Pirineo leridano hay tres estaciones de esquí gestionadas por Ferrocarrils de la Generalitat de Catalunya, FGC
Son Boí Taüll, en la Alta Ribagorça, Espot Esquí y Port Ainé, en el Pallars Sobirà.
La estación de Boí Taüll tiene las cotas más altas de la cordillera, hasta los 2.750 metros, y su orientación norte es sinónimo de una nieve excelente.
Boí Taüll Resort. Foto @Marisa Tartera
El complejo ribagorzano Boí Taüll ha sido distinguido durante tres años consecutivos por los premios Worl d Ski Awards como mejor estación de esquí del Estado. Fotografía: Patronat de Turisme de la Diputació de Lleida.
Junto al Parque Nacional de Aigüestortes i Estany de Sant Maurici se halla la estación de Espot Esquí y, muy cerca, a la sombra del Pico del Orri, descubrimos Port Ainé: buena nieve, rodeada por el Parque Natural del Alt Pirineu. Port Ainé y Espot Esquí, desde 2016, están certificadas como Equipamiento Turístico Familiar en el ámbito de Naturaleza y Montaña en Familia.
Port Ainé. Foto @Marisa Tartera
Boí Taüll también lo está. Además, la alta atención y sensibilidad a la demanda del turismo familiar, ofreciendo equipamientos y servicios adaptados a sus necesidades, las distinguen con el sello de Turismo Familiar.
Port Ainé. @Ara Lleida
El periódico británico The Guardian, en 2019, eligió Port Ainé como la mejor estación pequeña de Europa por la calidad de sus pistas y la relación calidad/precio de los servicios de la estación, así como la afabilidad. Un conjunto que ha avalado esta distinción.
Tavascan. @Ara Lleida
En el Pallars Sobirà, en medio del Parque Natural del Alt Pirineu y en el refugio de la Pleta del Prat, su base: esquí alpino, nórdico, de montaña y raquetas.
Port del Comte. Foto @Oriol Clavera
En el Solsonès, Port del Comte ofrece pistas anchas y pendientes para todos los niveles y un gran bosque de pino negro con más de 40 kilómetros de circuitos de raquetas.
Esquí nórdico y raquetas
Espectaculares bosques y montañas y el calor de sus refugios son el escenario de este tipo de esquí en el Pirineo de Lleida. Sant Joan de l’Erm, Tuixent-la Vansa, Virós-Vallferrera, Lles de Cerdanya y Aransa son los cinco puntos de nórdico de la demarcación con cerca de 150 kilómetros de circuitos de esquí de fondo, a los que se suman 21km. de Beret y Tavascan para dar un total de casi 180 km con oferta completa y variada todo el invierno.
Virós Vall Ferrera. Foto @Ara Lleida
Raquetas en Lles de Cerdanya. @Oriol Clavera
Para combinar con raquetas, centros de alpino como Tavascan, Port del Comte y Espot Esquí, sumados, superan los 140 kilómetros donde calzárselas.
Sant Joan de l'Erm. Foto @Tot Nòrdic
En el entorno mágico del Parque Natural del Alt Pirineu, entre las comarcas del Alt Urgell y el Pallars Sobirà, se encuentra Sant Joan de l’Erm. El núcleo de la estación es el refugio de la Basseta, de donde salen travesías que cruzan bosques de abetos, abedul y pino negro.
Y otro escenario fabuloso. En el Parque Natural del Alt Pirineu (Pallars Sobirà) se encuentra el refugio del Gall Fer, centro principal de la estación nórdica Virós-Vallferrera.
Tuixent- La Vansa.Foto @Ara Lleida
En la cara norte del macizo del Port del Comte, con magníficas vistas del Pedraforca, la estación de esquí nórdico de Tuixent- La Vansa.
En Lles de Cerdanya se sitúa el dominio nórdico más grande del Estado
En Lles de Cerdanya se encuentra la oferta más amplia de circuitos senderistas y de raquetas de nieve. Junto con los amantes del nórdico, aquí se citan esquiadores de montaña para disfrutar de la cumbre de la Tossa Plana.
