La Patagonia argentina está sufriendo uno de los inviernos más fríos y nevados de las últimas décadas, poniendo en peligro el sustento de miles de productores ganaderos y millones de animales.

 

 

En la provincia de Chubut, un video viral muestra a un ganadero caminando sobre una espesa capa de nieve, con ovejas apenas visibles, con solo sus cabezas sobresaliendo.

 

Esta imagen ilustra la gravedad de la situación: los animales no pueden alimentarse adecuadamente, lo que los pone en grave riesgo de morir de hambre. La Confederación Rural Argentina (CRA) ha calificado la situación como "dramática".

 

En Santa Cruz, la situación no es menos alarmante. Enrique Jamieson, presidente de la Federación de Instituciones Agrícolas de Santa Cruz y de la Sociedad Rural de Río Gallegos, indicó que las nevadas han afectado al 50% de la producción ganadera de la provincia, poniendo en riesgo a 40.000 bovinos y un millón de ovinos.

 

 

"Cada día que pasa es más complicado", afirmó Jamieson, explicando que las nevadas han dejado una capa de hielo sobre la que se acumularon entre 40 y 60 centímetros de nieve, lo que dificulta aún más la alimentación de los animales.

 

Los productores ganaderos han diseñado protocolos para hacer frente a estas inclemencias meteorológicas. Las primeras acciones incluyen limpiar los caminos principales para asegurar el suministro de combustible y gas a las zonas aisladas, y utilizar maquinaria vial para despejar accesos a los establecimientos ganaderos.

 

 

“Normalmente, los productores tienen reservas de alimento para unos 10 días. A partir de ahí, se inicia la compra de fardos de pastos y alimentos balanceados de alto contenido en fibra”, comentó Guatti.

 

Sin embargo, estas reservas son limitadas y no se sabe cuándo terminarán las nevadas, lo que complica aún más la situación.

 

 

La mayoría de las ovejas están en el último tercio de gestación, lo que complica aún más su situación. Además, el estrés causado por las condiciones extremas puede reducir los índices reproductivos y aumentar la incidencia de abortos.

 

Enrique Jamieson subrayó la necesidad de salvar lo máximo posible: “Venimos de tres años de sequía y una macroeconomía que no nos ayudó. No tenemos reservas suficientes y, si perdemos muchos ovinos, muchos productores podrían desanimarse y abandonar el sistema”.

 

El Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA) ha proporcionado recomendaciones para mitigar los efectos de las nevadas.

 

Entre ellas, la importancia de contar con refugios para los animales y garantizar un buen drenaje en los corrales para evitar el estrés y la fatiga.

 

Además, es crucial asegurar el acceso a agua potable, ya que las heladas pueden congelar las fuentes de agua.