Las dos primeras candidaturas en optar a organizar los Campeonatos del Mundo de Esquí Alpino de 2027 fueron Crans-Montana (Suiza) y Garmisch-Partenkirchen (Alemania), que aspiraban ya a los de 2025 y que fueron derrotadas por Saalbach (Austria). La última en incorporarse a este elenco ha sido Narvik (Noruega) y antes lo hizo Andorra, que es la única que presenta una candidatura de país.

 

Que las candidatas derrotadas concursen en la siguiente elección es ya una tradición y un claro ejemplo es Saalbach, designada por el congreso de la FIS como la estación sede de los Campeonatos del Mundo de Esquí Alpino 2025, pero que perdió en la carrera por los Mundiales 2023 ante la candidatura de Courchevel-Méribel.

 

 

Nosotros apostamos por Andorra. Pero vayamos a conocer a las rivales del Principado y sus posibilidades:

 

 

 

Crans-Montana, que ya organizó el Campeonato Mundial de Esquí Alpino en 1987, se volvió a presentar para ser sede de 2025 y terminó segunda por un solo voto de diferencia en su carrera contra Saalbach y empatado con su otro competidor, Garmisch-Partenkirchen.

 

A raíz de la decisión de la FIS, la estación del Valais suizo decidió solicitar la edición de 2027. “No salimos de esta elección siendo negativos. Todo el mundo está listo para volver a la batalla de cara a 2027”, asegura Marius Robyr, director ejecutivo de la candidatura Crans-Montana / Valais, convencido de sus posibilidades.

 

 

La pista original que acogió el Campeonato del Mundo femenino de esquí en 1987 dibuja espectaculares giros desde el panorámico Cry d'Err hasta la estación de esquí de Barzettes pasando por el bosque.

 

Se trata de una exigente pendiente de 2,5 km, con un desnivel de 665 metros -30% (promedio) y 52% (máximo)- que combina complicadas curvas, ondas y giros y largas travesías.

 

Durante el recorrido, establecimientos de culto como el Amadeus 2006 y el Bar 7 invitan a hacer una parada y a reponer fuerzas.

 

 

 

El complejo turístico de esquí Garmisch-Partenkirchen es una zona de esquí de categoría internacional situada en los Alpes Bávaros. Este complejo es uno de los mejores del país y, en 1936, acogió los Juegos Olímpicos de Invierno y el debut del esquí alpino como deporte olímpico.

 

Parada obligatoria de la Copa del Mundo desde 1970, Garmisch aspira a albergar el evento por tercera vez después de 1978 y 2011.

 

En su haber, la pista Kandahar. Para el esquiador ambicioso, es el comienzo de una aventura de 3,5 kilómetros y un desafío para cada muslo más o menos entrenado. Para cada corredor, es el punto de partida de una de las pistas de esquí más espectaculares de la Copa del Mundo de Esquí.

 

El descenso masculino ahora tiene cuatro saltos, algunos de ellos grandes y es un poco más corto, pero se ha vuelto aún más exigente. La nueva sección central está en un terreno moderadamente empinado y contiene muchos cambios de terreno. En el tercio inferior del recorrido también se ha creado un tramo completamente nuevo, que exige todo a los corredores antes de la llegada. La "caída libre", con una inclinación del 92%, la sección más empinada de toda la Copa del Mundo de Esquí Alpino.

 

Cada año, los activos discuten si el Streif en Kitzbühel o el Lauberhorn en Wengen, Suiza o el Pista Stelvio en Bormio es el mayor desafío de un invierno. El descenso de Kandahar con su exótico nombre es definitivamente uno de ellos.

 

La candidatura de Garmisch-Partenkirchen hace hincapié en la declaración de intenciones por un Campeonato del Mundo de Esquí sostenible. La alcaldesa, Elisabeth Koch (CSU), ha incluido incluir estándares ambientales en la solicitud y promete que no se cambiará nada en las pistas existentes. Así, Gudiberg sería la sede de slalom y competiciones paralelas.

 

 

 

Narvik (Noruega) ha sido la última sede en presentar candidatura y de conseguirlo serían los primeros Campeonatos del Mundo bajo la aurora boreal de Laponia, en un paisaje atípico en medio de manadas de renos.

 

Erik Plener, jefe de esta candidatura, asegura “ser conscientes de que nuestros oponentes son fuertes, pero tenemos la intención de hacer todo lo posible para intentar conseguir estos Mundiales".

 

Narvik, una pequeña ciudad de unos 20.000 habitantes en pleno crecimiento, se encuentra al norte del Círculo Polar Ártico, a la altura de las islas turísticas de Lofoten.

 

El sitio se ha ganado una reputación gracias a su estación de esquí, que fue sede de los Campeonatos del Mundo Juveniles en marzo de 2020 en un paisaje mágico, antes de que estos fueran interrumpidos por la pandemia de Covid.19. “Tenemos buenas pistas que dan al fiordo”, explica Erik Plener. Pero la idea es mejorarlos y construir otros nuevos para el Mundial.

 

“En los últimos años, hemos demostrado que somos capaces de albergar un evento de este tipo'', continúa el jefe de la candidatura escandinava. Tendremos la infraestructura necesaria”.

 

En 1992 y 1996, Narvik ya había sido sede de varios eventos de la Copa Mundial Femenina. Si el número de habitaciones no es suficiente en la ciudad, se compensará con la presencia de varios barcos, que se utilizarán como hoteles para este proyecto compartido entre el comité local y la federación noruega a partes iguales.

 

Para Erik Plener, la candidatura de Narvik se basa en dos ejes principales: “El medio ambiente y el espectáculo”. Optimista, el CEO cree en sus estrellas de la suerte para 2027, aunque tenga que esperar unos años más, como suele ser habitual cuando se presenta una primera candidatura a la FIS.

 

 

Narvik, que albergará el próximo Campeonato de Noruega, también debería albergar la Copa de Europa en 2023.