También en la Cerdanya leridana, la estación de Aransa, que enlaza con Lles por su parte alta. Este complejo, circuitos de esquí nórdico y de raquetas, ofrece unas grandes vistas de la sierra del Cadí.
140 empresas especializadas en deportes de invierno garantizan el disfrute de nieve y naturaleza en libertad
El Pirineo de Lleida representa una de las mejores ofertas de nieve del Estado español. Los 11 centros de invierno y una amplia oferta que complementa la nieve es fruto de la experiencia y calidad de las 140 empresas especializadas en los deportes de invierno, que componen el tejido de actividad y servicio.
Para esta temporada 2021-2022 ofrecen un total de 505 km de esquí, distribuidos en 245 pistas en las estaciones de alpino y numerosos circuitos en los complejos de nórdico, y más de 4.500 hectáreas esquiables con una capacidad para transportar 108.453 viajeros/hora por medio de 81 remontes.
La superficie esquiable del Pirineo de Lleida sigue situando este destino como uno de los más importantes del conjunto del Estado español, y también a escala internacional, para practicar el esquí alpino, el nórdico y disfrutar del amplio abanico de actividades complementarias a la nieve.
Mushing en Lles de Cerdanya. Foto @Oriol Clavera
Entre las actividades que se pueden practicar en torno a la nieve y las estaciones de esquí destacan los cursos de esquí alpino, nórdico y telemark que imparten las diferentes escuelas de esquí, raquetas de nieve, trineos de perros, excursiones y paseos a caballo, motos de nieve con excursiones diurnas y nocturnas, patinaje sobre nieve, construcción de iglús, esquí extremo, esquí de montaña, snowbikes, randonnée, freeride, splitboard, surf de nieve, quads, BTT, orientación, escalada en hielo, rutas fotográficas, circuitos inclusivos, biatlón y visualización de fauna y distintas excursiones para disfrutar de la nieve y de la naturaleza.
A esta gran oferta de esquí y de actividades en torno a la nieve hay que añadir la amplia oferta de alojamiento: unas 26.000 plazas entre hoteles, casas de turismo rural, apartamentos turísticos y plazas de camping (principalmente bungalós en esta época del año), además de las segundas residencias.
Las raíces culturales del Pirineo de Lleida marcan su genuidad
La Historia es el eje de la oferta cultural en el Pirineo leridano: herencia de la cultura romana con extraordinarias iglesias medievales construidas hace más de un milenio, baños termales, una tradición impresa en su deliciosa gastronomía basada en la cocina de subsistencia. Y el espíritu montañero en su ADN que ya a finales del siglo XIX marcó retos para muchos pioneros.
Vall de Boí. Foto @Marisa Tartera
Vall de Boí, centro de románico incomparable
Ya se han pasado 21 años desde que las iglesias románicas de la Vall de Boí (Alta Ribagorça) se incluyeron en la lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO. En este tiempo, este conjunto medieval de los siglos XI-XII, excelentemente conservado, ha acogido más de 2 millones de visitantes.
Pantócrator de Sant Climent de Taüll, una joya del Románico Patrimonio de la Humanidad de la Unesco
Entre las ocho iglesias y una ermita que compone el conjunto, destaca la de Sant Climent de Taüll, con el mapping de su pantocrátor, cuyo original se puede ver en el Museo Nacional de Arte de Cataluña en Barcelona-MNAC. Este legado de la familia feudal de los señores de Erill atrae visitas procedentes de todo el mundo.
50 museos abordan el Pirineo de Lleida desde diferentes ámbitos
La oferta museística del Pirineo de Lleida cuenta con unos 50 museos cuyo objetivo es dar a conocer en profundidad, entre otros, la etnología, arqueología, costumbres y tradiciones de estos parajes. Ejemplo de ello son: los espacios didácticos sobre la biodiversidad del extraordinario Parque Nacional de Aigüestortes i Estany de Sant Maurici; el Ecomuseo Çò de Joanchiquet, en la Val d’Aran, que descubre cómo se vivía en el valle antes de que llegara la electricidad; el Ecomuseo de las Valls d’Àneu (Pallars Sobirà) que permite conocer la realidad natural y cultural del Palllars.
