Con un presupuesto cercano a los 76 millones de euros, la complejidad de las obras ha exigido cortes en la vía en diversas ocasiones a lo largo del año. Según el Mitma, el cierre planificado para el segundo trimestre de 2024 será la última interrupción de esta vía crucial para el tráfico rodado.

 

Las recientes mejoras han ampliado la plataforma de la carretera N-260 de 5,5 metros a 8 metros, reduciendo la ocupación y el impacto en zonas críticas cercanas al río Ésera. Se han construido voladizos apoyados y anclados a la roca para facilitar el cruce de vehículos pesados o autobuses.

 

Además, el proyecto incluye la creación de dos túneles con longitudes de 265 metros y 540 metros, respectivamente.

 

 

A pesar de ello, Abad expresó su agradecimiento por el constante progreso de los trabajos, destacando que durante este cierre se ha mantenido una actividad diaria. Mirando hacia la próxima conclusión de las obras, hizo referencia a la continuación de las mejoras en la N-260 en su tramo ribagorzano, identificando dos segmentos clave.

 

Subrayó la importancia de abordar el posible cuello de botella en el Congosto de Ventamillo, abogando por la reivindicación del túnel en este punto, tema que se discutió en la última reunión con el alcalde de Benasque.