Las estaciones ssituadas en el valle suizo de Saas se encuentran necesitadas de una fuerte inyección económica que les ayude a modernizar algunas instalaciones como la Hannigbahn en Saas-Fee que se construyó en 1969 y requiere de una inversión de 36 millones de Francos suizos para poder ser saneada.

Al principio, era un estadounidense el candidato a aportar esos 12 millones, pero un veto en la junta general acabó con esa opción, ya que el nuevo inversor habría requerido quedarse con el 51% de las acciones.

Tras una larga búsqueda acabó siendo el grupo tirolés el elegido. Todas las partes parecen estar muy contentas con la decisión tomada, aunque sea una empresa austríaca la que acabe ayudando a una suiza.

Las acciones se reparten ahora de la siguiente manera: 29% para el grupo Schröcksnadel, 23% para Edmond Offermann, 21% para el municipio y el 27% restante repartido entre diversos accionistas minoritarios.