Ecomuseu de les Valls d'Àneu. Fotografía: Patronat de Turisme de la Diputació de Llleida. Foto @Oriol Clavera
También encontramos el Museo de los Almadieros (Alt Urgell, que adentra a los visitantes en la tradición de navegar por los ríos. Y, para llos amantes de la fauna, una recomendación es el Museo de las Mariposas de Cataluña, en el Pallars Sobirà.
Balnearios, una inmersión ineludible
Aguas sulfurosas que aparecen de las profundidades de las placas tectónicas con saludables propiedades minerales a lo largo de estas montañas proponen una experiencia revitalizante a partir de esta herencia romana.
Caldes de Boí, los Baños de Tredòs, las aguas termales de Arties, las termas de Les y el balneario de Sant Vicenç, configuran esta oferta.
Foto @Joan Masdeu
Más estrellas del Pirineo de Lleida
Son ni más ni menos que las del cielo, la de los espectaculares cielos que se puede observar desde el Pirineo de Lleida. La observación astronómica es una de las ciencias más antiguas que existen y, con sus montañas, el Pirineo es un mirador fantástico. Empecemos por el Parque Astronómico Montsec, situado en las afueras del municipio de Àger, entre las comarcas de la Noguera y el Pallars Jussà, es uno de los mejores lugares del mundo para la observación astronómica y disfrutar de las estrellas, constelaciones y otros elementos del universo. La sierra del Montsec, la más meridional del Prepirineo catalán, ha sido reconocida por la Fundación Starlight como uno de los lugares con unas condiciones de observación astronómica excepcionales, a raíz de sus condiciones meteorológicas y la baja afectación de la contaminación lumínica.
Espot, Vilaller y la Vall de Boí destacan como miradores astronómicos. La certificación del Parque Nacional de Aigüestortes i Estany de Sant Maurici como Destino Turístico y Reserva Starlight en 2018 ha propiciado que se potencien espacios donde poder admirar la calidad del cielo nocturno. Espot lo tiene dentro de la estación de esquí, a 2.000m de altitud. En Vilaller, el mirador de las estrellas está instalado en lo alto del pueblo. Y en el caso de Boí, se sitúa junto a la ermita románica de Sant Quirc de Durro.
Trinxat de la Cerdanya. Foto @Ramon Gabriel
La gastronomía, uno de los puntos fuertes más deliciosos
Efectivamente, la gastronomía es uno de los puntos fuertes del Pirineo de Lleida y se convierte, por tanto, en uno de sus atractivos. De los fogones, salen resultados deliciosos, entre otras cosas, porque los productos autóctonos ya lo son. Y no solo ricos, sino también reconocidos con los distintivos de calidad establecidos por la Unión Europea de Denominación de Origen Protegida (DOP) e Indicación Geográfica Protegida (IGP). El clima y la rudeza del hábitat, así como el trabajo en las minas, con los rebaños y en los bosques, han favorecido los platos que aportan energía. En todo caso, la cocina huele a autenticidad; sea cál sea su mise en place.
La carne suele ser el ingrediente básico: carnes de caza y de granja, acompañadas con legumbres y verduras de la tierra montañesa, son las mejores opciones gastronómicas para descubrir el paladar de este territorio. ¿Qué elegir entre todo eso que es ‘kilómetro cero’?, ¿la ternera de los Pirineos Catalanes, con el sello IGP?, ¿el pollo de granja, el cordero, la trucha, los patés, el cocido, la olla aranesa o el trinxat…?
Ollla aranesa. Foto @Ara Lleida
Los productos lácteos son otra joya gastronómica del Pirineo de Lleida. En las comarcas del Alt Urgell y la Cerdanya se elaboran quesos con leche fresca de vacas frisonas autóctonas, de una calidad excelente y que han sido reconocidos con un sello DOP. También en estas dos comarcas encontramos la mantequilla con sello DOP. Y para maridar con tanta excelencia, los vinos de la DO Costers del Segre. Una DO formada por siete territorios distribuidos a lo largo de toda la cuenca del río Segre y del Pirineo leridano. Viticulltura moderna, innovadora, única y sostenible.
