Tras el caos y la confusión que se creó en la estación leonesa de San Isidro el pasado domingo día del padre —y de la que informábamos en LdN—, se responsabilizaba a los trabajadores fijos discontinuos de, mediante una huelga encubierta, presionar la dirección del centro invernal a alargar sus contratos estacionales hasta lo 9 meses. Por ello, la empresa pretende expedientar a los 26 operarios que, por su parte, aducen que se pusieron malos y la falta a sus puestos estaba justificada. 

 

Casualidad o no, lo cierto es que la realidad de este colectivo, que para que lo entendamos bien, sirven de refuerzo a las plantillas fijas y solo para determinados días en función de las necesidades de cada estación de esquí, no puede ser considerada un chollo y no abundan sus protestas sin que peligre el regreso al puesto de trabajo al día siguiente. ¿Díscolo y protestón? Pues te quedas en casa. 

 

Así que, ¿es de extrañar que un virus tan virulento —valga la redundancia, que no es casual— como es la inseguridad laboral diaria haya contagiado a los que más expuestos están y que les haya subido a todos "la fiebre" en un día tan señalado como San José, Patrón de los Trabajadores, dicho sea de paso?

 

Después del caos inicial, se pudo esquiar en San Isidro el día del Padre. Imagen de archivo
 

Lo cierto es que, si bien sirve para dar empleo durante la época invernal a trabajadores de los valles de montaña, de los que los que rodean a San Isidro son un buen ejemplo, la precariedad, y sobre todo la inseguridad en la que se encuentra este colectivo estacional que, ojo, engloba no solo a remonteros o pisteros, sino a personal de todo tipo dentro de una estación: profesores de esquí, pisteros, servicios (alquileres, tiendas, taquillas, etc.) y hostelería, es máxima.

 

Una temporada con poca nieve o con retraso de las previsiones de apertura, meteorología adversa que obliga al cierre de remontes parcial o totalmente, y el sueño de muchos de un puesto de trabajo que arregle en parte la maltrecha economía de los valles de montaña desaparece. En el caso del centro invernal leonés, si añadimos la pésima gestión de los anteriores gestores políticos de esta Diputación Provincial, acusados algunos de presunta corrupción —recordamos las irregularidades en la adjudicación de las cafeterías El Rebeco y Salencias— que está siendo investigada por el juez (Caso Púnica) y que tiene tras las rejas nada menos que a su ex-presidente Marcos Martínez .

 

La Guardia Civil investiga la presunta corrupción en el Caso Púnica al ex-presidente de la Diputación leonesa. Archivo
 

Para más INRI, está la posible privatización de San Isidro, una de las claves de la reivindicación labora a la que se oponen, por ser inviable según dicen, los responsables políticos y administrativos de San Isidro, es decir, el gobierno de la Diputación Provincial de León, con Miguel Ángel Egido, como responsable del Área de Turismo, a la cabeza. No hay pasta en las arcas y como no venga de afuera...  Que si quieres arroz, Catalina.

 

La solución que lleva tiempo rondando desde la Diputación leonesa y que su propio presidente, Juan Martínez Majo, vería con buenos ojos para paliar el déficit de dos millones de euros que cada temporada dejan entre ambas estaciones de esquí de la provincia, Leitariegos y San Isidro, sería la entrada de inversores privados en el ajo. 

 

 

En un comunicado que reproducimos completo, los trabajadores que no acudieron a sus puestos (por los motivos que fuera, que aquí no entramos) señalaban:
 

 

La asamblea que se celebró ayer (el sábado 18 de marzo) en la misma estación fue para comunicar a los trabajadores que el intento de mediación a través de la delegación de trabajo con la empresa para intentar llegar a un acuerdo de un contrato de trabajo mínimo y digno después de llevar trabajando para esta casa el que menos tiempo 10 años, no se ha recibido el mínimo interés por parte de la diputación de llegar a un acuerdo ni se han dignado a contestar y también fue para llegar a un acuerdo entre todos los trabajadores laborales para solicitar paros en los próximos fines de semana en la estación y si es efectivo lo llevaremos a conflicto colectivo.
 

Nos parece llamativo que miren 2 meses de contrato a 26 trabajadores cuando hay un montón de trabajo perfectamente justificable y demostrable en ausencia de nieve para el buen funcionamiento de la estación contando que estamos presupuestados por la empresa durante todo el año.
 

También queremos comunicarle aprovechando las declaraciones del señor Miguel Ángel Egido, diputado de desarrollo económico, nos sorprende que el grupo que el grupo al que él pertenece y gobierna esta provincia éste cada poco vendiendo humo que apoya la fijación de empleo en el mundo rural  y por otro lado están demostrando todo lo contrario con los jóvenes de esta parte de la montaña.
 

 

 

San Isidro. Imagen de archivo cortesía de Leonoticias
 

Ante esto, Egido se defendía que la gestión de las estaciones de esquí no es competencia de la Diputación,  argumentando que la se trata de una «actividad dinamizadora de la economía de los pueblos de la zona». «El mandato legal (Ley de racionalización y sostenibilidad de la Administración Local) que se hace a las administraciones es evitar las pérdidas, no es posible incrementar estos déficits con contrataciones que no son imprescindibles».

 

Difícil se le ponen las cosas a San Isidro, a su nieve y, sobre todo, a los sufridos esquiadores de la zona que cada año de los últimos tiempos tienen que asistir atónitos y forfait en mano, no solo a las posibles inclemencias meteorológicas, sino también a las laborales y políticas.