La candidatura Pirineus-Barcelona a los Juegos de Invierno de 2030 ya es una realidad. El presidente de la Generalitat de Catalunya, Pere Aragonés, ha enviado una carta al presidente del Comité Olímpico Español, Alejandro Blanco, en la que le pide formalmente iniciar las negociaciones para poder volver a ser sede olímpica, 38 años después de los juegos de verano del 92.

 

Antes, sin embargo, tendrá que convocar una consulta porque el territorio avale o no esta candidatura, tal como se comprometió ERC con la CUP en el pacto de gobierno. Las olimpiadas de invierno son una vieja aspiración del Govern catalán y del Ayuntamiento de Barcelona, después de que la Ciudad Condal fuera sede de los Juegos de Verano de 1992.

 

Desde entonces han pasado 38 y la candidatura de Barcelona-Pirineus hace tiempo que estaba sobre la mesa, pero el Gobierno catalán no acababa de dar el paso.

 

 

 

El presidente de la Generalitat, en su carta, traslada a Alejandro Blanco la conveniencia de iniciar conversaciones oficiales para la "posible presentación" de la candidatura. Se trata, según Aragonès, de una "oportunidad que ha de ir de la mano del consenso social y que ha de permitir desarrollar los compromisos de la Agenda 2030 de las Naciones Unidas", asegura en la misiva, según ha avanzado "El matí de Catalunya Radio".

 

"El gobierno catalán se plantea este reto olímpico como una oportunidad para impulsar la cohesión territorial de los Pirineos y las políticas de sostenibilidad".

 

"No es, pues, un proyecto para sólo 15 días de competición sino de un planteamiento global del país. Este anuncio supone el pistoletazo de salida a una primera fase de diálogo con el territorio y en las conversaciones formales con el Comité Olímpico Internacional".

 

La idea de los Juegos de Invierno Pirineus Barcelona está sobre la mesa del Ayuntamiento de la ciudad desde 2010. Fue el entonces alcalde, Jordi Hereu, el primero que habló de esta candidatura, que sería similar a la de Turín, en 2006.

 

Después Xavier Trias se le acabó haciendo suyo, aplazándose cuatro años, hasta el 2026, para convencer al territorio.

 

La elección como alcaldesa de Ada Colau en 2015 detuvo la iniciativa, por la reticencia de los Comuns a hacer grandes eventos y la apuesta por fomentar el deporte de base, como defendía su primer teniente de alcaldía, Gerardo Pisarello.

 

 

El nuevo clima de diálogo entre el Estado y la Generalitat hace que la oportunidad del 2030 coja ahora empuje. Y también el apoyo de los empresarios. De hecho, el presidente de Fomento, Josep Sánchez Llibre, defiende los Juegos de Invierno como una de las prioridades del país.

 

La candidatura elegida será designada en 2023. Además de Barcelona, sus principales rivales serán Salt Lake City (EEUU) y Sapporo (Japón). Las tres ciudades tienen experiencia como organizadoras de Juegos; Sapporo acogió los de 1972 y Salt Lake City los del año 2002, ambos de invierno, y Barcelona los del año 1992, en este caso de verano. También Vancouver y Whistler, en Canadá, entran en las quinielas.

 

 

El anuncio de la Generalitat se produce después que en el primer encuentro entre Pedro Sánchez y Pere Aragonès, en un acto organizado por la patronal catalana Fomento, el pasado 7 de junio, el presidente del Gobierno ofreció el apoyo del Ejecutivo central a la Generalitat para la candidatura Pirineus-Barcelona.