Pueblos singulares de antaño. Puro carácter
La mayoría de los pueblos tiene menos mil habitantes y si bien se han urbanizado zonas entre las montañas, aún preciosos reductos que mantienen intacta la esencia del pasado. De esos que, cuando los paseas, sientes que pisas historia.
Unha. Foto @Francesc Tur
- En la Val d’Aran encontramos lo más, más rural en Bausen y Canejan y, si bien más moderno, pero singular, en Arties, Unha o Bagergue.
- En la Alta Ribagorça, Taüll fue el primer núcleo en lograr la catalogación de ‘Pueblo con Encanto’ que otorga la Agencia Catalana de Turismo.
- En la Cerdanya leridana, Prullans respira paz y los paisajes de alta montaña.
- En el Pallars Jussà, el dibujo geográfico de Llimiana es excepcional, en lo alto de una loma rocosa y con unas vistas increíbles del pantano de Terradets.
- En el Pallars Sobirà, el pueblo de Farrera respira la atmósfera tradicional de otros tiempos a través de sus iglesias y casas de piedra en medio de un entorno montañoso bucólico y también está La Vall de Cardós, un municipio enclavado en un paraje idílico con numerosas rutas.
- En el Alt Urgell, Os de Civís, bordea Andorra y es un pueblo más que singular, mágico, único. Por carretera, solo se puede acceder a él por el Principado.
- En el Solsonès, dos de sus tesoros mejor guardados son el conjunto monumental de Sant Esteve de Olius, espectacular testimonio románico de hace mil años, y Sant Llorenç de Morunys con el entorno natural del Port del Comte y unas vistas de postal del pantano de la Llosa del Cavall.
Los muchos atractivos de las capitales de comarca del Pirineo de Lleida
Vielha (Val d’Aran), donde hay uno de los equipamientos deportivos más importantes de todo el Pirineo, el Palacio de Hielo.
Además, sus ejes comerciales giran en torno a la nieve y la cultura de montaña, potenciando también su historia con los museos y, sobre todo, la iglesia de Santa Maria de Mijaran.
Sort (Pallars Sobirà). Todavía hay vestigios de su esplendor medieval, con los restos del Castillo de Sort. El río Noguera Pallaresa tiene una importancia vital en la capital de la comarca, sobre todo en verano con las actividades de aventura.
Tremp. También con bellas huellas de su pasado como la basílica de Valldeflors, la cruz de término y el puente de Sant Jaume. El espacio patrimonial La Central hidroeléctica de Talam acerca al público el turismo industrial del Pallars Jussà.
Pont de Suert. Donde es muy agradable pasear y cruzar por los diversos puentes sobre el Noguera Ribagorçana. Su núcleo antiguo contiene algunos rincones históricos como la Plaza Mayor, la Plaza Mercadal, la Iglesia Vieja y el Palacio Abacial.
Solsona. Foto @Wikipedia.org
Solsona (Solsonès), con su catedral, el símbolo del municipio, así como los vestigios de la muralla y las torres medievales. El Portal del Puente, que da acceso al casco histórico, es uno de los lugares más icónicos. Y La Seu d'Urgell tiene su joya medieval en la catedral románica de Santa Maria. La capital del Alt Urgell también potencia mucho las instalaciones olímpicas del Rafting Parc y su conjunto histórico urbano.
En el Pirineo de Lleida, de día, el sol se refleja sobre el blanco de la nieve. Por la noche, las estrellas brillan en sus cielos extraordinarios y solo interrumpe su esplendor aquel humo que sale por una chimenea. Alguien está planificando, junto al fuego, qué hará mañana. Para el territorio, lo que elige el visitante es muy importante. En gran medida, su sustentabilidad se basa en ello.
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