El descenso de esquí más temido del mundo se vivirá a 140 km/h pero sin sus 85.000 aficionados
Entrenos en La Streif. (Foto: Hahnenkamm-Rennen Kitzbühel)
Thu, 21/01/2021 - 14:29
La Covid-19 ha puesto patas arriba el fin de semana de carreras de Hahnenkamm (Kitzbühel - Austria), que tendrá dos pruebas en La Streif, donde solo ganan los mejores.
Este fin de semana llegan las carreras de esquí del Hahnenkamm (Kitzbühel - Austria), la parada más esperada por los esquiadores del circo blanco y los aficionados. Considerada como la prueba más prestigiosa y exigente de la Copa del Mundo, este 2021 carece de uno de sus aspectos más diferenciales: los aficionados.
El año pasado, nada menos que 86.500 espectadores llenaron las gradas que rodean la zona de meta durante los tres días de competición; este sábado y domingo estarán vacías.
Banderas ondeando y bengalas encendidas, los aficionados dan al espectáculo una atmósfera que evoca al circo romano, en el cual los gladiadores son los esquiadores. Miles turistas llenan las calles adoquinadas de la ciudad del Tirol austríaco, bebiendo cervezas y Jagermeister, el licor de hierbas de 61 grados de elaboración propia.
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Sólo el fin de semana de las carreras crea un valor económico y comercial de unos 50 millones de euros, según datos oficiales del ayuntamiento de Kitzbühel.
Unos 600 puestos de trabajo dependen durante todo el año de las carreras, celebradas por primera vez en 1931 y desde 1967 parte de la Copa del Mundo de Esquí Alpino.
Pero la pandemia de coronavirus ha puesto fin a eso y la 81 edición de las carreras del Hahnenkamm será muy diferente.
Las pruebas y los entrenamientos no tendrán espectadores. La zona de meta, así como las pistas estarán vacías. No habrá fan zone en la ciudad, ni bares ni fiestas. El COVID-19 restará parte de su encanto al fin de semana en Kitzbühel.
Por contra, podremos disfrutar no de un descenso sino de dos, el viernes y el sábado, con un super-G el domingo.
La programación en Kitzbühel se modificó después de que los casos de virus positivos obligaron a cancelar las carreras en Wengen, Suiza, la semana pasada.
El Super Gigante se correrá en la pista Streifalm y los dos descensos en la Streif, donde los corredores alcanzan velocidades punta de 140 km / h mientras negocian secciones que tienen un 85% de pendiente.
Foto: Hahnenkamm-Rennen Kitzbühel
La Streif lleva a los competidores al límite de sus capacidades técnicas y mentales hasta cubrir los 3312 metros y 860 m de desnivel del recorrido en menos de dos minutos antes de cruzar la línea de meta.
Con tramos a veces de visibilidad limitada pues la pista es cara norte y al bajar se pasa de zonas de umbría en los que los participantes se encuentran con el sol de cara, la Streif consta de cinco secciones:
Mausefalle: Literalmente, la ratonera. Un salto donde se alcanzan los 80 m de altura a 120-130 km/h.
Steilhang: Doble curva a la que se llega justo después de la ratonera y que lleva a los corredores pegados a las redes de protección.
Bruckenschuss: Una calle larga y estrecha sin curvas cerradas donde el esquiador traza con el mínimo de fricción de sus esquís buscando alcanzar la máxima velocidad.
Hausbergkante: Un tramo muy difícil en diagonal con una fuerte pendiente antes de entrar en la recta final. Para hacernos una idea de este muro, las motos de nieve deben subir sujetas a un cabestrante.
Zielschuss: El último tramo que se encara a gran velocidad y en el que se encuentra un salto muy espectacular antes de la llegada. Tras la caída en 2009 de Daniel Albrecht (el corredor cayó desde una altura de cuarenta metros consecuencia del salto y de la velocidad, 140 km/h que llevaba, y que le tuvo tres semanas en coma inducido) se redujo notablemente este salto.
En el descenso se han vivido choques espantosos a lo largo de los años y las evacuaciones en helicóptero se han convertido en una característica habitual que rápidamente silencian a la multitud.
Este año, la organización ha reclutado 71 soldados austríacos especialmente entrenados para ayudar a preparar la pista.
El ganador del descenso del año pasado fue el favorito local Matthias Mayer, doble medallista de oro olímpico.
Mayer actualmente ocupa el segundo lugar en la clasificación de descenso detrás del campeón general defensor de la Copa del Mundo Aleksander Aamodt Kilde, pero el noruego fue descartado por el resto de la temporada después de sufrir una lesión en el ligamento de la rodilla en el entrenamiento la semana pasada.
El compañero de equipo de Kilde, Kjetil Jansrud, campeón del mundo de descenso y medallista de plata olímpica en la disciplina en Pyeongchang en 2018, ganó el descenso de 2015 en Kitzbhel y siempre se puede contar con él.
Solo los mejores del mundo pueden conseguir el triunfo en La Streif.