Lindsey Vonn es una de esas extrañas, por únicas, esquiadoras que derriten la nieve con sólo mencionar su nombre. Tras su lesión de tobillo mientras entrenaba en Coronet Peak, Nueva Zelanda el pasado mes de agosto, la norteamericana tuvo que iniciar a marchas forzadas su recuperación para estar a punto en el comienzo de la Temporada de Copa del Mundo que arranca en el glaciar Rettenbach de la estación austriaca de Sölden el día 24 de octubre de 2015.

 

 

Al parecer, el tobillo aún está así, así y no anda del todo restablecido pero la Vonn quiere estar allí con el resto de sus compañeras y competidoras del gran Circo Blanco de alpino. Rainer Salzgeber, director del departamento de competición de Head Skis al que pertenece la esquiadora, confirmaba que Lindsey llegará junto al equipo norteamericano a Austria a mediados de octubre con el objetivo de preparar la carrera que abrirá la 50 edición de la FIS Alpine World Cup.

 

 

 

Nacida en 1984, la esquiadora estadounidense a los 9 años ya competía en pruebas internacionales y a los 20 se subía  por primera vez al podium de la Copa del Mundo. Así nacía el mito de la atleta de la nieve que atesora un impresionante palmarés deportivo con 67 victorias en Copa del Mundo, un Oro Olímpico, dos Campeonatos del Mundo que además se ha convertido en una codiciada modelo y superestrella del papel couché.