Pirineo de Lleida, donde los copos de nieve se transforman en empleo y mueven la economía
Foto: ©Mikel Helsing / Ara Lleida
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Demasiadas veces los esquiadores sólo valoramos la cantidad y la calidad de la nieve como baremo de nuestro disfrute. Aun cuando sabemos que detrás de las estaciones de esquí hay personas y empresas, no somos conscientes de que la nieve es el sustento y el "modus vivendi" para muchas familias.
Es lo que sucede en el Pirineo de Lleida, donde sus 11 estaciones de esquí generan cerca de 10.000 empleos.
El turismo de esquí se ha convertido en uno de los principales recursos y atractivos turísticos de las comarcas del Pirineo de Lleida. La potencia alcanzada por la "industria" del esquí y de toda la actividad que se genera en torno a la oferta de nieve, ha supuesto que este sector se haya transformado en uno de los principales motores económicos y laborales de buena parte de los municipios y las comarcas del Pirineo.
Pocas empresas situadas en el ámbito de la montaña influyen de una manera tan notoria en el crecimiento económico y en la transformación territorial de las zonas de montaña como lo hacen las estaciones de esquí. Esta relevancia queda acreditada con ejemplos, como que la mayor ocupación turística en los establecimientos de hostelería de Lleida se registra coincidiendo, precisamente, con la temporada de esquí.
La significación e importancia de la nieve en el Pirineo de Lleida es medible tanto en la renta per cápita de los habitantes que residen cerca de las estaciones de esquí, como en la repercusión del PIB turístico. En algunas comarcas o valles del Pirineo, la economía está vinculada casi en forma de monopolio a la actividad turística y de manera prioritaria a la temporada de nieve. Su importancia también es medible desde el punto de vista del número de puestos de trabajo que genera de forma directa y de manera indirecta.
El conjunto de las 11 estaciones de esquí del Pirineo de Lleida crean unos 2.200 puestos de trabajo directos, entre personal fijo y de temporada. En esta cifra se incluyen todos los trabajadores de los servicios a pistas, remontes, taquillas, monitores, tiendas y el personal contratado en los establecimientos de restauración, tales como cafeterías, refugios y hostelería. A éstos hay que sumar otros 7.500 empleos inducidos por la oferta complementaria.
En el Pirineo de Lleida hay una oferta para esta temporada de 122 empresas especializadas en deportes de invierno y escuelas de esquí, que brindan una gran variedad de actividades para poder disfrutar de la nieve y de la naturaleza.
Entre las diferentes ofertas que proponen, destacan los cursos de esquí alpino, nórdico y telemark, el patinaje sobre hielo, trineos tirados por perros, raquetas de nieve, snowboard, splitboard, heliesquí, escalada en hielo, esquí de montaña, motos de nieve y excursiones. Sólo con la oferta complementaria vinculada a la nieve se da trabajo a 2.200 monitores.
¿Y cómo se traduce toda esta actividad? Según la Associació Catalana d’Estacions de Muntanya (ACEM), por cada euro destinado a la compra de forfaits se crea un gasto de 6,03 € de impacto directo. El gasto por el impacto indirecto es de 5,34 € que hacen los proveedores a los que los clientes de las estaciones compran bienes o servicios. De tal manera que la economía generada es de 12,37 € por cada euro de gasto en forfaits.
Sobre la base de estos datos de la ACEM, el impacto económico de las estaciones de esquí del Pirineo de Lleida la temporada 2017-2018 se cifró en 412 millones de euros, de los que 33,34 millones correspondieron a la venta neta de forfaits, 201 millones al impacto directo de ventas y otros 178 al impacto inducido.
De acuerdo con estos mismos cálculos, el impacto económico acumulado en las últimas 5 temporadas en el conjunto de las 11 estaciones de esquí del Pirineo de Lleida ha sido de 1.827 millones de euros -147,7 millones por forfaits, 890.7 por impacto directo y 788,8 por impacto inducido-.
Por tanto, el cálculo de los impactos económicos de la actividad vinculada con el turismo del esquí conlleva efectos multiplicadores en diversos sectores económicos. Estas cifras son variables en cada temporada de acuerdo con la climatología, el número de esquiadores, los días de apertura, las características de la innivación, la política de precios de los diferentes centros de invierno y las actividades complementarias al esquí.
Así pues, cada temporada es un nuevo reto en el Pirineo de Lleida, que esta campaña ofrece una superficie total de 500 kilómetros esquiables, situándose como uno de los destinos más importantes del conjunto del Estado español, así como a escala internacional, para practicar el esquí alpino y el nórdico y disfrutar del amplio abanico de actividades complementarias a la nieve.
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