A pesar de las difíciles condiciones causadas por las nevadas intermitentes, la baja visibilidad provocada por la niebla y las fuertes rachas de viento, los competidores exhibieron un nivel muy alto de conducción, como lo demuestra la buena selección de líneas y un estilo de conducción progresivo.

 

 

El Campeonato del Mundo Junior de Grandvalira, se ha tenido que disputar un día antes de lo previsto. Las previsiones meteorológicas así lo recomendaban. A pesar de las inclemencias, la prueba ha podido arrancar con 3 horas de retraso. 

 

A las 10 h de la mañana el viento y la niebla han obligado a posponer la el Mundial junior de Grandvalira. La organización no ha tirado la toalla, pero la sensación en Solanelles, donde estaba el centro de mando, medios de comunicación y el grueso de riders esperando noticias era de cierto desánimo, cuando se esperaba lo peor, el máximo responsable de la competición ha anunciado una ventana de mejor tiempo y la prueba ha podido arrancar pasada la una de la tarde. 

 

 

 

Las condiciones de luz plana han sido el principal escollo para los riders una bajada en el exigente Pic Alt del Cubil (2.831 m) sin ver ningún relieve, con una nieve ventada y ligeramente transformada no era el mejor de los escenarios para que los riders se exhibieran. Algunos snowboarders y esquiadores no han sabido adaptarse a estas condiciones.

 

 

Los sesenta competidores se han dividido en dos regiones de calificación: América y Europa/Oceanía; Ambas regiones estaban representadas por trece países de los dos hemisferios. Los campeones han sido coronados en cuatro categorías: hombres y mujeres; esquí y snowboard. 

 

La paliza de Norteamérica a Europa sido importante. Tres victorias para los Estados Unidos con Olivia Askew, Ross Tester en esquí y Hank Kenedy en snowboard. La única victoria que no ha ido a parar a EEUU ha sido para una snowboarder del Canadá, Heidi Farmer.