Suiza pierde hasta un 50% de las ventas de esquí por la Covid-19
Zermatt, como todos los "grandes de Suiza" registra pérdidas de facturación.
Tue, 23/03/2021 - 07:06
La reducción de esquiadores e ingresos afecta más a las grandes áreas que a las pequeñas, algunas de las cuales aseguran que la temporada ha sido positiva.
Poco a poco se van conociendo los primeros balances de la temporada de esquí 2020-21 y, en ninguna parte son halagüeños.
Si hace un par de días era el poderoso grupo de Vail Resorts el que reconocía una reducción de los ingresos del 26% en el global de sus 37 estaciones, ahora Suiza, otro monstruo del esquí mundial, ha hecho lo propio.
Los Ferrocarriles de Montaña suizos cifran las pérdidas de facturación entre un 20 y hasta más allá del 50% dependiendo del cantón. Se trata de un balance provisional, teniendo en cuenta que muchas estaciones de los Alpes suizos van a seguir abiertas hasta abril, pero que no diferirá demasiado del definitivo.
Bergbahnen Laax admite haber tenido alrededor de un tercio menos de ventas y no le va mucho mejor a la región del Oberland bernés. Nicolas Vauclair, director general de Lenk Bergbahnen, explica que "actualmente estamos asumiendo una pérdida de ventas del 20 al 30 por ciento".
Zermatt también habla de una caída del 30 por ciento en las ventas, pero “no son datos definitivos porque falta la Pascua", dice su portavoz, Mathias Imoberdorf.
Las cosas van un poco peor en Hoch-Ybrig. En comparación con los últimos tres años, la caída de las ventas se sitúa entre el 30 y el 35 por ciento. Malos números también en Andermatt-Sedrun, donde las ventas “han caído entre un 30 y un 40 por ciento", asegura el portavoz Stefan Kern.
El Bergbahnen Sörenberg se ha visto aún más afectado. El director René Koller espera una caída en las ventas del 50 por ciento. "También porque nuestros cinco grandes restaurantes de montaña no pudieron abrir y solo se permite comida para llevar en tres sitios", asevera.
La imagen en la comuna de Arosa no es mucho mejor. La zona de esquí de Graubünden también está registrando un declive. Sin embargo, a principios de marzo, los ferrocarriles de montaña estaban solo un 13 por ciento por debajo de las cifras del año anterior.
En cambio, los números son mejores en las áreas de esquí pequeñas. Los remontes de Wiriehorn en el Oberland bernés funcionan muy bien. En comparación con los últimos cinco años, las ventas aumentaron un 24 por ciento.
Los ferrocarriles de Jungfrau aún no han emitido datos y Bergbahnen Hasliberg, por su parte, ya ha avanzado que no quiere dar cifras, pero también habla de un descenso.
El problema de los ferrocarriles de montaña es obvio: el virus corona, que obliga a reducir el número de personas en las góndolas, los restaurantes permanecen cerrados y luego están las restricciones de cada cantón.
Lucerna, por ejemplo, cerró las áreas de esquí en el cambio de año, mientras el Cantón de Berna las dejó abiertas.
Todos los ferrocarriles de montaña coinciden en que el cierre total de restaurantes y el cierre parcial de las terrazas han desanimado a los visitantes. "La gastronomía de montaña es una parte importante de un día perfecto de esquí", dice Stefan Reichmuth de Arosa Bergbahnen.
Los balances de las estaciones de esquí suizas no deben sorprender si se tiene en cuenta, además, que a sus pistas sólo han podido ir a esquiar los suizos buena parte de la temporada por los cierres de fronteras y la obligación de guardar cuarentena para entrar al país.
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