El país de los Pirineos ha recibido durante este invierno un total de 1.273.826 turistas -personas que pernoctan en el país-, una cifra que supone un aumento de 100.860 visitantes respecto al invierno 2015 y, por tanto, un incremento del 8,6%.

 

 

En relación a los resultados obtenidos, el ministro de Turismo y Comercio, Francesc Camp, precisó, este jueves durante la presentación del cierre de la campaña de invierno 2016 de Andorra Turismo, que la previsión inicial era de un 3,4% y en este sentido ha definido el crecimiento logrado como "muy positivo".

 

Camp destacó más allá del trabajo de promoción de Andorra Turismo, la mejora de los mercados europeos, así como la tendencia, originada a raíz los últimos ataques terroristas, de viajar más hacia el sur de Europa. Así, según el ministro el crecimiento ha favorecido tanto a las estaciones de esquí, que con un aumento respecto al invierno pasado del 4,4% y un total de 2.447.112 días de esquí vendidos, "han llegado a cifras del año 2003", como en el resto de atractivos de ocio de Andorra; Naturlandia, Caldea y museos, que también han crecido un 17%.

 

Desglosado por nacionalidades, los españoles crecieron un 4%, los franceses un 37% y otros países un 13,3%. Destaca el incremento del mercado francés, que por primera vez supera el español (la subida fue de 40.544 en el primer caso y de 35.357 en el segundo), aunque España es todavía de donde provienen la mayoría de turistas (911.504 frente a los 150.093 franceses). De hecho, en todos los mercados se registró un aumento de visitantes excepto en el ruso. 

 

 

 

Los "rusos" han disminuido un 6,6% respecto de la temporada pasada. Camp recordó que la bajada fuerte fue el año pasado, lo que afectó especialmente a los comercios ya que quedaron numerosos "stocks de lujo" por vender. Por eso cree que el aumento de visitantes de otros países este invierno ha compensado la caída de clientes rusos. "La situación es bastante crítica" en este país, que pasa una crisis económica y política, y "es difícil saber qué pasará". Por eso la previsión del gobierno andorrano de cara al año que viene es mantener la cifra actual, de 15.000 rusos.  

 

 

El ministro de Turismo aseguró que los contenidos y el público al que se dirigen las campañas es de clase media y media-alta, huyendo del low cost. Así se refirió a una polémica que volvió a surgir recientemente en el que se aseguraba que el país se enfocaba a este tipo de turismo. Camp expuso que si el bajo coste se asimila a la touroperadores, sólo 300.000 personas llegan por esta vía, mientras que el resto de los 1,2 millones que vinieron en invierno lo hicieron de forma directa. Potenciar el low cost "no es nuestra voluntad", afirmó el ministro.

 

En cuanto a la evolución de llegada de turistas, Francesc Camp recalcó que "todos los meses, excepto en abril, han superado las previsiones iniciales" y pese a que la reducción durante abril ha sido bastante más importante que la prevista inicialmente - un 32% con respecto al 12,8% previsto-, el ministro indicó que "se ha compensado sobradamente con los turistas que han llegado durante el mes de marzo".

 

Por su parte, durante la explicación del ámbito de actuación de la campaña de este año, que se ha centrado en España, Francia, Portugal, Reino Unido, Irlanda, Bélgica y Países Bajos, el gerente de Andorra Turismo, Betim Budzaku, detalló que el presupuesto total destinado ha sido de 3,3 millones de euros, de los que casi un millón se ha invertido en operadores turísticos, dos millones se han destinado al consumidor final y 250.000 euros se han invertido en el acuerdo con Ski Andorra.